Malasia y el Islam: Nueva legislación de la Corte contra el derecho a convertirse

28. 9. 2005

El país de Malasia consiste en 4 grupos étnicos principales: malayos, chinos, indios y gente tribal. El 19 de septiembre de 2005, una corte superior confirmó un dictamen anterior por el cual los habitantes de Malasia no pueden renunciar al Islam.
Según la constitución de Malasia: "Ciudadano malayo es una persona que profesa el Islam". Para los casi 15.000 malayos convertidos al cristianismo, esto significa que se les mantiene el status oficial de musulmanes, sin importar su fe cristiana real. Dos de los tres jueces del panel dictaminaron que solo podrían cambiar el status con el permiso de las autoridades religiosas musulmanas.

(Conociendo al Islam, de hecho es prácticamente imposible que estas autoridades religiosas concedan tal permiso.) El tercer juez, un hindú, sostuvo que tiene que existir el derecho a renunciar al Islam sin ningún permiso, ya que la constitución Malaya garantiza la libertad religiosa. Pero, como era de suponerse, su opinión no fue tomada en cuenta. Además de esto cabe subrayar aquí que los hindúes también persiguen a los cristianos como lo podemos ver por medio de los testimonios de persecución en la India.

En 1998 Azalina Jailani se convirtió al cristianismo y cambió su nombre al de Lina Joy. Acudió a la corte para solicitar al Departamento Nacional de Registros el cambio de su estatus religioso de islámico a cristiano, de manera que ella pudiese casarse en una ceremonia civil con su novio cristiano. Su pedido fue rechazado por el juez quien dictaminó: "Como ciudadana malaya, la demandante se encuentra bajo los dogmas del Islam hasta el día de su muerte". Además, el juez dictaminó que, al tratarse de un asunto religioso, el caso debería ser llevado a la corte Islámica Sharia y no debería tratarse en una corte secular. Bajo la ley islámica, la conversión a otra religión se castiga con la pena capital. Lina sabía que esta corte no iba a decidir en su favor. En Malasia los que renuncian al Islam afrontan a una sentencia de tres años en un “Centro de Rehabilitación de Fe”. Allí consejeros tratan de persuadir a los "apostatas" a regresar al Islam. Si no se arrepienten, su sentencia puede ser prolongada a 6 años.
Una mujer Cristiana dijo a Asia News el día 21 de septiembre: "Somos discriminados y vivimos virtualmente vidas clandestinas. Nuestros padres, parientes y amigos nos esquivan como a leprosos".

Oremos por Lina y los demás malayos cristianos que viven en un limbo constitucional. Oremos para que puedan tener victoria en el sufrimiento, bajo el rechazo social y la discriminación legal.

Para mas información sobre la persecución a cristianos en Malasia, busque en:
www.persecution.net/country/malaysia.htm (sitio en ingles)

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