Devocionales

Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de mí (Éxodo 20:2-3).

Porque todos los dioses de los pueblos son ídolos; pero Jehová hizo los cielos (Salmo 96:5).

El pueblo de Dios (los descendientes de Abraham) había sido cautivo en Egipto bajo la opresión del Faraón. Eran esclavos duramente explotados, que estaban llenos de amargura; y angustiados por un decreto del Faraón de matar a todos los hijos varones recién nacidos. Dios vio su angustia en esta situación desesperada e intervino para librarlos por medio de milagros extraordinarios bajo el liderazgo de Moisés.

Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella (Mateo 7:13).

¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo! (Isaías 5:20). 

Un filósofo de principios del siglo 20 ha definido la moralidad como "lo que agrada a la mayoría". Solzhenitsyn (ver nota abajo), el famoso luchador ruso por la libertad, se indignó de un tal concepto. "Bajo estas condiciones - escribe - el mal puede ser bueno si obtuviere la mayoría de votos, y así el bien puede transformarse en mal si la votación resulta ser minoritaria". 

La relajación de la moral que conocemos es una consecuencia de este punto de vista. Porque abre la puerta a los peores excesos. 

¿Qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? (Mateo16:26).

En los países occidentales, fácilmente, por las más diversas causas, se llevan a cabo manifestaciones públicas y - si es posible - masivas. En el mismo contexto existen también muchas otras razones por las que, sin embargo, nadie sale a la calle. ¿Qué se dice, por ejemplo, acerca de millones de personas que padecen hambre? ¿Qué del abuso de menores? ¿Qué de los 40 millones de seres humanos que mueren antes de nacer cada año en el mundo? O ¿qué de tantos jóvenes que mueren en las carreteras al salir de una discoteca? 

Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros (Romanos 5:8). 

Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero (1 Juan 4:19). 

Amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro (1 Pedro 1:22). 

Cierto día un cristiano se quejó frente a otro por no recibir amor fraternal en la iglesia a la que asistía. El interlocutor le respondió: "Amigo mío, ¡pon agua en la bomba! Si piensas que el agua va a comenzar a salir por su propia cuenta, ¡tendrás que esperar mucho tiempo!"

Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados (Romanos 8:17).

A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo (Efesios 3:8).

La palabra de Cristo habite en abundancia en vosotros (Colosenses 3:16).

Un hombre pobre recibe una herencia inesperada. Un tío suyo sin hijos murió repentinamente, y resulta que este hombre es el único heredero. Y aquí, sorpresivamente, posee un castillo, rodeado por un área grande. ¡Es ahora un hombre rico!

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