Una reciente encuesta de Gallup considera que los estadounidenses aprecian más la auto-estima y la auto-realización que la moralidad "tradicional". Por lo tanto, el divorcio es moralmente aceptable para el 69 % de los encuestados, las relaciones homosexuales son aceptables para un 56 %, y el sexo fuera del matrimonio es aceptable para un 60 %. En otros países occidentales y no occidentales la situación seguramente es bastante parecida, ya que por medio de Hollywood la nueva moral lamentablemente se ha difundido - de manera intensificada desde finales de la Segunda Guerra Mundial - a lo ancho y a lo largo de nuestro planeta.
Richard Land, presidente de la Comisión Ethics & Religious Liberty Commission (Ética y Libertad Religiosa), un brazo de la Convención Bautista del Sur, dijo que es el supuesto derecho de los estadounidenses de ser amados, lo que ha producido esta forma de pensar. Señaló que poner su propio comportamiento egocentrico por encima de la responsabilidad moral es un comportamiento "narcisista", precisamente "egoísta" y una "auto-idolatría" (Christian Post, 10 de junio de 2011). Eso es muy cierto, pero ¿Cuál es la raíz de este problema? ¿Cómo pudo "la América cristiana", con sus cientos de miles de iglesias, llegar a pensar así? El problema radica en los púlpitos. Los pastores han predicado el amor de sí mismo más que el temor de Dios. Han producido "cosquillas" en los oídos de las personas con las modas y fábulas, en lugar de proclamar con franqueza la Palabra de Dios. Esta problemática es general, pero utilizamos como ejemplo la Convención Bautista del Sur, ya que es la mayor y más influyente de las denominaciones "evangélicas". Esta convención se ha encargado de promover el amor propio por encima de la fidelidad a la Palabra de Dios. La Convención Bautista del Sur hace tiempo resonó con las enseñanzas de los "gurús de la autoestima" como Norman Vincent Peale, Robert Schuller, y James Dobson; como asimismo de un montón de personalidades que hacen que "cosquillean" las orejas y quienes tratan el pecado en términos muy suaves (los Billy Graham, los Chuck Colson y los Max Lucado).
No sé de ninguno de los principales líderes de la Convención Bautista del Sur que haya levantado una voz clara de advertencia contra el auto-estimismo y sus gurús. Ampliamente se ha fomentado la cultura del amor a uno mismo, permitiendo el rock & roll y a Hollywood, juntamente con la filosofía de "hacer su propia cosa"; estas cosas están conquistando los corazones y las vidas de los miembros de las congregaciones sin ninguna advertencia eficaz. También se ha promovido el amor propio por encima de la obediencia y la santidad, al negarse a señalar lo que no le agrada a Dios. De hecho, y al no enseñar conforme a la norma bíblica a los creyentes acerca de asuntos como el adulterio, la fornicación, el divorcio, el aborto y la homosexualidad, la Convención Bautista del Sur (y muchos otros desde luego cometen el mismo error) ha enseñado a la gente que Dios no toma en serio estos temas. Se ha dado a la gente una falsa visión de Dios. Ello es la raíz del problema de los males de Estados Unidos, y no sólo de este país. Por lo tanto, no es de extrañar que muchos evangélicos estén "enamorados" del dios/diosa que no juzga de “La Cabaña”. Fuente: Way of Lfe News 10 de junio de 2011; Redacción: VM-Argentina
Consideremos lo que el apóstol Pablo dijo a su discípulo Timoteo:
Te encarezco pues delante de Dios, y del Señor Jesucristo, que ha de juzgar á los vivos y los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende; exhorta con toda paciencia y doctrina.
Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán á las fábulas.
Pero tú vela en todo, soporta las aflicciones, haz la obra de evangelista, cumple tu ministerio (2 Tim. 4:1-5).
Y el siguiente texto: Clama á voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia á mi pueblo su rebelión, y á la casa de Jacob su pecado (Isa 58:1).
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Primer Comentario:
Unos días atrás asistí a la reunión de una iglesia evangélica en mi ciudad, para encontrarme con un conocido. Quedé estupefacto cuando vi en la librería de esta iglesia el libro “La Cabaña”; y aún el estilo de la reunión allí confirma ciertamente lo que dice este artículo. A. P. 13.6.2011
