Nos necesitamos los unos a los otros
Para seguidores de Jesucristo únicamente
Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, mas no todos los miembros tienen la misma función; así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros (Romanos 12:4,5).
Nuestra era se caracteriza por el individualismo. Queremos valernos por nosotros mismos y vivir por nosotros mismos. Creemos que no necesitamos a nadie y a veces creemos que no somos útiles para nadie.
Esta mentalidad tiende a influirnos también en nuestra vida cristiana. Podríamos entonces sentirnos tentados a vivir nuestra relación con Dios en nuestro rincón, pensando que eso nos basta, cuando la Biblia nos dice lo contrario.
Una vez que aceptamos a Jesucristo como Salvador, pasamos a ser parte del Cuerpo de Cristo. Este Cuerpo, la Biblia lo describe gráficamente como compuesto de muchos miembros, siendo cada creyente un miembro diferente del mismo cuerpo, y Jesucristo la cabeza. Además, por ser parte de este Cuerpo, interactuamos con otros miembros del mismo cuerpo, y esto necesariamente implica relaciones en diferentes formas (compartir, ayudarse mutuamente, consolarse, animarse, trabajar juntos, amarnos, perdonarnos, etc.). Por ejemplo, ¿cómo podríamos amarnos unos a otros, consolarnos o animarnos unos a otros si no tenemos relaciones con nuestros hermanos en la fe? Necesitamos edificar y mantener estas relaciones para crecer en la fe y ayudar a la vez a otros miembros de este cuerpo a crecer, a purificarse y santificarse más y más y más.
Agradezcamos a Dios por darnos amigos creyentes que pueden apoyarnos y animarnos en tiempos de prueba, pero a quienes también podemos consolar y fortalecer. Animémonos también a no aislarnos en nuestra vida de fe. Con otros cristianos, sirvamos y adoremos a nuestro Dios, compartamos nuestra fe en el gozo del Señor.
Fuente: La Buena Semilla, fr., 2.6.2024; Redacción: VM-Ar
El lema de La Voz de los Mártires desde su inicio es Hebreos 13:3:
Acordaos de los presos, como presos juntamente con ellos; y de los afligidos, como que también vosotros mismos estáis en el cuerpo.
Y en 1. Corintios 12:25-25 Pablo nos enseña:
Que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. Y si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él; o si un miembro es honrado, todos los miembros con él se regocijan. Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros en particular.
El ministerio La Voz de los Mártires – Argentina te invita a tomar bien en serio esta reflexión de arriba y aplicarlas en tu vida.
Si Dios te guía en esta dirección, te puedes involucrar en nuestro ministerio.
Orar por los perseguidos sería lo más fácil. Luego hay muchas tareas prácticas...
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