Devocionales

Creo que la Biblia es la Palabra de Dios, ya que "discierne los pensamientos y las intenciones del corazón" (Hebreos 4:12).

Para mí, siendo médico, una de las razones más convincentes para captar el poder de la Biblia es que por medio de ella se ha hecho un diagnóstico muy seguro de mi estado interior. El mal escondido que hay en mí, la Biblia me lo ha podido mostrar como nunca podrán hacerlo los medios modernos de detección médica como las radiografías, los escáneres, el ultrasonido o la resonancia magnética.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado á su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna (Juan 3:16).

La paz os dejo, mi paz os doy: no como el mundo la da, yo os la doy. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo (Juan 14:27).

Yo era un niño sin problemas, para mi no era fastidioso ir a la iglesia el domingo. Pero al crecer, me di cuenta de que no podía conformarme con una fe “prestada”. Así que, fui a una conferencia sobre la Biblia. Allí aprendí que Dios es un Dios Salvador y que Su Palabra es clara sobre el destino del hombre.

En una provincia del norte de Nigeria se desataron arranques fanáticos contra ciudadanos cristianos. Se quemaron muchas casas y lugares de reunión. Entonces un gran número de cristianos se reunieron y los adversarios temieron que se tratara de una campaña para vengarse. Pero ocurrió otra cosa: los cristianos se reunieron en los lugares que los musulmanes habían destruido y allí entonaron cánticos, y pidieron a Dios que perdonase a esos hombres enfurecidos. También ellos mismos estaban dispuestos a perdonar.

La perspectiva del fin del mundo generalmente ha sido – y lo es -  un tema rodeado de incertidumbre y asociado con el terror. El comienzo de un siglo ha sido a menudo precedido por un pánico colectivo. Luego la vida reanuda su curso normal. Las “profecías” dirigidas a tal evento fueron causas de bromas para unos y de un verdadero sobrecogimiento para otros. Hoy en día, las conclusiones de algunos científicos expertos, sobre el estado del planeta y la posibilidad de una catástrofe que podría destruir la humanidad entera, no son nada alentadoras.

(Dios) Cambia la tempestad en sosiego, y se apaciguan sus ondas. Luego se alegran (los marineros) porque se apaciguaron; y así los guía al puerto que desearon (Sal 107:29-30).

Un poeta Inglés escribió: "Yo soy el dueño de mi destino, yo soy el capitán de mi alma". 

Esta es una persona fuerte, dirá usted. El futuro, en la tierra y más allá, no le asustan; es el único maestro de a bordo. Sin embargo, no mucho tiempo después, este escritor perdió a su hija de cinco años, y estaba abrumado por el dolor. Y a medida que se acercaba el final de su vida, no ocultó su desesperación. 

Buscar