30/03/2008
Durante el fin de semana de Pascua pasado una estela humana de cuatro kilómetros atravesó la capital azteca para recordarle al país el triunfo de Jesús sobre la muerte. Una extensa alfombra blanca conformada por más de cien mil creyentes, se abrió paso por el Paseo de la Reforma, la avenida más histórica de esta ciudad. El pastor Carlos Quiróa, organizador del evento, aseguró que el propósito principal de esta Marcha de Gloria fue hacer sentir la presencia de Jesús en un ambiente de fiesta, alegría, de gozo y de esperanza.
La marcha de Gloria es un evento con 12 años de tradición y este año el contingente estuvo formado por ancianos, adultos, jóvenes y niños de todo el país. Ante la mirada de sorprendidos turistas y capitalinos, la impactante mancha blanca recorrió por más de dos horas, un trayecto de seis kilómetros hasta llegar al Zócalo, en el Centro Histórico de la nación; para posteriormente dar inicio a una fiesta de júbilo con danzas, salmos y oraciones.
Esta marcha de gloria fue poyada por unos mil pastores provenientes de la propia ciudad de México, del sureste mexicano, del norte, del oriente, del centro y del occidente.
Según el Pastor Quiróa, en los últimos años el cristianismo en este país ha crecido vertiginosamente y la reacción social es de completo asombro.
PARTICIPACIÓN SOCIAL
Para los cristianos de este país, la marcha de Gloria es una oportunidad más para dar testimonio a la nación del amor de Cristo; pero también de su realidad y compromiso social. Para los pastores en México, la participación de la Iglesia ya no se limita al ámbito espiritual; pues consideran que el Evangelio debe ser activo y que tiene que ponerse en práctica. Este líder cristiano dice que la Iglesia se está introduciendo a las esferas sociales, políticas y financieras. Quiróa añadió que están elaborando un proyecto de Ley con el propósito de beneficiar al país en su economía, en su política y en su vida de no violencia. Esta fiesta, que continuó hasta las 6 de la mañana del día siguiente, reafirmó en este país la presencia del pueblo evangélico y su derecho a la libertad de culto no sólo en las grandes ciudades, sino también en las regiones donde aún existe persecución contra los cristianos protestantes, tal como está ocurriendo actualmente en la región sureña de Chiapas.
Fuente: Mundo Cristiano, ACPress y redacción: VM-Argentina