Y apedrearon a Esteban, invocando él y diciendo: Señor Jesús, recibe mi espíritu. Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió (Hechos 7:59-60).
El primer mártir cristiano se llamó Esteban. Se encontró con una oposición muy violenta de parte de sus compatriotas, quienes finalmente lo apedrearon. Como Jesús poco antes, Esteban oró por sus enemigos. Y la historia termina con esta declaración: "Y habiendo dicho esto, durmió".
¿No es una expresión asombrosa para describir alguien a quien mataron con piedras? ¿Puede realmente dormirse?
Sin embargo, Esteban "durmió", dice la inspirada Palabra de Dios. El cuerpo va al polvo, y "el espíritu vuelve a Dios que lo dio" (Eclesiastés 12:7). Esteban está "ausente del cuerpo y presente con el Señor..." (2 Corintios 5:8).
El cristiano que deja esta tierra, se duerme, independientemente de cómo llegue la muerte. Puede estar tranquilo en una cama, pero también puede ser una muerte violenta. Cuando cristianos tienen una muerte violenta, puede significar momentos traumáticos para los familiares; para los testigos (mártires) sin embargo, la persecución, la tortura, los accidentes, situaciones dramáticas de todo tipo, son normales.
Si sucede que perdamos de esta manera a uno de nuestros hermanos, aferrémonos firmemente a la enseñanza bíblica de que él, porque creía, está dormido en Jesús (1 Tesalonicenses 4:14), y se despertará al tiempo de la resurrección (2 Cor. 1:9; Apo 20:6). Y recordemos que los creyentes, cuyo cuerpo está sólo como "dormido", ya están con Cristo en el espíritu, y que para ellos "esto es mucho mejor" (Filipenses 1:23).
Fuente: Buena Semilla; Redacción VM-Ar.
Queridos hermanos, todos los días recibimos noticias de persecución, de brutalidades, de asesinatos de cristianos. Esto sucede de una manera más cruel en el mundo musulmán o es perpetrado por musulmanes en países occidentales. Estemos vigilantes y orando por los perseguidos.
Acordaos de los presos, como presos juntamente con ellos; y de los afligidos, como que también vosotros mismos sois del cuerpo (Heb. 13:3).
* Recordemos que la palabra mártir proviene del griego y significa testigo. Se refiere en primer lugar a una persona que vio o escuchó algo que luego reporta a otros. Hechos 1:8 es la cita clásica en la que esta palabra aparece: Mas recibiréis la virtud del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, y Samaria, y hasta lo último de la tierra. Recién en segundo plano está el hecho de que muchos testigos hasta el día de hoy sufren persecución, maltrato y muerte, por su firme testimonio.