Devocionales

¡Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos! Amén (Apocalipsis 1. 5, 6).

El último libro de la Biblia, el Apocalipsis, anuncia la victoria final de Jesucristo. En el original griego, la palabra "Apocalipsis" no significa "catástrofe", sino "revelación" o “levantar el velo”. Desde el comienzo de este libro nos encontramos con una descripción del glorioso Señor Jesucristo: "Aquel que nos ama" está presentado en su majestad de juez.Desde el cielo, escudriña los corazones de cada ser humano, nada se le escapa.

Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová (Jer 17:5). 

Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú, y tu casa (Hch. 16:31).

Al ver, leer o escuchar las noticias - nos referimos aquí de manera particular a las de persecución de los cristianos en cada vez más partes del mundo - surgen las siguientes preguntas: ¿Puede el Hombre todavía ser bueno? ¿Se puede todavía creer en el hombre?

A continuación varios devocionales del libro Alcanzando las Alturas, escrito por Richard Wurmbrand:

Del 2 de enero  

“DIOS ES AMOR” (1 Juan 4:8)

Un cristiano soviético liberado de la prisión escribió en una carta:

“Mi apariencia exterior no es atractiva. En el campamento de labor esclavo trabajé debajo de la tierra. Tuve un accidente que me hizo jorobado. Un muchacho me clavó la vista y preguntó: “Tío, ¿Qué tienes en la espalda?” Estaba seguro de que se burlaría de mí, pero aun así contesté: “Una joroba”.

“No” - dijo el niño - “Dios es amor y no da deformaciones. No tienes joroba sino una caja debajo de tus hombros. En esta caja se esconden las alas de un ángel. Un día se abrirá la caja y tu volverás al cielo con estas alas”. Empecé a llorar de alegría. Aún ahora, escribo y lloro.

Todo hombre posee alguna clase de “joroba”, algún impedimento físico, mental o espiritual; algo que lo hace diferente a los demás. Las cosas parecen así sólo si las contemplamos desde la perspectiva de una vida terrenal limitada. Aquí “conocemos en parte” (1 Co. 13:12). Por esto nuestras vidas y sufrimientos a menudo parece que no tienen sentido.

Dios ha permitido que algunas personas tengan una joroba; otras enfermedades o pobreza, o una sentencia de prisión, privaciones u otras penas. Pero no aceptaremos normas humanas que categorizan tales cosas como catástrofes. Aplicaremos a ella la norma de este niño soviético lleno del Espíritu Santo y veremos en nuestras penas, cajas que esconden alas de ángel, con las cuales estamos destinados a volar al cielo.  

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Del 4 de enero

“Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres”. (Lucas 1:28)

En un país comunista un prisionero joven fue llevado de su celda a la corte. Cuando regresó, su cara resplandecía. Los otros prisioneros le preguntaron como le fue en la corte. El contestó: “Como en el día de la anunciación de María. ¡Qué día hermoso! Una virgen pura a solas en meditación. De inmediato se presenta un ángel radiante. Le dice que ella, una criatura, tendrá en sus brazos al Creador como un bebé; y que ella, una criatura, lavará a su Creador. Lavará a Aquel que después limpiará a millones de hombres de sus pecados. Ella, una criatura, enseñará a su Creador a caminar. Enseñará a hablar al Verbo Eterno de Dios. El será el sol y el gozo de su casa”.

“Habrá algunos momentos difíciles. Tendrá que permanecer de pie llorando al pie de una cruz, donde el Hijo de Dios - y su hijo - morirá por nuestra salvación. Pero esto pasará. Será resucitado e irá al cielo y de seguro llevará a su madre para estar con El. Y de nuevo habrá gozo sin fin”.

Los prisioneros le agradecieron por el buen sermón, pero insistieron: “Te preguntamos otra cosa. ¿Cómo te fue en la corte?”

El repitió: “Ya les dije. Fue como el día de la anunciación de María. Los jueces me dijeron que estoy sentenciado a muerte. ¿No es hermoso? Puertas de perlas, calles de oro, ángeles tocando arpas, la comunión de los santos; y sobre todo, descanso en el pecho de Jesús”.

