Los primeros cristianos no pidieron permiso, ni de los líderes judíos, ni del cesar romano, para poder reunirse – se reunieron no más en obediencia a su Señor Jesucristo y lo hicieron simplemente en casas. Así mismo lo hicieron los cristianos en lugares donde nacieron ciertos avivamientos: los creyentes, en contraposición a “iglesias” estatales o autoritarias y de doctrina contraria a la enseñanza de la Biblia, volvieron a practicar la fe conforme a la Biblia y se reunían clandestinamente.
Lo mismo hicieron y hacen los cristianos chinos como así también los de otros países comunistas y los del mundo islámico, ¡desobedeciendo a las autoridades se congregan, a pesar de grandes peligros, clandestinamente y predican el evangelio!
Si ellos hubieran tenido la misma actitud que los cristianos occidentales durante la plandemia quienes se arrodillaron ante el cesar a la primera orden impartida de cerrar los lugares de reunión, la iglesia habría desaparecido de la mayor parte del mundo.
"Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres" Hechos 5:29.
Lo mismo se aplica a Romanos 13: En donde las autoridades no cumplen con el orden de Dios llamando lo malo bueno y lo bueno malo, los cristianos y ciudadanos entendidos tienen no solo el derecho sino también la obligación moral en obedecer a Dios antes que a los hombres.
Preguntemos:
¿Cuál grupo de cristianos actuó o actúa actual y verdaderamente según la voluntad de Dios?
Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios? 1Pe 4:17.