Aconteció poco después de que la iglesia metodista comenzara una obra evangelística en la ciudad de Stary Oskol, a unos 450 kilómetros al sur de Moscú, cuando los inconvenientes comenzaron. Primero fueron las visitas de agentes de la policía secreta, F.S.B. (sucesor del temido K.G.B de los tiempos netamente comunistas), quienes vieron evidentemente en unas pocas decenas de almas que buscaban a Dios, reuniéndose en apartamentos para leer la Biblia y tomar un poco té (el té negro es bebida tradicional comparable con el mate argentino), una amenaza potencial. Funcionarios locales etiquetaron entonces a esta denominación protestante como secta. Finalmente, en marzo de 2008, la prohibieron.
Hubo una época, después de la „caída del comunismo“, cuando pequeñas congregaciones protestantes florecieron en Rusia y también en esta ciudad al sudoeste; fueron momentos en que era tan fácil abrir una iglesia como lo es abrir un almacén. Hoy, esta región industrial es un emblema de la supresión de la libertad religiosa bajo el gobierno del presidente Vladimir V. Putin.
Tal como el gobierno ha intensificado el control en todo lo que se refiere a la vida política, así se ha entremetido también en materias de la fe. De hecho, en muchas regiones, las autoridades del Kremlin han transformado la iglesia ortodoxa rusa en la religión oficial, oprimiendo a las demás denominaciones cristianas que parecen ofrecer competición demasiado fuerte para los ortodoxos. Han tomado una variedad de medidas de hostigamiento, como por ejemplo la prohibición de ganar almas para el Señor (proselitismo), para desalentar a los protestantes.
Esta alianza estrecha entre el gobierno ruso y la iglesia ortodoxa se ha convertido en una característica del Sr. Putin, una coreografía mutua de refuerzos que se describe generalmente como “trabajo en sinfonía”.
En la televisión local, durante el mes de marzo 2008, Aleksei D. Zorin, el sacerdote principal ortodoxo ruso de esta ciudad, quien además es un confidente de los políticos más poderosos de la región, dio un sermón que fue repetido a intervalos cada tantas horas. Su tema era: herejes protestantes. “Deploramos a los que se desvían – a esos testigos de Jehová, bautistas, evangélicos, pentecostales y tantos otros que cortaron las vestimentas de Cristo tal como bandidos; y que son como los soldados que crucificaron a Cristo, aquellos que rasgaron la capa santa de Cristo”, declaró este sacerdote. Tales discursos les son muy familiares a los creyentes evangélicos protestantes de Stary Oskol, los cuales se calculan en alrededor de unos 2.000 en una ciudad de 225.000 habitantes.
Fuente: New York Times, April 24, 2008 – redacción: VM-Argentina
Cabe acotar que el Sr. Putin, durante el tiempo comunista, fue un alto funcionario del K.G.B. y que, por ejemplo, aún después de la „caída del comunismo“ de Alemania Oriental, trató de formar - juntamente con viejos agentes de la policía secreta de este país - una organización secreta para hacer sobrevivir el poder comunista. Además es notorio como este señor está procurando implantar en su país los mismos métodos comunistas del pasado, como por ejemplo perseguir y suprimir toda oposición con métodos no democráticos. Vea más datos sobre Putin en Wikipedia
A todo esto se suman las recientes y confusas acciones bélicas en Georgia. Sencillamente nos falta tiempo para analizar todos estos acontecimientos, pero si el Señor lo permite lo haremos en futuros artículos.
No nos olvidemos de orar por el Sr. Putin - aunque por el momento no gobierna de manera directa - y por tantos otros jefes de estado ya que nuestra Biblia nos exhorta orar por las autoridades. Y desde luego oremos por nuestros hermanos en la fe de la ciudad de Stary Oskol y de toda la Rusia.