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Una mera formalidad
"A medida que el cristianismo adquirió autonomía, tropezó con dos graves dificultades: no estar reconocido como 'religión lícita', ... y negarse sus fieles a sumarse al culto al emperador, una mera formalidad más cívica que religiosa, por considerarla idolatría. La negativa a reconocer el orden constituido ... desencadenó varias persecuciones..."
(De un libro de historia, acerca de los cristianos en el Imperio Romano.)
Lo siguiente es una historia ficticia, pero con antecedentes reales en la antigua Unión Soviética, en China, y en otros países.