MAGIA Y SACERDOTALISMO


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MAGIA Y SACERDOTALISMO*

Hugo Marquéz

 

Estas fueron las dos herejías o doctrinas de demonios que afectaron gran parte de la cristiandad cuando el emperador Constantino oficializó el culto cristiano y lo mezcló con los cultos paganos.


Allí los ancianos (presbíteros) y los supervisores (obispos), indistintamente llamados “pastores”, comenzaron a llamarse “sacerdotes” y a adoptar vestimentas especiales y distintivas, así como también a dar un carácter y valor espiritual a los ritos [retorno al Antiguo Testamento]. Esto dejó en el olvido el concepto evangélico y neotestamentario del “sacerdocio de todo creyente” (Apoc 1:6,10; 1 Pedro 2:5-9), así como también la Gran Comisión (Mat. 28:18-20), que, habiendo sido dada a todos los discípulos, fue apropiada exclusivamente por los sacerdotes.


Aquí también se deja de enfatizar la salvación por medio de la fe y la gracia de Dios, para darle importancia a los ritos administrados por los profesionales de la [nueva] religión, los sacerdotes. De allí que, para cristianizar a las multitudes, se reemplazaran los sacerdotes y ritos paganos por sacerdotes y “ritos cristianos”.

 

El vino de la “santa” comunión, una vez consagrado por el sacerdote, se convierte en sangre, y el pan en cuerpo de Cristo (transubstanciación). El bautismo legítimo no es en el rio Jordán ni en un arroyo, rio, mar o pileta con agua común, sino con “agua bendita”, que no se vende en ninguna parte: es agua de la “empresa potabilizadora” consagrada por el sacerdote.  La misa, el incienso, una vuelta a la derecha del altar, dos a la izquierda, recitar el rezo establecido, etc., se les asigna un valor espiritual cuando son administrados por el sacerdote.

 

Pero en verdad, lo que más me preocupa son las nuevas formas de sacerdotalismo y los rituales “evangélicos” que nos están alejando de la simplicidad de las reuniones cristianas descritas en la Biblia.


Hoy, para que el pastor tenga autoridad espiritual delante de sus fieles, tiene que orar y la gente se tiene que caer. Si no sucede así, puede ayudarse con un empujón o con el saco, el cual se revolea y la unción “salta por todos lados”, dejando un desparramo de gente en el suelo. A tal predicador o pastor se le considerará poderoso.

 

Ya no hay ofrendas y primicias como una expresión de gratitud, voluntaria y con alegría de corazón, porque Dios ama al dador alegre. Ahora es siembra para prosperar y enriquecerse; es pacto para desatar no sé qué cosa; dinero es el tema más extenso que la misma exposición de la Palabra, además este dinero es reclamado en un tono extorsivo y amenazador.

 

Jesús y los apóstoles nos enseñan que la forma de sanar no es lo importante. Ellos no repetían ni enseñaron un método de ministrar; sabían que el poder estaba en Jesucristo y en el Espíritu Santo.


No veo a Jesús anunciando una “Noche de Milagros” ni animando para que la gente: “venga a arrebatar su milagro”. Jesús sanaba mientras caminaba con sus discípulos y donde se manifestaba una necesidad. Jesús y luego, Juan, Pedro, Pablo y demás discípulos no tenían un día especial, un horario especial, una forma determinada, porque el poder no estaba en ellos, ni en el rito, sino en “el nombre de Jesús de Nazaret”.

 

El Señor hizo que se abrieran las aguas del Mar Rojo: no intentes hacer lo mismo.

El Señor le dio vista a un ciego escupiendo en tierra, haciendo lodo y aplicándolo a los ojos: no intentes hacer lo mismo.


El Señor resucitó a Lázaro con una orden oral: no copies ni imites el método.

 

La mujer que tocó el borde del manto de Jesús se sanó sin que Jesús hiciera nada. No es “magia”, es Jesús. No copies ni imites.


No adoptes posturas, tonos, repeticiones, ni manifiestes temblores en tu cuerpo para que los demás deduzcan que “el espíritu se apoderó de ti”.


El Espíritu no se manifiesta como un tembleque, sino que es: “paz, mansedumbre, templanza, dominio propio” (1.
Corintios 13; 2. Timoteo 1:7; 1. Pedro 1:13; 2. Pedro 1:6)).

 

Fuente: Hugo Marquéz, agosto 2025; Redacción: VM-Ar, 10.8.2025

 

Me gustaría mucho saber qué piensas de este artículo – deja tu comentario.
Muchas bendiciones - Alberto

 

Nota:

*El sacerdotalismo es la creencia en el papel del sacerdote como mediador esencial entre Dios y los seres humanos, enfatizando su importancia en las prácticas religiosas. Este concepto es particularmente significativo en ciertas tradiciones cristianas, como el catolicismo romano y la ortodoxia oriental. (Enciclopedia Británica)

 

Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis
 traspasado del que os llamó a la gracia de Cristo, a otro evangelio:

No que hay otro, sino que hay algunos que os inquietan,
y quieren pervertir el evangelio de Cristo.

Mas aun si nosotros o un ángel del cielo os anunciare
otro evangelio del que os hemos anunciado, sea anatema.

Como antes hemos dicho, también ahora decimos otra vez:
Si alguno os anunciare otro evangelio del que habéis recibido,
sea anatema.

(Gálatas 1:6-9)

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