Cada año de nuestra vida es un paso nuevo hacia la muerte. Tomemos este paso con gozo y esperanza. ¡Jesús fue resucitado! Los que creen en El serán resucitados también.

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Del 5 de enero 

“Jehová abrió la boca al asna” (Números 22:28)

Crean la Biblia. Algunas de sus historias pueden ser aceptadas por nuestra razón sólo con dificultad; pero no hay otra alternativa. Si no aceptamos las partes difíciles de la Biblia, la única opción que queda es aceptar lo absurdo.

Los ateos se mofan: la Biblia dice que una asna podía hablar. Pero la Biblia no dice esto. Más bien, dice: “El Señor abrió la boca al asna”. Donde hay un Dios todopoderoso, El puede hacer que una asna hable en cualquier momento.

Pon la creencia en Dios a un lado por un momento. ¿Qué queda? La incredulidad dice que el hombre evolucionó del mono. Esto quiere decir que en cierto momento, un animal - en este caso el mono - comenzó a hablar sin la ayuda de un ser más alto; más inteligente que él mismo. Ningún niño aprende a hablar sin que un adulto le enseñe.  ¿Cómo logró un mono lo que un niño no pudo?

Tienes que aceptar el hecho de que un animal habló; un animal sin ayuda de nadie - como enseña el darwinismo - o un animal cuya boca un Dios sabio y todopoderoso abrió. Obviamente, es más fácil para la razón el aceptar esta última alternativa.

Piensa también en la verdad interna de las primeras palabras que habló jamás un animal: “¿Qué te he hecho, que me has azotado?” Un día nos harán esta pregunta todos aquellos a los cuales hicimos daño. ¿Qué responderemos? Aún si los que azotamos eran culpables, ¿era absolutamente necesario azotarlos tres veces como el profeta falso Balaam lo hizo con la asna? ¿No habría bastado menos que esto?

No escuchen a los que reparan acerca de la Biblia, más bien mediten en sus palabras cuidadosamente.

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Del día 4 de julio

“TUVO HAMBRE “  (Mateo 21:18)

Un billón de gente sufre hambre. Nosotros damos una cifra, pero cada número representa a una persona. 10,000 mueren diariamente de desnutrición y hambre; 9,900 de ellos sin haber oído de Cristo.
La gente de países desarrollados consume cinco veces el mínimo de alimento necesario para salvar a los hambrientos. En una parte de África el 25% de los niños muere antes de su primer cumpleaños. Sus posibilidades de morir son cuarenta veces mayor que en los Estados Unidos o en Australia. Entre los que sufren hambre están los niños de miles de mártires cristianos en los campamentos de trabajo forzado de los  países comunistas.
El cristiano Arístides escribió en el año 125 d.C. al emperador Adriano: “Entre los cristianos, el que tiene da al que no tiene sin queja y sin alarde…Si hallan pobreza en su medio y no tienen alimento de reserva, ayunan dos o tres días para que los cristianos sean suplidos de lo que necesitan”.
Ayuna. Renuncia. En el día del juicio, el Señor te dirá: “Tuve hambre y me diste de comer” (Mateo 25:35)

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Del 10 de octubre

“Y cuando hubieron cantado el himno” (Mateo 26:30)

Ten cuidado con la música que escuchas. La música de rock puede ser fatal.
La revelación de Dios consiste no solo de letras. La Biblia hebrea contiene símbolos musicales. No es para ser leída, sino cantada de acuerdo a una melodía específica. La misma palabra puede tener significados diferentes de acuerdo con el tono en que se cante esa palabra. Solamente con la melodía la Biblia contiene la revelación completa de Dios.
También hay música maligna, obscena y moralmente corruptora. Gigantes como Cervantes, Goethe y Tolstoy se sobresaltaban ante la inmoralidad de alguna música. Hoy en día hay música que destruye hogares. La comprensión entre las dos generaciones se hace imposible si  escuchan tipos de música que se contradicen uno al otro. No toda la música clásica es buena. Tolstoy creía que nadie que escuchara la Sonata Kreutzer, de Beethoven, podía resistir la sugestión erótica de su música. Sus valores morales estaban en peligro y lo inevitable hubiera sucedido, si se presentaba la ocasión.
Es terrible escuchar la hermosa música en Otelo, de Verdi, cuando el moro asfixia a Desdémona. Se escucha la música electrificante de Strauss cuando Salomé se desnuda y demanda la cabeza decapitada de Juan el Bautista. La mayoría de los argumentos de la ópera pudieron haber sido escritos por miembros de la mafia. Se propaga el crimen en el escenario, crimen acompañado de música celestial.
La gente escucha La Pasión Según San Mateo, de Beethoven, y murmuran unos a otros mientras el artista canta acerca del azotamiento de Jesús: “¡Qué bella melodía!”.
De esta manera muchos pecados son alentados en nuestras almas. Por eso los cristianos se cuidan del engaño de la música.
Jesús fue cantando a Getsemaní. Canten sus melodías. Escuchen sólo a la música agradable a Dios.

