Hungría se resiste a la globalización

 Mientras que las democracias liberales “izquierdizadas” en Europa Occidental (y en las Américas) están cayendo una tras otra en línea con las políticas globalistas que socavan las libertades y tradiciones nacionales y regionales, Hungría se resiste firmemente.

El martes, Judit Varga, la Ministra de Justicia de Hungría, presentó un proyecto de enmienda constitucional que garantiza que los niños tengan el derecho "a identificarse con el sexo con el que nacieron" y a ser criados "sobre la base de nuestra auto-identificación nacional y la cultura cristiana”.

El gobierno propone la enmienda para proteger a los niños de Hungría "de las nuevas y modernas tendencias ideológicas en el mundo occidental" que "plantean dudas sobre la creación del sexo masculino y femenino, y ponen en peligro el derecho de los niños a tener un desarrollo saludable".

La mencionada enmienda también toca el matrimonio y las relaciones familiares, diciendo que el matrimonio es la base de una familia. Además, destaca que "la madre es una mujer y el padre es un hombre". En la enmienda propuesta, las parejas homosexuales no podrán adoptar niños.

El anteproyecto de enmienda está en consonancia con la postura anti-LGTB del primer ministro Viktor Orbán. Orbán y sus aliados políticos se dirigen hacia el reconocimiento de los valores cristianos que han conformado la sociedad húngara y, en un nivel más amplio, la cultura europea.

La semana pasada, Orbán anunció su apoyo a la Iglesia [evangélica] Reformada, diciendo que ser una nación de constructores de iglesias, es algo de lo que Hungría -en un momento en que las iglesias están siendo demolidas- puede estar orgullosa. Habló sobre la renovación de iglesias y la construcción de nuevas bajo su administración.

Se habían construido 47 estructuras para iglesias reformadas, mientras que se habían renovado 1,124. En total, se han renovado 3,000 iglesias y se han construido 130 estructuras nuevas. Orbán enfatizó que el gobierno y la iglesia, históricamente, siempre han trabajado juntos para la construcción de naciones libres y prósperas.

En mayo, el Parlamento votó para prohibir los cambios de sexo para las personas transgénero, enojando a muchos jefes de estado y líderes de agencias internacionales. La nueva ley establece que el género se basa en las características sexuales primarias y en los cromosomas de una persona al nacer.

Por supuesto, la Unión Europea, junto con las organizaciones intergubernamentales (respaldadas financieramente por personajes como Soros) han aumentado la presión sobre Hungría, amenazando a la nación húngara con sanciones si no retrocede de su postura nacionalista y cristiana. Pero la nación, que tan solo hace tres décadas fue parte del Bloque Comunista del Este, conoce bien la demagogia "humanista" del comunismo: ellos vivieron la pesadilla del ethos "igualitarista", y reconocen bien, que detrás de toda retórica buenista se esconde un deseo de erradicar el cristianismo de la cultura y la política.

Bien por Hungría, y bien por Judit Varga. Una mujer que no se deja intimidar por nada. Femenina, no feminista; cristiana, no comunista; conservadora, no progresista. El Occidente necesita más mujeres así, si ha de sobrevivir viendo hacia el futuro.

¡Oremos por las Autoridades de Hungría y también por las de nuestros países!

Fuente: Cristiano Conservador (FB); Reacción: VM-Ar

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