Las Raíces de las Iglesias Pentecostales y Carismáticas

Las iglesias pentecostales organizadas trazan su formación, de manera similar, tal como la Iglesia Católica, a los tiempos apostólicos. Esto no es sólo una injustificable tergiversación de la historia sino, además, inexacto. Los pentecostales no pueden trazar su origen remontándose al día de Pentecostés, del mismo modo como los católicos tampoco pueden basarse en el apóstol Pedro, llamándolo el “primer Papa”; tampoco los neoapostólicos pueden trazar una línea hacia los Doce Apóstoles. De hecho, el pentecostalismo moderno no está basado en aquel primer día de Pentecostés (50 días después de la resurrección de Jesucristo), sino que nació a principios del siglo XX por medio del francmasón Charles Fox Parham y su escuela bíblica en Topeka, Kansas, en los Estados Unidos. Más hacia atrás realmente no se puede seguir la tradición del pentecostalismo actual.

Los estudiantes de la Biblia de Parham, entre ellos un tal William Seymour, aceptaron su teoría psicodinámica (ver nota abajo) con entusiasmo y luego la difundieron. Seymour llevó la nueva doctrina a su congregación en la - ahora famosa - calle Azusa, en Los Ángeles, donde en 1906 se perdió el control por completo. Incluso su iniciador, Parham, más tarde escribió: "Precipitadamente me fui a Los Ángeles y, para mi gran sorpresa, me encontré con condiciones peores que las esperadas. El hermano Seymour se me acercó con desesperación y me dijo que no podría hacer frente a esta corriente que había irrumpido. Me senté en la plataforma de la Misión de la Calle Azusa y vi las manifestaciones de la carne, las manifestaciones de poder espiritistas; vi también a personas que practicaban hipnosis en el altar con los candidatos que buscaban el bautismo del Espíritu Santo"...." Después del sermón fui informado por dos ancianos, uno de los cuales era un hipnotizador (yo lo vi cómo impuso sus manos sobre muchos de los que luego entraron en un estado de parloteo, balbuceo y burbujeo). Era un cuadro tal, que deseaba no estar presente" (Parham, Sarah E.: La vida de Charles Parham, Joplin / Missouri de 1930, reimpresión de 1985 Garland Publ. Nueva York, página 163). A continuación, citamos lo siguiente de la página 168:

"Déjenme decirlo con claridad, en términos sencillos, y tal como estaba observando esta obra: encontré influencias hipnóticas, influencias espiritistas e influencias mesméricas (ver nota abajo); y todas las formas de la magia, calambres y el caer en un trance, etc.". De los espíritus que Parham había llamado, ya no podían librarse.

La esposa de Charles Parham, Sarah, dice en su biografía que su marido era un francmasón y que ella lo instó a renunciar a la Logia. Él cedió a la insistencia de ella y decidió renunciar; por lo que ella quedó contenta. Sin embargo, la decisión probablemente nunca se materializó. Más tarde, a saber, como se habían mudado a Baxter Springs, trajo de su viaje a Palestina un valioso martillo masónico. Parham lo presentó a la Logia Masónica en Baxter Springs. Este martillo está documentado en dicha biografía. Él mismo escribe en su diario, con fecha 01/02/1929, sobre este incidente: "Yo voy a traer a casa un mazo (martillo masónico) conmigo. El mango está hecho de madera de olivo, pero la parte del mazo proviene de las piedras de la parte más interna de la cantera de Salomón, a donde los masones vienen a celebrar sus encuentros de Logia. Lo voy a presentar a la logia masónica de Baxer Springs, con mis respetos". (Ibíd., 373).

Parham ha sido, además, un simpatizante del Ku Klux Klan. A William Seymour, hijo de un esclavo, se le permitía, como estudiante de la escuela bíblica, solamente escuchar las conferencias de Parham desde la habitación contigua (
Walter Hollenweger: Charismatisch-pfingstliches Christentum, (El Cristianismo Carismático-pentecostal), Göttingen 1997, página 35). Hasta aquí el breve esbozo histórico. 

La mayoría de los pastores pentecostales (de Alemania) no sabía nada acerca del diálogo existente entre pentecostales y católicos romanos desde hace 25 años, y de sus consecuencias para las iglesias locales. Muchos quedaron consternados cuando se enteraron de la verdad, por ejemplo, mediante la publicación del libro "Pfingstler und Katholiken im Dialog" (Los pentecostales y católicos en diálogo), publicado en 1999 en la editorial Carisma de Dusseldorf (Alemania), el cual contiene los informes finales de las cuatro fases anteriores de este diálogo.

Sobre todo los pentecostales, quienes tanto hablan del Espíritu Santo, el Espíritu de la verdad, son ellos quienes se inclinan, por medio de su conexión con el ecumenismo, hacia el espíritu de mentira. A los que se oponen al ecumenismo contestaron que ya lo habían renunciado en 1984 (esto se refiere a una denominación de Alemania). La realidad era otra: sólo el organismo superior de la denominación se había retirado. Al mismo tiempo, las asociaciones locales quedaron libres de permanecer en relación con el ecumenismo. De hecho, la mayoría de las denominaciones pentecostales y carismáticas de Alemania están relacionadas con el ecumenismo – una realidad muy parecida se vive en Argentina y muchos otros países. Pedimos a nuestros lectores que así lo deseen, que confirmen u objeten esto, de acuerdo a su juicio e investigación propia. Sería bueno si llegáramos a entrar en un diálogo sobre esto, para encontrar la verdad.

