¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites? Le has hecho un poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de honra.
Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; todo lo pusiste debajo de sus pies (Salmo 8:4-6).
Dios había dado al hombre la capacidad de gobernar la tierra: "llenad la tierra y sojuzgadla, y señoread sobre los peces del mar, y sobre las aves de los cielos y sobre todas las bestias que se mueven sobre la tierra" (Génesis 1:28). Sin embargo, el hombre fracasó en su misión al desobedecer a Dios, y la tierra se llenó de corrupción y de violencia. En aquel tiempo, en consecuencia, Dios tuvo que destruir el viejo mundo con el diluvio. Más tarde confió el gobierno a los reyes, muchos de los cuales abusaron de su poder. Algunos gobernantes, como el orgulloso Nabucodonosor, llegaron a exigir ser adorados como dioses, ocupando el lugar que sólo corresponde a Dios.
Muchos hombres han buscado el dominio del mundo. Incluso hoy en día, no solo son los líderes de las grandes naciones, sino también líderes de grandes empresas también, quienes buscan ampliar su poder y su área de influencia. Pronto surgirá un hombre al que la Biblia describe como el "hombre de pecado" o el anticristo, que encarnará el colmo de la soberbia y de la rebeldía contra Dios, " el cual se opone y se exalta contra todo lo que se llama Dios…; tanto que como Dios se sienta en el templo de Dios, haciéndose pasar por Dios" (2 Tesalonicenses 2:4).
Pero este anticristo (diablo) será destruido por el aliento de la boca del Señor Jesús, cuando regrese del cielo para gobernar este mundo. Entonces la tierra será gobernada por el único hombre que tiene derecho a gobernar el universo, el hombre Cristo Jesús, una vez crucificado, rechazado por los hombres, pero resucitado por Dios y llevado al cielo. Será un maravilloso reino de justicia y paz, tras la ejecución de grandes juicios sobre los que no han creído en él. Hoy en día, Jesucristo sigue siendo aquel quien quiere salvar a las personas del juicio y llevarlas al cielo con él.
Fuente: La buena semilla fr, 2.10. 2022; Redacción: VM-Ar, 3.10.2022
1 ¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos piensan vanidad?
2 Se levantan los reyes de la tierra, y los príncipes consultan unidos contra Jehová y contra su ungido, diciendo:
3 Rompamos sus coyundas, y echemos de nosotros sus cuerdas.
4 El que mora en los cielos se reirá; el Señor se burlará de ellos.
5 Entonces hablará a ellos en su furor, y los turbará con su ira.
6 Pero yo he puesto a mi Rey sobre Sión, mi santo monte.
7 Yo publicaré el decreto: Jehová me ha dicho: Mi Hijo eres tú; yo te engendré hoy.
8 Pídeme, y te daré por heredad las naciones, y por posesión tuya los confines de la tierra.
10 Y ahora, reyes, entended: Admitid corrección, jueces de la tierra.
11 Servid a Jehová con temor, y alegraos con temblor.
12 Besad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino, cuando se encendiere un poco su furor. Bienaventurados todos los que en Él confían (Salmo 2:1-12).
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna (Juan 3:16).
El que en Él cree, no es condenado, pero el que no cree, ya es condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
Y ésta es la condenación; que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas (Juan 3:18-19).
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