La Navidad con su Énfasis en el “Niño Jesús”

 (Porciones seleccionadas del escrito de Dave Hunt sobre “Cristo y la Navidad”)

La Navidad, tal como se celebra actualmente, es una de las muchas prórrogas del catolicismo romano que sobrevivieron la Reforma Protestante. El historiador Will Durant (1885-1913), nos recuerda que el catolicismo romano se formó de la unión entre el paganismo y el cristianismo, que ocurrió durante la época del emperador Constantino, a principios de los años 300 después de Cristo. Comentando acerca de la "cristianización" del imperio romano, Durant escribió:

"El Paganismo sobrevivió... en la forma de ritos antiguos y costumbres que fueron aprobados por una iglesia bastante indulgente... Las estatuas de Isis y Horus fueron denominadas María y Jesús... La Saturnalia (ver nota abajo), el festival dedicado a Saturno durante el solsticio de invierno, fue reemplazada con la celebración de Navidad... Incienso, luces, flores, procesiones, vestiduras, que habían agradado a la gente en antiguos cultos (paganos), fueron domesticados y limpiados con los rituales de la iglesia [católica]..."

Pese a sus orígenes paganos y católico-romanos, y una comercialización grosera y ofensiva, nosotros podemos regocijarnos que la época de Navidad anualmente trae un recuerdo del nacimiento de nuestro Salvador.

Desafortunadamente, las festividades navideñas, por lo general, perpetúan la confusión respecto de quién Jesucristo realmente es y por qué vino al mundo y que fue lo que realmente logró. Esto no es sorprendente, considerando los conceptos erróneos entre Sus propios discípulos al tiempo de su primer advenimiento, y viendo las advertencias con las que la Biblia nos alerta con respecto al tiempo anterior a Su segunda venida, es decir que una confusión aun mayor va a ocurrir (p. ej. Mt. 24:4-39). Indudablemente, todo el mundo, incluyendo millones de "cristianos", seguirán y adorarán al Anticristo, convencidos de que él es el verdadero Cristo.

Las celebraciones navideñas nos recuerdan que los conceptos erróneos que impidieron a muchos reconocer a Cristo cuando vino a la tierra, prevalecerán cuando Él regrese. Las causas de confusión de hace 2.000 años, todavía permanecen con nosotros: ¿Cuál es la verdadera misión del Mesías y en qué consiste Su reino? ¿Cuándo, cómo y para quién será el reino establecido? Y, ¿cuál es la relación de este reino con Israel y con la iglesia? Muchos "cristianos" hoy en día están ciegos de la misma manera como algunos de los primeros "discípulos" quienes rechazaron a Cristo, porque Él no cumplía con sus erróneas expectativas mesiánicas.

"Si es el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en Él" (Mateo 27:40-44) fue la burla de la muchedumbre y también de los líderes religiosos, al pie de la cruz. "Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y también a nosotros" fue el eco de uno de los ladrones que estaban crucificados junto a Él. ¿A quién vino el Mesías a salvar, y en qué forma; salvarlos de qué, y para qué? Indudablemente, nada de esto fue entendido en ese entonces por nadie, ni siquiera por Sus discípulos más cercanos.

Cuando Cristo trató de explicar que Él tenía que morir por los pecados del mundo, Pedro le reprochó por ser tan ‘negativo’. Y aun así, momentos antes, Pedro había declarado por revelación directa de Dios Padre, que Jesús era el Cristo (Mateo 16.16-17). Obviamente, él tampoco entendía la misión del Mesías, aunque sabía quién era el Mesías. "¡Quítate de delante de mí, Satanás!" (Mateo 16.22-23) Con estas palabras fuertes Cristo le había reprochado a Pedro, demostrando la importancia de corregir tan gran concepto erróneo de Su misión.

