Once cristianos iraníes, arrestados en el mes de abril 2011, fueron llevados a los tribunales por haber tomado vino con motivo de la cena del Señor, mientras participaban de una reunión de una iglesia de hogar. Por ello fueron acusados de "actuar contra el orden [islámico] del país". El grupo fue llevado ante el Tribunal Revolucionario de Bandar Anzali el día 1o de mayo 2011, donde su abogado hizo una declaración en su defensa.
El juez confirmó la declaración del abogado defensor respecto a que participaron de una ceremonia religiosa, por lo que no encontró evidencias que apoyen la acusación de que habían estado actuando contra la seguridad nacional o el orden del país.