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Día 1

“Entra en tu aposento”   (Mateo 6:6)

   Los maestros de filosofía han dado consejos innaturales a los hombres. Marco Aurelio escribió: “La gente se retira a las aldeas, a las montañas, a las playas…Esto es vulgar, porque, cuando tú quieras, puedes retirarte en ti mismo. En ningún otro lugar encuentra el hombre un retiro más calmado y silencioso que en su alma”. Seguro que puedes encontrar quietud interior entre la bulla, pero requiere mucho esfuerzo.
   ¿Por qué no seguir el ejemplo y enseñanza de Cristo, quien fue a lugares desiertos o a las montañas para orar? Y cuando esto no es posible, ¿por qué no asegurarte de la quietud en un aposento?
   El ruido de esta edad tecnológica es parte de un complot contra la espiritualidad. La radio y la televisión, entre otras cosas, aseguran que nunca tengas un momento de quietud. Los enamorados, los amigos, han olvidado el arte de sentarse o caminar juntos en silencio. No menos de un ochenta por ciento de las palabras habladas o escritas son inútiles.
   Los hebreos, a los cuales Dios dio Su primera revelación, no tienen una palabra para “palabra”. A través de ellos fue dada la palabra de Dios; pero no puedes decir eso en hebreo. En vez de “palabra”, usan davar, que significa “la cosa verdadera”. Hablemos y escuchemos palabras sólo si no son conversaciones inútiles, sino realidades.
   En hebreo el prólogo del Evangelio de San Juan dice: “En el principio era la cosa verdadera (davar), y la cosa verdadera era con Dios, y la cosa verdadera era Dios”.
   En vez de perder nuestro tiempo en palabras vanas sobre cosas que no son importantes, pasemos tiempo en nuestros aposentos en comunión quieta con Dios. 

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Día 2

“Enséñanos…a contar nuestros días”. (Salmo 90:12)

    El año ha pasado. Deja que todos los problemas, pecados y disputas del año pasado se vayan con él. Para nuestros pecados hay perdón en la sangre de Cristo. El nuevo año traerá sus propios problemas. No hay necesidad de traer los problemas del año que ya no existe. Las disputas han perdido su importancia.
   Una pareja, impulsada por el amor, se había casado. Se sentaban a la mesa y se abrazaban. De pronto ella sintió miedo. “¿¡Viste!?”, exclamó. “Un ratón entró al hueco allí a la derecha”.
   El la calmó. “No te hará daño. Lo vi. Es algo pequeño. Entró al hueco de la izquierda”.
   Ella insistía que era el hueco de la derecha. El usó su autoridad como esposo para hacerle entender que él tenía razón; puede que hubiera sido en el otro hueco. Se divorciaron a causa de esto.
   Después de siete años de separación, los amigos lograron que hicieran las paces. Se casaron de nuevo y se sentaron en el mismo cuarto. Ella dijo: “Qué estúpidos fuimos al haber peleado por un ratón que entró al hueco de la derecha”.
   El gritó: “¿¡vas a empezar de nuevo!?” Se divorciaron por segunda vez. Esta vez fue para siempre. ¿Son nuestras disputas menos ridículas que ésta?
   Otro año ha pasado. Con un año más nos acercamos a nuestra cita con Dios. ¿De qué valdrán todas nuestras preocupaciones y conflictos, que consideramos tan importantes, en el día del juicio?
   Examinemos cuidadosamente lo que fue impropio el año pasado, y comencemos el nuevo año con confianza. En el nuevo año tendremos: a Dios, a Jesucristo, al Espíritu Santo y a los ángeles que nos cuidan. Podemos estar confiados.

