Devocionales

Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo  hombre, quien se entregó en rescate por todos (1 Timoteo 2:5, 6).
Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos (Hechos 4:12).
 
Nuestra época considera a menudo la tolerancia como la más bella de las virtudes. La tolerancia es aclamada como la base fundamental para una sociedad armoniosa, un poderoso antídoto contra el fanatismo, el prejuicio y la exclusión.

Es cierto que la intolerancia es la fuente de muchos conflictos en las familias, en diversos grupos y aun entre naciones enteras. Pero debemos destacar ¡que somos fácilmente tolerantes de asuntos que nos involucran muy poco, pero que no somos tan fácilmente condescendentes cuando el asunto nos toca muy de cerca!

(Jesús dijo a sus discípulos:) “Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: mas os he llamado amigos...” (Juan 15:14-15).

El pecado fue introducido en el mundo por la desobediencia de Adán y Eva hacia el único mandamiento que Dios les dio. Ahora, lo que caracteriza a un cristiano es que tiene la vida de Cristo (1 Juan 5:12). Por eso debe, tal como Jesucristo, obedecer a Dios. Pero, ¿por qué siente esta obediencia a menudo, como una carga? Es verdad que la obediencia se opone en nuestro pensamiento con respecto a la noción de libertad, que hoy en día es reclamada en todo el mundo.

Hoy en día existen detectores automáticos de billetes falsos. Antes de que éstos existieran, los mismos empleados del banco tenían que encontrar las falsificaciones y para lograrlo, no se pasaban el tiempo analizando ejemplares falsificados, sino que estudiaban cuidadosamente los billetes auténticos. Una vez que los conocían bien, les era relativamente fácil detectar las falsificaciones.

¿Cómo podemos estar preparados para no dejarnos seducir por un movimiento religioso equivocado? La respuesta es mediante un cuidadoso estudio de la Biblia. Como consecuencia de esto, vamos a estar sensibles a las distorsiones y a las enseñanzas que tengan una apariencia de la verdad.

¿Cómo es  posible que el hombre sea justo delante de Dios? (Job 9:2).
Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús (Romanos 8:1).

A menudo confundimos el Evangelio, es decir, la enseñanza de Jesucristo, con una religión, ya que hay tantas. ¿Es posible la comparación?

Hay muchas religiones, pero sólo un Evangelio. La religión es la obra del hombre, pero el Evangelio es un don de Dios. La religión es lo que el hombre hace de Dios; sin embargo el Evangelio es lo que Dios ha hecho por el hombre.

En las religiones, el hombre busca a Dios; en el Evangelio, Dios busca al hombre.

La religión consiste en que el hombre sube por la escalera de sus buenas acciones, con la esperanza de encontrar a Dios en el último peldaño. No obstante, el Evangelio nos revela a Dios descendiendo de la escalera en Jesucristo, para reunirse con nosotros, los pecadores, en el peldaño más bajo.

La religión hace hincapié en la buena voluntad del hombre, el Evangelio es "buena noticia" que viene de Dios: el que cree en Jesús recibe el perdón de sus pecados (Hechos 10:43).

La religión se compone de ritos y prácticas; el evangelio es la proclamación del amor infinito de Dios Salvador.

La religión quiere mejorar al hombre desde el exterior; el Evangelio lo transforma desde dentro. La religión blanquea la superficie, el Evangelio purifica el corazón. Hay muchas religiones, pero un solo Dios y Salvador.

El Evangelio... es el poder de Dios para salvar a todo aquel que cree (Romanos 1. 16).

Fuente: La Buena Semilla; Redacción: VM-Ar

Nuestros Pecados borrados por autoridad testamentaria 

Previsiones adecuadas se han hecho en el Calvario para cancelar todos los pecados de toda la humanidad de todas las edades. Pero mientras que el Sacrificio de Cristo corresponde con la necesidad de toda la humanidad, sólo es eficaz para el individuo cuando éste lo acepta por la fe (1 Juan 2:1-2). Nuestros pecados han sido borrados soberanamente por autoridad testamentaria, por la voluntad Dios, es decir por quien controla todos los factores de tiempo y espacio y que ha tenido en cuenta al Calvario desde el principio (1 Juan 2:1-2).

La actitud general y el tenor de la vida del creyente, es la obediencia; mientras que la actitud general y el tenor de la vida del incrédulo, es la desobediencia y el hacer su propia voluntad. Los ocasionales traspiés de un creyente genuino no lo convierten en un incrédulo; así como la conformidad ocasional de un incrédulo a algún mandamiento establecido por el Señor, no lo transforma en un creyente (1 Juan 2:3-4).

Fuente: el comentario de John Phillips sobre 1a de Juan; Redacción: VM-Ar

1. Hijitos míos, estas cosas os escribo, para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo;

2.  Y él es la propiciación por nuestros pecados: y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.

3.  Y en esto sabemos que nosotros le hemos conocido, si guardamos sus mandamientos.

4.  El que dice, Yo le he conocido, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y no hay verdad en él (1 Juan 2:1-4) .

 

No tienen conocimiento, los que... presentan su súplica a un dios que no salva (Isaías 45:20).
Jesús dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida: nadie viene al Padre (Dios), sino por mí (Juan 14:6).

A la pregunta de un lector, un periódico "cristiano" respondió de la siguiente manera: "La religión cristiana es la mejor manera de llegar a Dios, pero no la única". Algunos piensan que lo importante en nuestro caminar espiritual es la sinceridad, porque al final, según ellos, todas las religiones conducen al mismo Dios.

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