Otra contribución respecto al año de Lutero 2017

Se dice a menudo que la mayor diferencia entre la Iglesia de Roma y Lutero radicaba en lo que entendían por Iglesia. Y de hecho, entre los católicos, la salvación está totalmente ligada a esta iglesia: la iglesia sola es quien facilita la salvación; tal como Agustín, un padre de esta iglesia, enseñó: "extra ecclesia nulla salus" (fuera de la Iglesia no hay salvación). Ahora se presume que el reformador Martin Lutero habría roto las ataduras de esta Iglesia Católica y establecido que la salvación es sólo dependiente de Jesús salus christus.



¡Bonito hubiera sido! ¡Eso sería una verdadera reforma para mí! Y el joven Lutero habría estado en realidad en esta buena huella. Pero cuando otros reformadores de su tiempo se le adelantaron respecto a este hallazgo y, concretamente, le habrían de quitar la “gloria”, se puso celoso; y furioso comenzó a combatirlos, llamándolos “soñadores”. Había veces, cuando Lutero se enojaba tan terriblemente, que usaba palabras obscenas contra todos aquellos que no estaban de acuerdo con él. Especialmente cuando estaba alcoholizado - y esto lo hacía muy a menudo* - utilizaba un lenguaje abusivo y vulgar. Para una persona que tiene el Espíritu Santo: ¡esto es simplemente inaceptable! Lutero era tan extremo y descontrolado que hizo perseguir a los bautistas y a los "visionarios" por las autoridades; eran llevados a la cárcel y, luego, unos cuantos de ellos (nuestros hermanos en la fe) resultaron ejecutados.

Y a un tal asesino de hijos de Dios nacidos de nuevo se celebra actualmente en el ambiente cristiano; más concretamente en el escenario ecuménico de las iglesias. ¡Es increíble!

Después de que Lutero se convirtiera en el perseguidor de los bautistas (llamados entonces anabautistas) se volvió en gran medida hacia atrás en sus conceptos, y de nuevo se alineó a la fe católica; por lo que el resultado final de toda la Reforma podría bien interpretarse como que entonces había un Papa en Roma y, ahora, un segundo papa en la ciudad alemana de Wittenberg, donde se había iniciado la Reforma. También en la iglesia de Lutero la salvación seguía dependiendo del bautismo y la comunión (sacramentos) que podía oficiar solamente un sacerdote ordenado. Por lo que podríamos concluir que en la Iglesia Evangélica Luterana rige de nuevo: extra ecclesia nulla sallus (fuera de la Iglesia no hay salvación).

Recuerdo mí tiempo como estudiante de teología en la Facultad de Teología (de  la Iglesia Luterana) de Neuendettelsau, en el sur de Alemania. Cierta vez, allí, orando por una diaconisa anciana, tal como ella me lo había pedido, yo le impuse las manos. Este hecho se difundió por todo el seminario. Recuerdo que el capellán de los estudiantes, enterado de esto, me hizo llamar para recriminarme, diciéndome que el único que puede hacer eso era un ministro ordenado; y por lo tanto, debía notificarlo en la oficina superior.

Mientras que muchos de los estudiantes se emborrachaban, cometían pecados sexuales y hacían sus travesuras sin ser reprimidos, sin embargo, yo tuve que afrontar un proceso de disciplina por parte de la iglesia, simplemente porque había orado, sin estar ordenado, por una diaconisa anciana.

Uno se pregunta, con respecto a la Reforma, que es lo que, en rigor, fue allí realmente reformado. Las pocas pequeñeces del catolicismo que fueron abolidas no valieron la pena. En realidad, no se trataba de una reforma de la iglesia, sino de una revolución: poderes secretos de una subcultura la iniciaron, camuflados detrás del nombre de la Rosa de Lutero Rose,  preparando de este modo el derrocamiento de la sociedad medieval: la puerta de entrada a la modernidad fue brutalmente abierta y tirada abajo cierta pared de protección contra la inmoralidad.