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Día 3 

“Se hizo pobre…para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos”. (2 Cor. 8:9) 

   Recapitulando lo que hemos hecho este año, recordamos nuestros muchos pecados. Ellos tienen muchas causas. Una de ellas puede ser que no tenemos el maestro espiritual adecuado.
   Cuídate de los maestros religiosos que tienen una gran audiencia. Si dijeran la verdad, su audiencia disminuiría.
   Jesús tenía miles a su alrededor cuando multiplicó el pan o cuando sanaba. Sus enseñanzas, sin embargo, no eran aceptadas por la multitud.
   ¿Se congregaría la multitud en torno a tu maestro? ¿Lo seguirías si practicara y enseñara la pobreza de acuerdo a la palabra del Maestro: “Bienaventurados los pobres?”   (Lucas 6:20)
   A un creyente se le ofreció dinero. Se negó a aceptarlo con las palabras: “Tengo el dinero necesario para el bien de hoy”.
   “El dinero que tienes no durará mucho”, le dijeron. “Toma, y tendrás para los días que siguen”.
   El contestó: “Garantízame que voy a vivir más de lo que mis monedas alcancen, y aceptaré tu dinero”.
   Busca el maestro que te diga que no te preocupes acerca de las muchas cosas que te faltan, sino que estés contento con lo poco que tienes. Jesús, aunque era rico, por amor a vosotros se hizo pobre. (2 Cor. 8:9)
   El verbo “tener” no existe en el idioma hebreo. Solamente Dios es el dueño de todas las cosas. Tú puedes poseer al dueño de todas las cosas. Busca el maestro que te enseñe no sólo a estar contento, sino como sentirte jubiloso de tener a Dios.      

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 Día 4

“Sólo una cosa es necesaria” (Lucas 10: 42)

   La queja más grande que se oye es que la gente no tiene tiempo. De seguro es así porque, como Marta, están ocupados con muchas cosas. Nunca hubieras escuchado a María decir que no tenía tiempo. Ella necesitaba una sola cosa: escuchar a su Amado y de vez en cuando hacer una cosa que El nos ordena. Nunca nos pide que hagamos dos cosas a la misma vez. Hay sólo una tarea para cada momento de nuestra vida. Mientras cumplimos con esta tarea, no tenemos otros deberes. Por lo tanto, creyentes, siempre tengan tiempo.
   Un nuevo evangelista vino a una aldea y maravilló a todos con su poderosa predicación. Las noticias se esparcieron rápido, y el domingo siguiente la aldea entera se reunió en la iglesia. El pronunció exactamente el mismo sermón. El tercer domingo, cuando la gente vino de aldeas vecinas, de nuevo predicó el mismo sermón. También el cuarto domingo. Los ancianos de la iglesia se dijeron unos a otros: “Este debe ser un engañador que se memorizó un solo sermón”.
   “¿No sabes pronunciar otro sermón?”, le preguntaron.
“No he visto que hayan cumplido con lo que enseñé en el primer sermón”, contestó. “Así que ¿para qué los voy a preocupar con otro?”
    ¿Por qué leer tanto periódico y escuchar tanta noticia, en vez de responder a una tragedia cerca de nosotros ofreciendo nuestra ayuda? ¿Por qué leer tantos libros nuevos cuando no hemos puesto en práctica alguna de las cosas nuevas que hemos leído? ¿Por qué contesto otra llamada telefónica cuando no tomo tiempo para ser atento, compasivo y bondadoso con la persona que me llamó primero?
    ¡Qué poco hizo y dijo nuestro Señor! Podrías recopilar lo esencial en los dieciséis capítulos del evangelio de Marcos. Pero cada acto y cada palabra eran oro puro. Examina tus palabras y acciones; encontrarás que la mayoría de ellas no son necesarias. Contrólalas y tendrás tiempo y serenidad. Examina tu conciencia cada tarde. Repasa el día, preguntándote paso a paso si las cosas que hiciste fueron necesarias. Elimina todos los hechos y pensamientos inútiles.

