La Terrible Persecución en Corea del Norte Continua

En Corea del Norte se está incrementando la persecución religiosa a unos niveles tan altos como en la Roma antigua. De la misma manera como los romanos durante los primeros siglos del Cristianismo arrojaban a los Cristianos a los leones por una simple diversión deportiva, se nos informa que los lideres nor-coreanos prefieren juicios sumarios seguidos de un pelotón de fusilamiento o simplemente aplastarles las cabezas a los lideres de las Iglesias clandestinas con el rodillo de una aplanadora. Solamente hay tres Iglesias "legales" en Pyongyang, la capital de Corea del Norte, pero principalmente sirven para dar la ilusión de una libertad de culto que en verdad no existe.

Son visitadas mayormente por extranjeros y algunos ancianos. En todos los demás lugares, el gobierno nor-coreano se dedica a una completa supresión de la vida religiosa.

Basándonos en los informes de testigos oculares que recientemente se refugiaron en Corea del Sur pasando primero por China, estos dicen que Corea del Norte ha creado un reino de terror para aplastar cualquier creencia con el temor que pueda desafiar la endiosada autoridad del líder Kim Jong II. La mera posesión de una Biblia puede llevar a la pena de muerte. La asistencia a un servicio religioso clandestino puede resultar en grotescas ejecuciones públicas. Un testigo ocular dijo que estaba presente cuando cinco líderes de la iglesia fueron aplastados por una aplanadora frente a una muchedumbre. Los lideres religiosos fueron advertidos: "Si Ustedes abandonan la religión y solo sirven a Kim II Sung y a Kim Jong II, no los ejecutaremos". El testigo dijo que ninguno de los condenados pronunció palabra. Algunos de los miembros de la Iglesia que presenciaban la escena lloraban, gritaban o se desmayaban cuando los cráneos crujieron al ser destrozados por la aplanadora. (Esta información fue extraída del diario canadiense National Post del 18 de Noviembre de 2005)

No dejemos de orar por los creyentes de este país quienes están viviendo lo que podemos leer en la epístola a los Hebreos: “Otros experimentaron vituperios y azotes; y á más de esto prisiones y cárceles; Fueron apedreados, aserrados, tentados, muertos á cuchillo; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; De los cuales el mundo no era digno; perdidos por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra”. (Heb. 11:36-38)

Oremos por el remanente del cuerpo de Cristo en este país tan restringido. Oremos por nuestros hermanos en prisión, en la clandestinidad y por quienes que están fugándose, para que aún así tengan el valor de compartir el mensaje de Jesucristo; el único mensaje que trae paz al alma y para que los pobres persecutores se conviertan de estos pecados tan terribles y sus almas no se pierdan en el infierno eterno.

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