Devocionales

Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella (Mateo 7:13).

¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo! (Isaías 5:20). 

Un filósofo de principios del siglo 20 ha definido la moralidad como "lo que agrada a la mayoría". Solzhenitsyn (ver nota abajo), el famoso luchador ruso por la libertad, se indignó de un tal concepto. "Bajo estas condiciones - escribe - el mal puede ser bueno si obtuviere la mayoría de votos, y así el bien puede transformarse en mal si la votación resulta ser minoritaria". 

La relajación de la moral que conocemos es una consecuencia de este punto de vista. Porque abre la puerta a los peores excesos. 

¿Qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? (Mateo16:26).

En los países occidentales, fácilmente, por las más diversas causas, se llevan a cabo manifestaciones públicas y - si es posible - masivas. En el mismo contexto existen también muchas otras razones por las que, sin embargo, nadie sale a la calle. ¿Qué se dice, por ejemplo, acerca de millones de personas que padecen hambre? ¿Qué del abuso de menores? ¿Qué de los 40 millones de seres humanos que mueren antes de nacer cada año en el mundo? O ¿qué de tantos jóvenes que mueren en las carreteras al salir de una discoteca? 

Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros (Romanos 5:8). 

Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero (1 Juan 4:19). 

Amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro (1 Pedro 1:22). 

Cierto día un cristiano se quejó frente a otro por no recibir amor fraternal en la iglesia a la que asistía. El interlocutor le respondió: "Amigo mío, ¡pon agua en la bomba! Si piensas que el agua va a comenzar a salir por su propia cuenta, ¡tendrás que esperar mucho tiempo!"

Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados (Romanos 8:17).

A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo (Efesios 3:8).

La palabra de Cristo habite en abundancia en vosotros (Colosenses 3:16).

Un hombre pobre recibe una herencia inesperada. Un tío suyo sin hijos murió repentinamente, y resulta que este hombre es el único heredero. Y aquí, sorpresivamente, posee un castillo, rodeado por un área grande. ¡Es ahora un hombre rico!

Frente a tantas guerras, persecuciones, calamidades, injusticias, crueldades, crímenes, drogas, etc.: ¿Quién no se ha hecho esta pregunta? Busquemos la respuesta en la Biblia:

El dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios (2 Corintios 4:4).

El Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies (Romanos 16:20).

Cuando todo va mal, rápidamente encontramos al responsable: ¡Dios! Pero, ¿quién es el que en la actualidad controla el mundo?

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