Área: 65.610 km²
Población: 20.905.456 habitantes (2017) desde el estallido de las hostilidades entre el gobierno y los separatistas tamiles armados a mediados de la década de 1980, varios cientos de miles de civiles tamiles han huido de la isla y más de 200.000 de ellos han buscado refugio en el oeste de esta isla.
Distribución étnica: Sinhalese 74%, Tamil 18 %, Moor 7 %, Burgher, Malay, y Vedda 1 %
Lenguas: Cingalés (idioma oficial y nacional): 74%, tamil (lengua nacional): 18%, otros: 8%. El inglés es de uso común en el gobierno y es hablado por el 10% de la población.
Religiones: budistas (69%), hinduistas (16%), musulmanes (7,6%) y cristianos (7,5%)
Gobierno: República semipresidencialista
Capital: Sri Jayawardenapura
Población por debajo del nivel de pobreza: 6,7% (2018)
En este paraíso, la violencia y los disturbios se han convertido en una parte tan importante del paisaje como las playas con palmeras alineadas. Originalmente se llamaba Ceilán; en 1948 obtuvo su independencia de Gran Bretaña, y en 1972 el nombre fue cambiado en Sri Lanka.
Los habitantes originales de Sri Lanka fueron los Veddahs. Los cingaleses llegaron a la isla en el siglo IV A.C, probablemente de la parte norte de la India, y desarrollaron una civilización con ciudades como Anuradhapura y Polonnaruwa. Se desconoce la época en la que la población tamil, originaria de la parte sur de India, llegó a la isla. En el siglo XIII, hubo una sociedad tamil en el norte y muchas comunidades pesqueras a lo largo de la línea costera norte de la isla. Los tamiles desarrollaron una cultura y una política distinta a la de los cingaleses. Las relaciones entre estos dos pueblos siempre fueron complejas: guerras y ceses de fuego e invasiones en ambos sentidos.
Las tensiones entre la mayoría cingalesa y la minoría tamil empezaron en 1983 después del asesinato de 13 soldados del ejército de Sri Lanka en Jaffna. Este hecho llevó a que se produjeran revueltas en todo el país causando la muerte de cientos de Tamiles en tan solo tres días. Decenas de miles de habitantes han muerto en ambos bandos durante la guerra étnica que lleva marcando la historia de este país. En diciembre de 2001, un acuerdo de paz fue firmado, con el cual existe la esperanza de que la paz y la seguridad comiencen a brillar.
Desde el siglo III a. C., el budismo ha sido una parte de Sri Lanka. El cristianismo fue introducido por primera vez por los portugueses en el siglo XVI, pero sigue siendo el budismo la religión del estado, la cual está oficialmente protegida y promovida. Muchos habitantes de Sri Lanka consideran el cristianismo como una religión extranjera impuesta por los colonos europeos. Si bien la Constitución contiene una declaración que garantiza la libertad de religión, muchas actividades cristianas se consideran una violación del estatus especial otorgado al budismo. Posibles enmiendas a las leyes existentes o la introducción de una nueva ley sólo serviría para dificultar aún más la libertad religiosa en Sri Lanka. Los cristianos en el país están profundamente preocupados por el procedimiento judicial que podría resultar en aún más persecución. Es de preocuparse, pues ya nuevas pseudo-leyes de anticonversión se están introduciendo. En la práctica será imposible cambiar de religión en Sri Lanka; un predicador, incluso, puede ser condenado a cinco años de cárcel.
La fidelidad de los creyentes frente a la oposición es evidente, puesto que se ha producido un importante crecimiento de cristianismo evangélico desde 1980. Esto ha dado lugar a un aumento de la oposición de militantes budistas, a menudo dirigido por los monjes locales. Iglesias han sido quemadas y los cristianos golpeados y apuñalados.
Los cristianos fueron objeto de un importante aumento de la violencia a principios de 2005. Las actividades de socorro tras el maremoto fueron utilizados, en parte, como una ocasión para las acusaciones contra los cristianos. Justo antes de la medianoche del 27 de abril de 2005, un grupo de personas no identificadas irrumpieron en los locales de la Iglesia Metodista Kiran, en Batticaloa. Asimismo, un incendio se inició en la sala de almacenamiento de suministros de socorro para los victimas del tsunami; el fuego se propagó y todos los edificios en el recinto fueron destruidos. El pastor había recibido amenazas, diciéndole que pusiera fin a sus actividades de socorro, ya que supuestamente se utiliza ello para el proselitismo cristiano.
El hecho de que la persecución es una parte de la vida cotidiana en Sri Lanka, es también evidente. Después de que en diciembre de 2004 el tsunami destruyera el edificio de la Iglesia Asamblea de Dios en Ambalangoda (distrito de Galle), la congregación pudo comprar un nuevo edificio el 4 de junio de 2005. La noche siguiente, sin embargo, las ventanas del edificio fueron rotas con piedras y botellas. Las luces de la calle habían sido apagadas misteriosamente durante el ataque. La violencia prosiguió aún más al día siguiente, cuando dos feligreses y el pastor fueron víctimas de una brutal golpiza.
En el distrito de Batticaloa, la Alianza Cristiana Evangélica Nacional de Sri Lanka, en colaboración con La Voz de los Mártires de Canadá, ha emprendido, aun en medio de amenazas, la construcción de un centro de formación de dirigentes. El 29 de febrero de 2005, el edificio donde los trabajadores de la construcción se hospedaban fue incendiado. En la noche del 2 de junio de 2005, la casa de la familia que donara los terrenos para el centro de capacitación también fue incendiada. La familia logró salir ilesa de la vivienda, y consiguieron apagar el fuego antes de que toda la casa resultara destruida.
Frecuentemente turbas amenazan con más violencia a los cristianos, a menos que todas las actividades cristianas se detengan en la zona. La legislación propuesta sólo echa combustible a su celo. Sin embargo, en referencia a los programas sociales y de evangelización realizados por los cristianos, Godfrey Yogarajah, secretario general de la Alianza Cristiana mencionada, dijo en una entrevista: "Ningún Estado puede regular la puesta en práctica de nuestra fe en la comunidad. Todos debemos ser fieles al mandato bíblico, ya sea en la cárcel o fuera de ella ".
Fuente: La Voz de los Mártires de Canadá,Wikipedia y redactado por VM-Argentina