Devocionales

Alistado por el Khmer Rouge a la edad de 17 años, Bao quedó completamente traumatizado por la guerra. Vio cómo sus mejores amigos fueron asesinados. Un día, su unidad capturó a un soldado enemigo al que se le preguntó cuál era su último deseo. El prisionero no pidió un cigarrillo, como era costumbre en tal situación, sino que se le leyera un pasaje del libro que tenía en su bolsillo. Bao fue el encargado de hacerlo; comenzó a leer en voz alta: "Jesús dijo..." Pero no pudo seguir adelante, ya que fue interrumpido por un ruido muy fuerte. Un helicóptero de combate los atacaba. En medio de la confusión que siguió, el prisioneropudo escaparse.

En enero de 2010, en Dubai, la ciudad más grande y más importante de los Emiratos Árabes Unidos, se inauguró la torre más alta del mundo con 828 metros de altura, 160 pisos habitables, 180.000  metros cúbicos de concreto, 39.000 toneladas de refuerzos de acero, y 142.000 metros cuadrados de vidrio. Miles de obreros trabajaron unas 22 millones de horas...

Desde tiempos antiguos, la carrera hacia lo más grande, lo más fuerte y lo más alto, sirve para demostrar el poder con respecto a los demás.

La oficina de la Misión de la Marina en Seward, un puerto de Alaska, es una parada muy popular del personal de los buques que atracan allí. Marineros, independientemente de su nacionalidad, son recibidos cálidamente en este lugar donde pueden relajarse, usar el teléfono o enviar un correo electrónico a sus familiares que se encuentran lejos. Biblias y literatura cristiana en muchos idiomas y dialectos están disponibles. Para algunos de los marineros, es un primer contacto con la palabra de Dios; para otros, es un retorno a su pasado.

Todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad (Filipenses 4. 8).

Un erudito de la India, mientras sacaba un libro de su biblioteca, sintió en su dedo un ligero dolor como un pinchazo de aguja; no hizo caso de ello. Pero pronto su mano se hinchó, y luego su brazo y todo su cuerpo; y, finalmente, a pesar de toda la atención, murió. ¿Qué había sucedido? Unapequeña serpiente altamente venenosa, escondida entre los libros, le había mordido.

Nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros (1 Juan 4:16).

Nosotros le amamos a Él, porque Él nos amó primero (1 Juan 4:19).

Al distribuir folletos cristianos a los pasajeros de un metro atestado de gente, algunos agradecen, otros negligentemente lo ponen en el bolsillo. Una mujer joven - al parecer de la India - de inmediato comienza a leerlo. Su rostro mostró un profundo interés y gran alegría. Ella me mira y me agradece por este tratado.

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