Las noticias mundiales están llenas de informes de desastres, tanto naturales como provocados por el hombre. Hay inundaciones, terremotos, volcanes activos, revolución violenta, guerras, terrorismo. Según la profecía bíblica, que siempre ha sido precisa, estas cosas no son más que un precursor menor de una mayor devastación futura. La población mundial será diezmada, las economías arruinadas y los recursos de gestión de desastres completamente abrumados. En comparación, las guerras mundiales del siglo XX no fueron más que un "paseo por el parque".