Así fue con aquellos judíos de Jerusalén (Jn 2:23-25) Que "creyeron en su nombre, cuando vieron los milagros que hizo". Ellos creían que Él era el Mesías, pero tenían una visión errada de lo que eso significaba. "Jesús no se fiaba de ellos" porque Él sabía lo que estaba en sus corazones y que no creerían la verdad. Vemos el mismo error de aquellas personas de Juan 6, los cuales, porque Cristo los había sanado y alimentado, querían "tomarlo por la fuerza para hacerle [su] rey" (Jn 6, 15).

Había muchos que se llamaban a sí mismos Sus "discípulos" (hoy se los llamaría "cristianos") que tenían una falsa visión del Mesías, y cuando Él trató de explicarles la verdad, no la oían sino " volvieron atrás, y ya no andaban con él" (Jn 6:66).

"¿Así que ustedes quieren seguirme?", fue probablemente la pregunta que Jesús les hizo a aquellos que decían que creían en Él. "Entonces, déjenme decirles a qué lugar voy a ir. Yo voy a una colina en las afueras de Jerusalén llamado el Monte Calvario, donde me van a clavar en una cruz. Así que, si ustedes quieren ser fieles hasta el final, es mejor que ahora mismo se decidan: ¡Lleven ustedes su propia cruz y síganme a donde voy, porque es a ese sitio hacia donde me dirijo!"

Hoy en día somos demasiado sofisticados para presentar el Evangelio en términos tan ‘negativos’. Nosotros hemos estudiado lo que se necesita para tener éxito en este mundo: hemos estudiado psicología, sabemos ‘cómo ganar amigos e influenciar a la gente’ y estamos convencidos que, utilizando esos métodos, podemos ‘ganar almas para Cristo’. Por lo tanto, llenamos las iglesias con multitudes de personas que se imaginan que la misión de Cristo es el hacerlos sentir bien acerca de sí mismos, edificando su auto-estima, contestando sus oraciones egoístas y cumpliendo con sus agendas egoístas para su propio bienestar.

Todo eso parece ser muy positivo pero asimismo es muy ecuménico. Estos llamados ‘cristianos’ están dispuestos a aliarse y a trabajar en conjunto con los mormones y con todos aquellos que están a favor de traer de regreso a nuestro país los valores sociales tradicionales y cristianos. Y durante esta temporada de Navidad, una vez más, el hecho de desplegar públicamente una cruz o un pesebre vendrá a ser motivo de unificación.

Para justificar todo esto, los líderes ‘cristianos’ defienden decididamente que sea correcto de trabajar y de aliarse con todos aquellos que llaman a Jesús ‘Señor’. Aparentemente han olvidado estas palabras de Jesucristo: "No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad" (Mateo 7:22-23).

Existen multitudes de personas entre los mormones, los católicos, [así como también entre los bautistas, los luteranos, los metodistas, y aún entre los pentecostales y carismáticos,] etcétera, quienes llaman a Jesús ‘Señor’, pero no son salvos. [Vea este análisis:http://lavozdelosmartires.com.ar/Encuesta%20encuentra%20Solo%20el%207.php ]

La Navidad con su énfasis en el ‘Niño Jesús’ tiene la tendencia a perpetuar otra herejía católica: el mito pernicioso de la subordinación de Jesús a Su madre, que el catolicismo romano ha promulgado deliberadamente por muchos siglos.

No hay duda alguna que a María, como la madre de nuestro Señor, debe llamársela ‘bendecida’; pero ella de ninguna manera es ‘co-mediadora’ ni ‘co-redentora’; esto es algo exclusivo de Jesús como nuestro único Salvador. El Catolicismo Romano enseña errores, ya que ha elevado a María a un nivel que nunca le perteneció, un nivel igual y hasta mayor que Jesús; lo cual es una herejía y una blasfemia.

En las catedrales católicas por todo el mundo uno se da cuenta que las estatuas, los cuadros y los vitrales le dan a María una función predominante. Ella incluso es mostrada en la cruz como si fuera nuestra redentora, mientras que a Jesús se ve como un niño indefenso en el seno de su madre, o se muestra como un niño pequeño entre las rodillas de María o como una víctima de la cruz sin vida alguna en los brazos de María. Nunca se le muestra a ella en sujeción a Jesucristo y casi nunca Jesús es mostrado en el triunfo de Su resurrección. María es mostrada como la ‘Reina del Cielo’ y Jesús permanece como un niño sujeto a su mando.

