Devocionales

¿Qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? (Mateo16:26).

En los países occidentales, fácilmente, por las más diversas causas, se llevan a cabo manifestaciones públicas y - si es posible - masivas. En el mismo contexto existen también muchas otras razones por las que, sin embargo, nadie sale a la calle. ¿Qué se dice, por ejemplo, acerca de millones de personas que padecen hambre? ¿Qué del abuso de menores? ¿Qué de los 40 millones de seres humanos que mueren antes de nacer cada año en el mundo? O ¿qué de tantos jóvenes que mueren en las carreteras al salir de una discoteca? 

Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros (Romanos 5:8). 

Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero (1 Juan 4:19). 

Amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro (1 Pedro 1:22). 

Cierto día un cristiano se quejó frente a otro por no recibir amor fraternal en la iglesia a la que asistía. El interlocutor le respondió: "Amigo mío, ¡pon agua en la bomba! Si piensas que el agua va a comenzar a salir por su propia cuenta, ¡tendrás que esperar mucho tiempo!"

Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados (Romanos 8:17).

A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo (Efesios 3:8).

La palabra de Cristo habite en abundancia en vosotros (Colosenses 3:16).

Un hombre pobre recibe una herencia inesperada. Un tío suyo sin hijos murió repentinamente, y resulta que este hombre es el único heredero. Y aquí, sorpresivamente, posee un castillo, rodeado por un área grande. ¡Es ahora un hombre rico!

Frente a tantas guerras, persecuciones, calamidades, injusticias, crueldades, crímenes, drogas, etc.: ¿Quién no se ha hecho esta pregunta? Busquemos la respuesta en la Biblia:

El dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios (2 Corintios 4:4).

El Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies (Romanos 16:20).

Cuando todo va mal, rápidamente encontramos al responsable: ¡Dios! Pero, ¿quién es el que en la actualidad controla el mundo?

Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo (Romanos 5:1).

Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios (Mateo 5:9).

Jesús dijo: "La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo" (Juan 14:27).

"Gloria a Dios en las alturas, y paz en la tierra". Tal fue el canto de los ángeles en el nacimiento de Jesús hace casi dos mil años. Pero el príncipe de la paz fue rechazado y más tarde cruelmente asesinado (crucificado). ¿Y la paz? La humanidad sigue esperándola. Bien cerca nuestro la animosidad entre las personas es un diario vivir: peleas entre vecinos, entre cónyuges, herederos, y mucho más.

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