La guerra, un absurdo

 

La guerra, un absurdo

 

¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras concupiscencias, las cuales combaten en vuestros miembros?  (Santiago 4:1).

 

Si fuere posible, en cuanto esté en vosotros, vivid en paz con todos los hombres. Amados, no os venguéis vosotros mismos (Romanos 12:18, 19).

 

Durante una visita a una ciudad de Ucrania, el Secretario General de la ONU, António Guterres, dijo: “Una guerra es un absurdo en el siglo XXI”. ¡Gran declaración! (ver nota abajo)

 

Pero, ¿han progresado los hombres y han desaparecido los conflictos entre naciones? ¡Qué ilusión! Por su escala y cobertura mediática, las guerras contemporáneas todavía demuestran, a los ojos de todos, el odio y los horrores que los humanos pueden producir hacia sus semejantes.

 

La Biblia nos recuerda las malas disposiciones de nuestro corazón natural: “sus pies, prestos para derramar sangre; destrucción y miseria hay en sus caminos; y el camino de paz no han conocido” (Romanos 3:15-17). La fabricación de armas cada vez más sofisticadas y potentes es prueba de ello. La ilusión del progreso social y técnico no ha cambiado a los seres humanos. No, el corazón humano no ha mejorado desde que existe. ¿Cómo transformarlo?

 

El profeta dijo: “haceos corazón nuevo y espíritu nuevo” (Ezequiel 18:31). Pero el hombre es incapaz de cambiar por sí mismo. Ni la educación, ni la cultura, ni la política, ni la sociedad pueden modificar fundamentalmente el corazón natural. Sólo Dios puede obrar este milagro en quienes creen en Jesucristo y obedecen Su Palabra: “Y os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne” (Ezequiel 36:26). La paz de Dios entonces llena nuestros corazones y también podemos manifestarla a nuestro alrededor. “Bienaventurados los que traen la paz” (Mateo 5:9).

 

Fuente: La Buena Semilla, fr., 24.2. 2024

 

Nota: Exactamente: Absurdo es que una organización como la ONU no es capaz de hacer la paz. Durante su existencia han sucedido incontables guerras de toda clase con millones de muertos, y desplazamientos de otros millones de personas. Sí, existe la avaricia de algunos pocos, ya que con las guerras y con la siguiente reconstrucción (países, ciudades, etc) ganan doblemente y se hacen increíblemente ricos. (Este párrafo no se sea buena idea).

 

¡Absurdo en absoluto es que cristianos rusos maten cristianos ucranianos y cristianos ucranianos maten cristianos rusos! Durante las Guerras Mundiales había situaciones durante Navidad cuando los soldados que se combatían bajaron las armas, cantaron juntos villancicos, se abrazaron y un día más tarde continuaban matándose – ¡absurdo!  Y así lamentablemente pasó y pasa en la mayoría de las guerras. Los que combaten en las guerras, los pobres soldados, de los diferentes lados en realidad no tienen ningún pleito los unos contra los otros, incluso pueden ser familiares o miembros de una misma iglesia.

 

Exclusivamente: el único que puede dar una verdadera paz es Jesucristo.

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