Devocionales

Sucedió en 1793 en Francia, durante la Revolución Francesa (ver nota abajo), más precisamente durante el régimen del Terror. A un hombre joven, de nombre Thibaut, lo habían detenido, juzgado y lo habían condenado a ser ejecutado. En un calabozo, esperaba para ser llevado a la guillotina. Por un favor inesperado, su anciano padre obtuvo la autorización de verlo. Encontró a su hijo abrumado y desesperado. A causa del desorden dentro de la prisión, el padre consiguió permanecer en la celda de su hijo sin que los encargados lo percibieran.

Hay camino que al hombre parece derecho; Empero su fin son caminos de muerte. (Proverbios 14: 12)

Como el ave que se apresura al lazo, y no sabe que es contra su vida, hasta que la saeta traspasó su hígado. (Proverbios 7:23)

Todos nosotros hemos escuchado alguna vez acerca de estas plantas carnívoras que, por su olor o la vivacidad de sus colores, atraen a los insectos, los encierran dentro de la flor y los digieren gracias a sus jugos venenosos. Esto nos hace pensar en todas las seducciones a las cuales el hombre moderno está expuesto.

Palabras de Jesucristo: “El hombre no vivirá de pan solamente, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mat. 4:4).

Por medio de las distintas noticias estamos informados acerca de la situación triste en la que se encuentra nuestro Planeta Tierra. Catástrofes, destrucción del medioambiente, guerras, rumores de guerras, revueltas, terrorismo, globalización, crecimiento del satanismo, falsos cristos, movimientos apostatas dentro del cristianismo, un aumento de persecución, etc., tal como Jesucristo lo profetizó en Mateo 24. Queremos hoy plantear la pregunta si todavía podemos experimentar la felicidad.

Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían (Hechos 16:25).

¡Regocijaos en el Señor siempre! (Filipenses 4:4).

"¡Regocijaos en el Señor siempre!" Este consejo parece poco realista. ¿No está por demás la palabra "siempre" en este texto? Hay momentos en la vida donde el gozo cristiano es natural y espontáneo. Pero también hay tiempos en la vida cuando uno se encuentra con la enfermedad, el sufrimiento, el dolor, la persecución y preocupaciones de todo tipo. Regocijarse en este tipo de situaciones parece sobrehumano.

Jesús dijo: “Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen” (Mateo 5:44).

En Estados Unidos, en la época de la esclavitud, un agricultor duro y sin corazón tenía un esclavo cristiano. Un día, este agricultor le dijo:

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