Más de un caso de persecución religiosa en Pakistán gana los titulares del mundo. El día 4 de noviembre de 2014 una pareja cristiana, residente de la ciudad de Kot Radha Kishan, fue atacada por una turba enfurecida.
Las víctimas estaban casadas. Fueron identificadas por las autoridades sólo por sus nombres de pila: Shama y Shehzad. Fueron acusados de blasfemia por supuestamente profanar una copia del Corán.
Incluso sin pruebas ni juicio, fueron golpeados y luego arrojados vivos a un horno de ladrillos donde trabajaban cerámica donde luego murieron.
Aunque el gobierno lo niega, Pakistán ha demostrado que no hay tolerancia para otras religiones excepto del Islam. Las acusaciones de blasfemia se consideran graves y casi siempre resultan en violencia física. Pakistán es el hogar de muchos partidarios del régimen de los talibanes, que aún domina partes de la vecina Afganistán.
Shahbaz Sharif, el representante local del gobierno, anunció que se formó una comisión de investigación. También han pedido un refuerzo policial para garantizar la seguridad de los cristianos en los barrios de esta provincia.
El hecho de que la pareja cristiana haya sido lanzada en un horno de ladrillos es sintomático. Por ser cristianos, se les había negado muchos derechos básicos. Hay miles de personas en la misma situación, que reciben sueldos mucho inferiores a los de los musulmanes por lo que viven en condiciones insalubres, trabajando además 14 horas al día.
La violencia contra las minorías cristianas es común en Pakistán. Las iglesias son destruidas, los pastores son arrestados, atacados o asesinados. Posiblemente el caso más famoso es el de Asia Bibi, una mujer cristiana que está en el corredor de la muerte desde noviembre de 2010, acusada de haber insultado al profeta Mahoma. Los líderes políticos Salman Tasir y Shahbaz Bhatti, que trataron de defender los derechos de las minorías, fueron asesinados.
Fuente: Noticia Cristiana; Redacción: VM-Ar 6. 11. 2014