Descristianización

(Jesús dijo:) Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me aborreció antes que a vosotros (Juan 15:18).

Pero cuando el Hijo del Hombre (Jesús) venga, ¿hallará fe en la tierra? (Lucas 18:8).

En el siglo XVII, el Estado francés intentó eliminar a los protestantes evangélicos (llamados "hugonotes") que no aceptaban la religión católica del rey. Fueron perseguidos por su fe de muchas maneras. Por ejemplo, los niños fueron apartados de sus padres para evitar que se les educare en casa. Este período oscuro fue una oportunidad para que estos cristianos mostraran una fe viva y firme, basada en la decisión de "obedecer a Dios antes que a los hombres" (Hechos 5:30).

Tras la Revolución Francesa, la persecución dio paso a la libertad de conciencia. Pero lamentablemente, por el otro lado se produjo una descristianización gradual de la sociedad. Hoy en día, muchos habitantes de los países europeos se declaran todavía de "herencia judeocristiana". Pero para cada vez más de nuestros contemporáneos, la referencia al cristianismo se detiene ahí, y para algunos se limita a unos pocos ritos "obligatorios" durante los principales acontecimientos de la vida (navidad, pascuas, casamientos, entierros…). Y el ateísmo va en aumento de manera cada vez más acelerada. ¿Cuántos niños hoy en día crecen sin haber oído hablar de Jesús o del Evangelio?

Sin embargo, la fe cristiana está arraigando y creciendo en otras partes del mundo. En China, por ejemplo, décadas de persecución no han podido erradicar un cristianismo comprometido y vivo, que sigue creciendo a pesar de la presión por las autoridades comunistas.

Hermanos cristianos, no olvidemos nunca que estamos en este mundo para dar testimonio (Hechos de los Apóstoles 1:8) de la verdad del Evangelio, para proclamar lo que Dios es y lo que ha hecho, y para anunciar que Él "quiere que todos los hombres sean salvos y lleguen al conocimiento de la verdad" (1 Timoteo 2:4).

Fuente: La Buena Semilla, fr., 24.9. 2022; Redacción: VM-Ar

No dejemos de orar por nuestros hermanos en la fe, que están siendo perseguidos. 
Pero oremos también para que nuestro compromiso con Jesucristo crezca, que estemos verdaderamente llenos de Su Espíritu Santo, llenos de amor y deseosos de hacer Su voluntad en todo momento.

 

 

 

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