Dos ejemplos significativos de nexos entre el pentecostalismo y el ecumenismo vamos a mencionar aquí: los señores David du Plessis y Walter Hollenweger. Du Plessis, originalmente un cristiano comprometido de África del Sur, quien en forma minuciosa antes sospechaba de cualquier infiltración del cristianismo, fue transformado radicalmente por la visión de un predicador de sanidades y se convirtió en un ecumenista extremo de los pentecostales. Era tan activo en el Consejo Mundial de Iglesias como así también con el Papa en el Vaticano, de tal modo que su propia organización (las Asambleas de Dios) lo excluyó de sus filas en 1962. Sólo durante los años consecutivos, cuando ya los pentecostales fueron abiertos al movimiento ecuménico, revirtieron con arrepentimiento esta exclusión.

Vea también: https://lavozdelosmartires.com.ar/site/index.php/articulos/320-la-desaparicion-del-discernimiento-biblico

Puedes dejarnos tu propio comentario: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Walter Hollenweger, en un principio fue evangelista pentecostal así como traductor del controvertido William Branham. Unos años más tarde ya estaba sentado como miembro del Consejo Mundial de Iglesias en Ginebra, y ahora es plenamente partidario de la dinámica de grupo, la espiritualidad y la unidad de todas las religiones y cultos.

Conclusión: El Espíritu Santo: ¡SÍ! – El pentecostalismo establecido: ¡No, gracias!

Fuente: Roland Odenwald, http://hauszellengemeinde.de/pfingstlertum/ (en alemán) año 2012.

* Psicodinámica es el estudio y la teoretización de las fuerzas psicológicas que, supuestamente, influyen sobre el comportamiento humano; está relacionado con el psicoanálisis desarrollado por S. Freud.

Mesmerismo: es el nombre dado a un arte o a la exhibición de un poder que afecta a los demás;
tiene la capacidad de influenciar y antecede por mucho tiempo el período de Anton
 Mesmer.
A algunos de sus fenómenos se les llaman Hipnotismo y Magnetismo.

 

 Comentarios:

Desde Argentina nos escribieron:

Apreciados hermanos de la Voz de los Mártires:
La evidencia más concreta de una genuina manifestación del Espíritu Santo, no radica en las diferentes expresiones corporales que hoy se ven en algunas congregaciones, como reír, temblar, caerse, etc. Sino en una genuina convicción de pecado producida por el Espíritu Santo operando en las vidas de los creyentes.

Las Escrituras dicen:
"Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio". (Juan 16:8) 

"Cuando él venga convencerá al mundo de pecado” Esto lo vemos reflejado en el libro de los Hechos cuando Pedro luego de haber recibido el Espíritu Santo junto a los 120 que estaban en el aposento alto; predicaba y al culminar, los que lo oían sintieron que su corazón se compungía, acto seguido a ese momento le preguntaron… ¿que tenían que hacer para ser salvos?. ( HECHOS 2:37).

Pues de qué sirve que alguien se ría, tiemble o se caiga, si su vida en relación con el pecado sigue sin cambio alguno y no hubo un genuino arrepentimiento; pues no puede haber un auténtico arrepentimiento si éste no es precedido primeramente por una firme convicción de pecado por medio del Espíritu Santo, una sincera confesión, un cambio de mentalidad ("metanoeo") y un cambio de dirección  ("epístrefo").

Por eso entiendo que una legítima manera de percibir que el Espíritu Santo se ha manifestado es cuando se experimenta una verdadera convicción de pecado, sea en la vida de uno o en una congregación, pero no cuando se ven manifestaciones corporales extrañas. 

Fui miembro de una congregación evangélica Pentecostal durante 10 años, de los cuales puedo dar testimonio de estas clases de manifestaciones y en un gran porcentaje he visto hermanos en la fe que eran desparramados en el piso por este “mover”; pero al interactuar con ellos íntimamente podía notar que en sus vidas no había cambios en relación con el pecado, esto me llevaba a la conclusión de que no era el Espíritu Santo que se manifestaba sobre sus vidas, por el simple hecho de saber por medio de las Escrituras que el Espíritu Santo lo primero que hace en un pecador es traerle convicción de pecado, para que luego proceda a un legitimo arrepentimiento y haya una genuina conversión.

Estoy convencido que Satanás a través de estas clases de manifestaciones se ha infiltrado en el cuerpo de Cristo camuflándose por medio de  estos acontecimientos, restándole protagonismo a Cristo Jesús, Señor nuestro; al poner la atención en estas cosas y no en lo que realmente se debería poner.  Esto no debería ser más así. Estoy de acuerdo con la manifestación gloriosa del Espíritu Santo, pero no con estas clase de exteriorizaciones escandalosas que lo único que hacen es poner la atención en asuntos que son ajenos a la voluntad de nuestro Dios. H. G. - 12.4.2012

Buscar