Jesús dijo: “Separados de mí, nada podéis hacer” (Jn. 15:5)
El cristiano no cree simplemente que hay Dios, sino que cree lo que Dios declara. Cree a Dios. Le cree a Él mismo, y eso no es fácil de captar. Debo llegar al punto de decirle: “Oh Dios, tienes razón; yo tengo la culpa. Tú eres santo, yo soy pecador. Tú eres justo, yo soy injusto. Yo necesito de la ayuda que sólo Tú puedes darme”.
Fe significa también creer lo que la Biblia dice acerca de Jesucristo. La Palabra de Dios declara que Jesucristo es el único camino de salvación que Dios nos ofrece: “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos“ (Hechos 4:12). Jesucristo es Aquel que murió por toda la humanidad; si, precisamente dio su vida por ti y por mí.
Dios es tan rico que no vende la salvación; y nosotros (yo) somos (soy) tan pobres que no podemos (puedo) comprarla. Él nos salva solamente por medio de la fe; así, tal como somos; allí donde nos encontramos, sin importar quienes somos o cuan religiosos o no seamos. Podemos acercarnos a Él con entera confianza, gracias a la obra redentora de Jesucristo.
Un autor cristiano escribió: “El Dios todopoderoso sabe que no soy lo suficientemente competente, ni inteligente, ni suficientemente fuerte para poder vivir una vida cristiana triunfante. Pero por Su Espíritu Santo, el Señor Jesús desea entrar en mi vida, pensar con mi cerebro, observar con mis ojos, escuchar con mis orejas, hablar con mis labios, ir con mis piernas, trabajar con mis manos y amar con mi corazón. He aquí esto debe ser la vida cristiana. Nada diferente, nada más y nada menos”.
Fuente: La Buena Semilla
Querido lector:
Muchas veces nos encontramos preocupados por diversos problemas cotidianos y en nuestro diario vivir predominan los asuntos terrenales, que efectivamente son reales e importantes. Pero, sin embargo, existe algo más importante.
Por medio del ministerio de La Voz de los Mártires queremos alertar acerca de la persecución de los cristianos en los distintos países. Nos preocupa el hecho de que esta persecución se viene registrando también, y en forma incrementada, en los países del falsamente llamado Mundo Libre. Vemos que las profecías de Jesucristo - especialmente en Mateo 24, en el libro de Daniel y en el libro de Apocalipsis - se están cumpliendo delante de nuestros ojos. El ocultismo se está difundiendo cada vez con más fuerza. La seducción, aún mismo dentro del cristianismo, toma formas cada vez más sutiles. La unificación de Europa adquiere rasgos cada vez más dictatoriales. Los Estados Unidos de Norteamérica están cerca de la debacle y posiblemente en vías de transformarse en una dictadura,.... etc., etc. ... ¡Todo esto realmente es para preocuparse!
Pero, más allá de todo lo terrenal, lo más importante consiste en que nos dediquemos en mayor manera a los asuntos eternos, es decir, que nos ocupemos con seriedad de nuestro futuro eterno: salvos en Cristo, o perdidos para siempre.
Debemos pensar en las cosas espirituales. Este devocional que hoy te ha llegado me dio mucho que pensar, por eso quise compartirlo contigo. Creo que la solución a cualquiera que sea la problemática que estés viviendo, no consiste en tomar alguna iniciativa desesperada. Te invito a que repases este devocional, que lo medites y que ores conforme a lo que el Señor te muestre, si en verdad estas palabras te han tocado el corazón, tal como me ha sucedido a mí.
¿Quieres hoy creer a Dios de la manera como está expresado en el texto de arriba?
¿Quieres hoy depositar absolutamente toda tu fe en Él?
¿Quieres hoy creer que Él desea lo mejor para tu vida?
¿Quieres hoy decirle: „Hágase, Señor, Tu voluntad, no la mía“?
¿Quieres hoy orar: „Señor, revélame Tu voluntad; dame, por favor, paciencia, serenidad y plena confianza en Ti“?
Y si no eres aún un cristiano conforme a las normas bíblicas: ¿Quieres hoy decirle a Jesús: „Creo, Señor, en Tú obra redentora; entra en mi vida y, por favor, transfórmala conforme a tu semejanza“?
Que el Señor te bendiga muy ricamente
Juan Espina