Varios

Cuando estuve preso en las cárceles comunistas, los presos soñábamos que pronto las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos de (Norte)América iban a llegar para traernos la tan anhelada libertad. Algunos estaban presos por haber dicho alguna palabra en contra del régimen, otros por haber intentado salir del “paraíso comunista”, y otros por causa de su fe. Pasaron desde entonces muchos años, más de 40, y he aprendido mucho; todavía sigo aprendiendo. Como adolescente, coleccionaba estampillas de correo; las que más contemplaba eran unas que tenían la Estatua de la Libertad, que se encuentra en la entrada al puerto de Nueva York.

En el mundo, cada año mueren dos millones de personas víctimas de la malaria (enfermedad transmitida por el mosquito anofeles), que se podría prevenir, en muchos casos, con un simple mosquitero. 

...Y los noticieros no dicen nada de esto. 

Henry Kissinger - conocido por su larga trayectoria en política y quien recibiera el pasado 16 de agosto de 2008 el premio Douglas MacArthur por haber servido en la comisión que transformó al comité olímpico internacional - dijo lo siguiente: "La gente no entiende completamente el mundo en el cual está entrando. Los líderes deben invocar una alquimia de gran visión".

Por otro lado, el Dr. Benjamin Ladner, hablando en " Solidarity" durante la conferencia 1996 de la O.N.U sobre establecimientos humanos, expresó: "Debemos confiarnos al trabajo de imaginar nuestra humanidad común… y de decretar los rituales cívicos que resuenan con la música de nuestros ancestros".

Por Gary Lane

Jesús advirtió en el Evangelio de Mateo 9:17 que si el vino nuevo era vertido en odres nuevos, los odres no se romperían. Hoy en Chiapas, México, los cristia­nos evangélicos son como vino nuevo. Si ellos vienen a Jesús en comunidades tradicionalistas (odres viejos), entonces se confron­tan a una religión mixta; una religión que mezcla el tradicionalismo pagano con el catolicismo. El resultado es que los odres se rompen (conflicto). Cristo vino a reemplazar las viejas formas y hacer las cosas nuevas. Cristo sabía que Él y sus seguidores serían perseguidos por esta misión, porque aquellos que practica­ban la fe vieja no iban a aceptar la nueva.

Existe desde tiempos inmemorables una guerra mundial creciente en contra del cristianismo. Cada año, un promedio de 160,000 cristianos mueren como mártires para Cristo. En Nigeria del Norte muchas iglesias están siendo quemadas por muchedumbres musulmanas. En la Birmania budista pueblos enteros de cristianos han sido masacrados por la dictadura militar. En Zimbabwe muchas iglesias fueron destruidas con topadoras por el régimen comunista. En Pakistán numerosos cristianos han sido condenados a muerte por evangelizar a sus vecinos musulmanes. En Indonesia escolares cristianas han sido degolladas por militantes musulmanes. En la China Roja cristianos son torturados y encarcelados en campamentos de trabajo de esclavo masivos. En la Cuba comunista iglesias de casa han sido asaltadas y cerradas.

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