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Día 5

“Había un hombre rico, el cual tenía…” (Lucas 16:1)
“Un hombre tenía…” (Lucas 15:11)

La Biblia es la revelación de Dios. Revelación es una palabra de origen latino con dos significados. Descubre cosas escondidas, desconocidas antes, pero también pone algunas cosas tras de un velo.
    Desde el principio, las palabras de nuestro Señor fueron comunicadas en griego, un idioma diferente al que hablaba Jesús. Tenemos Sus palabras en el velo de una traducción, la cual nunca puede comunicar el sentido completo del original. Aún el hebreo del Antiguo Testamento cubre los pensamientos de Dios, envolviéndolos en el pobre lenguaje del hombre. El propósito de la Biblia es despertar en nosotros el anhelo del estado bendito cuando no había Creador aparte de la creación, cuando sólo era Dios y nosotros éramos uno en El – cuando no había comunicación entre los hombres en palabras incapaces de expresar los pensamientos más altos –; como volverá a ser en la consumación de los tiempos.
Jesús hablaba arameo, un dialecto del idioma hebreo. La palabra “tener” no existe ni en arameo ni en hebreo. Jesús nunca pronunció esta palabra. Jesús nunca dijo que “tenía” algo. Por eso podía mantener gozo perfecto cuando lo desvistieron para ser azotado. Le quitaron sus ropas, de las cuales nunca había dicho: “las tengo”. Nunca dijo: “tengo un cuerpo”. El cuerpo que torturaron no le pertenecía. Nada poseía. Jesús había cedido Su cuerpo a Su Padre como un sacrificio vivo antes de que lo mataran.
Enseñó a Sus primeros discípulos a pensar de la misma manera: “Y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía…” (Hechos 4:32). Todo pertenece a Dios, y nosotros somos los administradores de Sus posesiones. El es libre para quitar en cualquier momento las riquezas materiales, la salud, un hijo amado, un buen nombre, un amigo, fama. Estas cosas nos son solamente encargadas. Si se nos quitan, nada perdemos. No son nuestras. Esto constituye uno de los gozos de la vida cristiana. Todos los cristianos somos “desposeídos” y no deseamos ser “poseídos”. Los que tienen, se preocupan de posibles pérdidas. Esto no es posible para nosotros. Nuestra vida está llena de serenidad.

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Día 6

“A todos los que le recibieron les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1: 12)

  En una ocasión cuando Napoleón cabalgaba, en una parada, su caballo se volvió frenético. Viendo que el emperador estaba por ser arrojado, un soldado de infantería, arriesgando su propia vida, agarro las riendas sueltas y a base de pura fuerza paró al caballo enloquecido.
  Napoleón dijo: “Gracias, capitán”.
El nuevo capitán entendió y fue directamente al comedor de los oficiales. Sentándose comenzó a dirigirse a los oficiales como a sus compañeros.
  “¿Cómo te atreves?”, le preguntaron
“¿Por qué no?”, contestó él. “Soy un capitán”.
Ellos se burlaron. “¿Un capitán? ¿Tú? Pero no tienes barras de capitán, ni la educación, ni una compañía a quien dirigir”.
  “Todavía no tengo nada de eso”, replicó confiadamente, “pero soy un capitán, porque así me llamó Napoleón”.
  Ningún hijo de Dios debe consternarse porque no tiene el comportamiento de un santo, o no tiene el conocimiento necesario, o no es reconocido como un hermano creyente  por los que lo rodean. El ha sido llamado “un hijo de Dios” por el Rey de Reyes. Esto es suficiente.
  Aquel que te ha dado este nombre te guiará a través de tu vida, en las subidas y en las bajadas; aún a través de la muerte, hacia el cumplimiento de tu sublime vocación. Cree que eres un hijo de Dios. Lo demás vendrá. 

