Enero 2006
Hace unos días atrás nos enteramos por los noticieros de lo siguiente: El primer ministro Ariel Sharon se encuentra en estado de coma y con pocas esperanzas de recuperarse. Debemos orar por él y por “la paz de Jerusalén” conforme a: “Pedid por la paz de Jerusalén: Sean prosperados los que te aman” (Sal: 122:6).
Con respecto a Ariel Sharon, nuestro contacto de Israel informó lo siguiente:
“Hace meses atrás, cuando Sharon ordenaba desalojar Gaza y otros asentamientos en la tierra que Adonai (Dios) prometió, los principales rabinos se reunieron en el cementerio de Rosh Pina para hacer una “oración” muy extraña (que en realidad es una maldición), llamada "Pulsa Denura" o traducido al español: látigos de fuego (ascuas de fuego). Este tipo de rito se realiza para pedir la muerte de alguien.
Estas son las palabras traducidas de esa "petición":
"Ariel Sharon está maldito.
Ariel Sharon morirá en menos de treinta días en manos de los ángeles de la destrucción, o serán quienes han lanzado la maldición, los que fallezcan." Ariel Sharon falleció el 11 de enero de 2014.
“Estas son las condiciones que la pulsa denura impone contra Sharon por ordenar evacuar los asentamientos de Gaza. La maldición ha causado una gran conmoción y condenas generalizadas de la clase política y religiosa en Israel, ya que otra pulsa denura fue organizada contra Isaac Rabin en 1995, y en ella participó al menos una persona del ritual hecho ahora contra Sharon.”
La noticia de esta práctica mágica fue comentada y reportada en varios diarios israelíes, indicando la fecha, el lugar e incluso algunos nombres de los participantes y los pormenores de este acto.
Parece ser particularmente paradójico encontrar prácticas ocultas o mágicas dentro del judaísmo, evidentes aquí por medio de una maldición cabalística, a pesar de las numerosas prohibiciones que encontramos en la Torah, o sea el Antiguo Testamento, el cual sigue siendo el libro más venerado de los judíos.
La situación en muchas partes del mundo, pero de manera especial en Israel, es muy inestable. Escuchamos muchas clases de rumores de guerras en cumplimiento de la palabra en Mateo 24:6: “Y oiréis de guerras, y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin”.
Por otro lado, podemos estar seguros de que Dios está en control de la confusión de los pueblos que se rebelan en contra de Su Palabra y en contra de Su Hijo Unigénito diciendo:
“Rompamos sus ligaduras, Y echemos de nosotros sus cuerdas” (Sal. 2:3).
La respuesta de Dios es clara y contundente:
“El que mora en los cielos se reirá; El Señor se burlará de ellos.
Luego hablará a ellos en su furor, Y los turbará con su ira” (Sal. 2:4-5).
Oremos por la paz de Israel y por sus gobernantes como enseña el Apóstol Pablo: “Por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad” (1 Ti 2:2). Tomemos nota: Pablo no hace un llamado para que participemos en política, sino para que oremos, para que, como creyentes, podamos “vivir quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad”.