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Existe desde tiempos inmemorables una guerra mundial creciente en contra del cristianismo. Cada año, un promedio de 160,000 cristianos mueren como mártires para Cristo. En Nigeria del Norte muchas iglesias están siendo quemadas por muchedumbres musulmanas. En el pais Myanmar (Birmania) budista poblaciones enteras de cristianos han sido masacradas por la dictadura militar. En Zimbabwe muchas iglesias fueron destruidas con topadoras por el régimen comunista. En Pakistán numerosos cristianos han sido condenados a muerte por evangelizar a sus vecinos musulmanes. En la China Comunista cristianos son torturados y encarcelados en campos de trabajo de esclavos. En la Cuba comunista iglesias de casa han sido asaltadas y cerradas.

 

Cuando la hija de Karl Marx le preguntó a Friedrich Engels “¿a quién odiaba más?”, Engels respondió: “A Charles Spurgeon”.

 ¿Por qué los comunistas odiaban a un simple predicador inglés del Evangelio?

 Precisamente porque predicaba que no se puede regenerar una nación, si primero no hay una regeneración personal. Que el problema de la sociedad no está en la lucha de clases, sino en el corazón humano. Que el centro de todo no es el hombre, sino Jesucristo. Que nuestras libertades no las define el Estado, sino el SEÑOR Soberano.

 

Dicen que George Müller leyó la Biblia más de 200 veces, siendo 50 de ellas de rodillas. Antes de su muerte, cuando un reportero le preguntó qué le gustaría hacer todavía, él, de rodillas, respondió: ′′Leer más la Biblia, porque aún conozco poco de la excelencia de Cristo".

Müller fundó varios orfanatos y cuidó más de 10.000 niños huérfanos, basado en la promesa de Dios del Salmo 68:5: ′′ Dios es padre de los huérfanos".

Al mencionar la persecución mucha gente piensa en cristianos amenazados, golpeados o incluso asesinados por su fe. Si bien éste es el producto visible de la persecución, hay raíces detrás de esta expresión violenta del odio. 

Tratamos de hacer una evaluación mucho más profunda de este tema. La problemática de la persecución es mucho más profunda que la violencia visible. La persecución se extiende por toda las sociedad, e influye sobre todos los aspectos de la vida. Es un sistema tóxico que oprime, encarcela y esclaviza a los cristianos. Los barrotes se expresan por medio de la discriminación laboral, la escasa educación y mucho más. 

¿Morimos sólo una vez?

Y de la manera que está establecido a los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio (Hebreos 9:27).

Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.  Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte (Romanos 8:1-2)

¡Sí, morimos una sola vez!, pero las causas de la muerte pueden ser muchas. Esto es obvio...

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