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Día 7

“Y AHORA FUERON TRAÍDOS DELANTE DE MÍ SABIOS Y ASTRÓLOGOS PARA QUE LEYESEN ESTA ESCRITURA Y ME DIESEN SU INTERPRETACIÓN; PERO NO HAN PODIDO MOSTRARME LA INTERPRETACIÓN DEL ASUNTO.” (DANIEL 5:15)

      Mientras el rey Belsasar de Babilonia se divertía con sus señores y mujeres, un mensaje en arameo apareció en la pared. Asustado y zozobrado reunió a sus consejeros para aclarar el significado de este extraño fenómeno. Sin embargo, ninguno de ellos pudo interpretar lo que había sido escrito. Mas tarde llamó a Daniel y se quejó de que sus consejeros no sabían arameo.
El idioma era hablado por los judíos. Estos cautivos de Israel se habían vuelto una minoría nacional importante en Babilonia; contribuyendo al imperio con un primer ministro y muchos otros líderes políticos. Pero ninguno de los hombres sabios de Babilonia se había preocupado en aprender el lenguaje, la religión o la mentalidad de los judíos. Los enemigos de Babilonia, los medos y  los persas, estaban entrando secretamente en la ciudad mientras el rey y su gente se divertían. Aquella misma noche el rey Belsasar fue asesinado y su gran imperio cayó en manos de otros. Sus hombres “sabios” carecían de sabiduría. Sin saber la inminencia del peligro, no podían advertir al rey.
La ignorancia trágica de estos consejeros de la antigüedad la vemos repetirse hoy. Los sabios modernos – muchos de ellos líderes de iglesia – son bastante inteligentes para asegurarse altas posiciones y los beneficios y la fama que van con la eminencia. Pero no entienden a la gente que deben guiar a Cristo; ni reconocen las fuerzas destructivas que amenazan a la iglesia. Los sabios de hoy, los líderes espirituales, parecen ignorar el grave peligro que presentan para la cristiandad el Islam, el comunismo y el secularismo difundido.
La advertencia al rey Belsasar había sido escrita por una mano en la pared. La advertencia al mundo libre está escrita con sangre, y todavía nuestros sabios no pueden leerla.                                                                                                   

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Día 8 

“Al descender a tierra, vieron brasas puestas, y un pez encima de ellas, y pan.” (Juan 21:9)

  Los discípulos tenían hambre y el Señor les había provisto una comida.
En esta ocasión, Él la preparó. En otros tiempos, le encargó a un ángel que cuidara de un santo. Cuando el profeta Elías dormía bajo un árbol, un ángel lo tocó y le dijo: “Levántate y come. Entonces el miró, y he aquí, una torta cocida sobre las ascuas, y una vasija de agua a su cabeza”. (1 Reyes 19:6)
Es fácil creer en estos milagros después de haber comido bien; pero en algunas partes del mundo los cristianos están en cárceles donde la comida es sopa hecha de intestinos sin lavar. El estiércol flota en la sopa. Para obtener esa comida tienen que trabajar como esclavos.
Nuestros hermanos encarcelados no solo sufren físicamente; su fe también esta en tensión. Vienen las dudas: “El señor es todopoderoso. El proveyó alimento  para los primeros apóstoles y para Elías. ¿Por qué no provee pescado frito o pastel para mí? ¿Por qué tengo que comer intestinos sucios?
Dios ha provisto el alimento necesario para los prisioneros cristianos. Solo que esta vez no se lo ha encargado a los ángeles, sino a sus prójimos cristianos. Como había encargado a un ángel que alimentase a Elías, así ha encomendado a los cristianos del mundo libre que provean alimento para los encarcelados. Es una tragedia el que muchos de aquellos que tienen la tarea de alimentar a los mártires, roban lo que Dios les ha dado para este propósito y privan así a los mártires de lo que les es debido.
¿Eres tú uno de esos ladrones?
Dios también ha provisto para la libertad de cristianos bajo diferentes gobernantes anti-cristianos. Sin embargo, los Moisés y los Josué de hoy ; aquellos que Dios les ha confiado la libertad del mundo y de su gente, están en huelga. Faraón los ha sobornado y están ahora de su parte.
¿Quieres hacer algo por la libertad del mundo?      

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