Después de que el presidente chino, Xi Jinping, lamentara que las redes sociales e Internet se utilicen en todo el país para hacer proselitismo religioso, se ha anunciado recientemente que pronto se aplicarán nuevas restricciones; medidas que impedirán gravemente el acceso de los ciudadanos chinos a los contenidos religiosos. Está previsto que estas nuevas medidas entren en vigor el 1 de marzo de 2022.