Ninguna iglesia te puede salvar, ni siquiera los llamados medios de gracia del bautismo y la comunión (sacramentos). Estos pueden interpretarse como un abridor de puertas, pero de manera mágica, por parte de la iglesia católica - y la protestante también - para entrar en el reino de los cielos. El único dador de toda gracia es Dios y solamente el caminar en pos de Cristo asegura la salvación del alma. El congregarse es útil y deseable, pero no es necesario para la salvación. El ladrón en la cruz no tenía medios de gracia, ni tampoco fue bautizado ni participó de la Cena del Señor; sin embargo, se fue con el Señor al paraíso: mientras que muchos ministros ordenados hacen filas para ser quemados en el infierno. 

Fuente: Norbert Homuth, Glaubensnachrichten 07.08 2017; Redacción: VM-Ar

* Se piensa que Lutero era un hombre fuerte; en realidad era un hombre muy enfermo, que padecía de muchas enfermedades, en parte, gracias a su conducta de vida,  pues el vino y la cerveza fluían más que el agua. Y Lutero sabía vaciar una jarra grande de una sola vez. En cierta oportunidad dijo: "Sentado estoy aquí, bebo mi buena cerveza de Wittenberg y el Reino de Dios viene por sí mismo".

Lo que el hermano Homuth, un evangelista muy valiente y autor de estos dos artículos, escribió es muy profundo y suena brutal; pero, en realidad, lo que acontece en la Iglesia Luterana de Alemania es, por cierto, brutal: En el congreso bianual de esta denominación, en el 2017, había una plataforma con ingredientes diversos: de todo y para todos - a saber, aceptación de la homosexualidad, el genderismo, el islam; Obama recibió plataforma, canciones que fueron modificadas de acuerdo a un lenguaje moderno, versiones bíblicas pervertidas, presencia de políticos de izquierda, etc.


El Abominable Culto de Sacrificio de la Iglesia Católica

La iglesia primitiva se salió de los carriles neotestamentarios cuando ella comenzó a construir edificios para la iglesia. Esto fue también el comienzo de las llamadas Cabañas de Construcción de Catedrales, y aquí es donde ciertos religiosos comienzan a entrelazarse con la masonería.

Pero ¿por qué comenzaron a construir iglesias? Esto se debe a la herejía por entonces emergente de la “Eucaristía como Sacrificio incruento” (la misa). Esto es así: para sacrificar algo se necesita un altar; para el alojamiento del altar se necesita un templo, y para ofrendar el sacrificio tiene que existir el sacerdocio. Durante el sacrificio de la misa se sacrifica a “Jesús” vez tras vez y prácticamente todos los días. ¡Una siniestra herejía! Esto ha sido el trasfondo de toda construcción de edificios para las iglesias. Al igual que el dogma de la Trinidad, que fue tomado de las tríadas de dioses paganos: el sacrificio de medición en la misa había sido tomado de los cultos de misterios paganos (Diccionario de la Biblia Calva, Stuttgart 1941).

El primer acto oficial de los reformadores Calvino y Zwinelio (Lutero no lo hizo) era, por tanto, eliminar en sus iglesias el altar principal, juntamente con los altares laterales, y abolir el sacerdocio; porque esto ya no se necesitaba.

¿Por qué no se necesitaba más el sacerdocio? Pues debido a que no se necesitaba más de ninguna víctima. Y ¿por qué? Porque Jesús, como el Cordero de Dios, se había entregado a sí mismo como sacrificio en expiación por nuestros pecados una vez y para siempre (Heb. 10:10). Los primeros cristianos, básicamente, no habían construido ningún templo porque ya no necesitaban más ni altares ni sacerdotes. El oficio [servicio] del sacerdote es una práctica judía y ha estado en acuerdo con el Antiguo Testamento. En el Nuevo Testamento existe un sacerdocio solamente en sentido figurado. Los oficios [servicios] que el Nuevo Testamento reconoce son: apóstoles, profetas, ancianos, maestros y evangelistas. Note que no hay sacerdotes. ¡Esos días ya pasaron! Alabado sea Jesucristo, para siempre. Amén!

Fuente: Norbert Homuth, Glaubensnachrichten 07.08 2017; Redacción: VM-Ar

Buscar