Típicamente, esto es muy evidente en una iglesia en Francia, en donde sus ventanas tienen clásicos vitrales del siglo XIII. Encima de uno de ellos están las palabras "Le Purgatoire", indicando que aquí se trata de la descripción del "purgatorio". María y Jesús son mostrados en una nube (como si estuvieran en el cielo), abajo están las almas atormentadas en las llamas del purgatorio y con los brazos extendidos en suplicación. ¿Acaso estas almas están clamando a Cristo para que las salve? No, estas almas están pidiendo a María, ya que es ella la que lleva la corona real.

Y Jesús, el Señor de Gloria, quien triunfó sobre Satanás en la cruz y que ahora está sentado a la diestra de Dios Padre, ¿cómo es mostrado? Pues como si fuera un niño de unos siete años de edad, parado entre las rodillas de la ‘Reina del Cielo’. ¡Con razón las almas en el purgatorio no le piden ayuda a Jesús! En la parte baja de este vitral - que muestra esta abominación - están las palabras: "¡Madre María, sálvanos!"

Esta herejía no se originó en la imaginación de los artistas, sino en la tradición y en un dogma, que no solamente ha sido tolerada sino que es promulgada por la Iglesia Católica Romana.

La temporada de Navidad ofrece una oportunidad para compartir el verdadero Evangelio de Jesucristo y para exponer y corregir la representación ecuménica y confusa que es presentada al mundo cada año. Millones son seducidos a pensar que son cristianos sólo porque tienen una emoción sentimental por el ‘Niño Jesús’.

Recordemos lo que Cristo dijo a aquellos que creían en Él: "Si vosotros permanecéis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;  y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres" (Juan 8.31-32). Es esta verdad a la que hemos sido llamados a proclamar, con toda claridad y con todo poder. Dave Hunt (1926-2013)

Los textos entre corchetes son agregados por la redacción.

Las Saturnales (en latín Saturnalia) eran unas importantes festividades romanas. La fiesta se celebraba con un sacrificio en el Templo de Saturno, en el Foro Romano, y un banquete público, seguido por el intercambio de regalos, continuo festejo, y un ambiente de carnaval que desplomaba las normas sociales. El poeta Catulo la llamó "el mejor de los días." Eran Navidad y Carnaval a un mismo tiempo y el cristianismo de la antigüedad tardía tuvo fuertes problemas para acabar con esta fiesta pagana, intentando sustituirla. 

Fuente: Wikipedia

NOTA: El artículo completo puede leerse en este link: http://www.thebereancall.org/node/8950

Recomendamos la lectura del libro: Babilonia Misterio Religioso - Antiguo y Moderno

Es un libro que explica el trasfondo pagano de muchas otras tradiciones católicas, es u libro agotado pero aquí lo puede descargar: http://www.mediafire.com/file/e1idhzfd2bx/Libro+Babilonia+Misterio+Religioso+%28Ralph+Woodrow%29.pdf

¡No nos olvidemos durante esta temporada de festejos 
de los cristianos perseguidos!

En diciembre de 2016 de nuevo todo el mundo festeja la Navidad y Noche Vieja. El afán de comprar regalos (muchas veces inútiles) impide acordarse de los miles de cristianos que van a ser asesinados en estos días. Acordémonos de los peligros que acosan a los cristianos, acordémonos de los cristianos que viven bajo la influencia de las hordas musulmanas que maltratan y asesinan sin piedad alguna a cuantos cristianos que puedan en Irak, Siria, Filipinas, Indonesia, Nigeria...

Acordaos de los presos, como presos juntamente con ellos; y de los afligidos, como que también vosotros mismos sois del cuerpo (Heb. 13:3).

 

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