Sabemos que somos de Dios, y que el mundo entero yace en maldad (1 Juan 5:19).
(Jesús dijo, hablando con el Padre) Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como yo no soy del mundo (Juan 17:14).
Muchos cristianos creen que el cristianismo es una ética dada por Dios para mejorar el mundo. Asimismo, muchos sinceramente sienten el deber de involucrarse en la gestión política o social. No importa cuán generosas estas iniciativas sean, no son suficientes. El mundo no se puede mejorar (1 Juan 2:17): el mundo ha crucificado a Jesucristo.