Área: 40.994 km²
Población: 790.215 habitantes (estimado en 2017)
Distribución étnica: Bhote 50%, nepalés étnicos 35%, indígenas o tribus inmigrantes 15%
Lenguas: Dzongkha (oficial) y varios dialectos tibetanos y nepaleses
Religiones: budistas lamaísticos 75 %; hinduismo - influenciado desde la India y Nepal - 25 %; cristianos: muy pocos; y escasos musulmanes.
Tipo de gobierno: Monarquía constitucional (budista)
Capital: Thimphu
Bután es una nación pequeña y montañosa localizada en la parte sur de la cordillera del Himalaya, entre India y China. Otro nombre de Bután es Druk Yul, lo que significa "la tierra del dragón de truenos", debido a que en las creencias locales los truenos son el sonido de dragones.
La teocracia budista se estableció en Bután en el siglo XVII. En 1865, Gran Bretaña y Bután firmaron un tratado, bajo el cual Bután recibiría un subsidio anual a cambio de ceder algo de sus fronteras. Bajo la influencia británica, se estableció una monarquía en 1907; tres años después se firmó un tratado, donde los británicos acordaron no interferir en los asuntos internos butaneses y Bután permitió a Gran Bretaña dirigir sus asuntos exteriores. Este rol fue asumido por la India independiente luego de 1947. Dos años después, un acuerdo formal Indo-Butanés devolvió las áreas de Bután anexadas por los británicos, formalizó los subsidios anuales que de ahí en más recibiría el país y definió las responsabilidades de India en la defensa y relaciones exteriores.
Bután estuvo aislado del mundo exterior hasta el momento cuando los comunistas se hicieron cargo de China, en 1949, obligando a Bután a dejar de hacer su comercio exclusivamente con el Tíbet. Toda actividad cristiana fue fuertemente restringida hasta 1965, momento cuando se inició una cierta apertura. Sin embargo, después de dos décadas, cuando ya el cristianismo venía haciendo algunos progresos evidentes, se colocaron nuevas restricciones sobre la actividad misionera.
Persecución
A los misioneros extranjeros se les permite llevar a cabo proyectos humanitarios - en particular ayudando en el grave problema de la lepra - bajo la condición de que no evangelicen. Al haberse prácticamente erradicada la lepra, las misiones están en busca de nuevas oportunidades para el ministerio que les permita permanecer en el país.
Obedeciendo a las recomendaciones anticristianas pronunciadas por el Rey en sus discursos y alentados por clérigos budistas que afirman que el cristianismo promueve a la división de la nación, funcionarios regionales han intensificado la represión contra las pocas iglesias de hogar existentes. Los cristianos se ven obligados a renunciar a su fe, prometiendo por escrito no reunirse más para practicar su fe ni testificar. Las sanciones por desobedecer dichas exigencias incluyen la retirada de todos los préstamos del estado, la pérdida de la libre educación para sus hijos, la pérdida de oportunidades de formación y promoción, la terminación del empleo, la cancelación de licencias comerciales, la restricción de movimientos y - por reincidencia - el exilio.
Solo es posible reunirse clandestinamente en pequeños grupos yúnicamente en casas particulares. Hay, sin embargo, testimonios acerca de que muchos cristianos locales, que bajo la persecución y estas condiciones de vida adversas, han logrado con la ayuda de Dios progresar en su vida espiritual de una manera extraordinaria. Temprano a la mañana, jovenes cristianos realizan juntos excursiones a las montañas; y allí, cuando están lo suficientemente alejados de las poblaciones, se reúnen para celebrar una reunión y estudiar la Palabra de Dios y luego compartir un refresco. Al atardecer, espiritualmente fortalecidos, vuelven a sus hogares.
Los cristianos componen sólo 0,33 % de la población. Algunos butaneses están llegando a Cristo por el testimonio de los creyentes de la India que visitan Bután. Todas las reuniones cristianas públicas y la evangelización son ilegales. Evangelistas y pastores enfrentan amenazas, tortura y cárcel. Algunos ciudadanos han sido expulsados por el gobierno budista por haberse convertido al cristianismo. En septiembre de 2002, cuarenta cristianos fueron detenidos y torturados por su fe. Los cristianos, en algunas zonas, se reúnen en medio de la noche por temor a la persecución de las autoridades.
Fuentes: VM-Canadá y Wikipedia, redacción: VM-Argentina