por Raymond Ibrahim -19.11.2020
Tras más de dos meses de lucha, Armenia y Azerbaiyán finalmente han logrado la “paz”, después de que la nación cristiana acordara ceder sus tierras ancestrales en Artsaj a su vecino musulmán.
Desde un punto de vista temporal y miope, tal arreglo puede parecer progresivo; a largo plazo, es regresivo y refleja las continuas relaciones históricas armenio-islámicas: a cambio de la paz, los cristianos siempre se han visto obligados a ceder territorio a los musulmanes. De hecho, el corazón del mundo musulmán (Oriente Medio, el norte de África y Asia Menor) era cristiano antes de ser invadido por la espada [cimitarra] del islam.