La Otra Cara de Karl Marx - Ocultismo

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¿Fue Karl Marx un Satanista?

Escrito por Richard Wurmbrand

CONTENIDO

Los Escritos Cristianos de Marx

Oulanem Quiere Venganza

Extraños Rituales en la Familia de Marx

Marx Conoce a Hess y Bakunín

Poesía Diabólica

Las Vidas Asoladoras de Marx y Engels

Conexión con la Teosofía

Revelaciones de una Sirvienta

Cartas de Familia

Testimonios de Biógrafos

Bukharin-Stalin-Mao

Versiones Blasfemas del Padrenuestro

"Los Diablitos" en la Unión Soviética

Obscenidades Religiosas

Marx y Darwin

El Falso Sionismo de Moisés Hess

Conexión entre el Comunismo y el Satanismo

Orginform

Grados de Iniciación Satanista

Robin Goodfellow

La Tumba de Lenin

Reacciones

A Todos los Marxistas

En Conclusión

Interpretación de las Abreviaturas

Notas Bibliográficas

 

 

Los Escritos Cristianos de Marx

Antes de convertirse en economista y comunista de renombre, Marx fue humanista. Hoy en día todavía una parte importante del mundo es marxista. El marxismo, en una u otra forma, es también abra­zado por muchos habitantes de los países occidentales capitalistas, especialmente en las universidades y el area educativo. Hay incluso cristianos, más aún, hasta líderes religiosos, algunos en altas posiciones, que están seguros de que mientras que Jesús puede haber tenido las respuestas correctas en cuanto a cómo ir al cielo, Marx tenía las respuestas correctas en cuanto a cómo ayudar a los hambrientos, destituidos y opri­midos de la tierra.

Dicen que Marx era muy humano, y que lo domi­naba una idea: cómo ayudar a las masas explo­tadas. Lo que las empobrece, sostenía él, es el capitalismo. Una vez que este sistema corrom­pido sea derrocado, tras un período de transición de dictadura del proletariado, surgirá una sociedad en la cual todo el mundo trabajará de acuerdo a sus habilidades, en las fábricas y granjas pertenecientes a la colectividad; y serán recompensados de acuerdo con sus necesidades.

No existirá un estado gobernando sobre el indi­viduo, ni existirán guerras, ni revoluciones: sola­mente una hermandad perpetua y universal.

Para que las masas puedan lograr la felicidad se necesita ir más allá de la derrocación del capita­lismo. Marx escribe: "La abolición de la religión como felicidad ilusoria del hombre es un requi­sito para la verdadera felicidad. El llamado al abandono de sus ilusiones, con respecto a su condición, es un llamado al abandono de una condición que requiere ilusiones. La crítica de la religión es, por lo tanto, la crítica de este valle de lágrimas cuyo halo es la religión".1

Marx fue anti-religioso porque la religión obstruye la realización del ideal comunista, consi­derado por él como la única respuesta a los pro­blemas del mundo.

Así es como los marxistas explican su posición. Hay clérigos que lo explican del mismo modo. El Rdo. Ostereicher (Inglaterra) dijo en un sermón: "El comunismo, en cualquiera de sus variadas formas de expresión presente, tanto buenas como malas, fue en su origen un movimiento en pro de la emancipación de la explotación del hombre por el hombre. Sociológicamente, la Iglesia estuvo -y está aún- básicamente del lado de los explotadores del mundo. Karl Marx, cuyas teorías apenas encubren una pasión por la justicia y la her­mandad que tiene sus raíces en los profetas hebreos, aborrecía la religión porque ésta era usada como instrumento para perpetuar un status quo en el cual los niños eran esclavos y traba­jaban hasta perecer para enriquecer a otros, aquí en Inglaterra. Hace cien años no era cuestión de broma decir que la religión es el opio de los pueblos... Como miembros del Cuerpo de Cristo, tenemos que llegar a un sencillo arrepentimiento, sabiendo que tenemos una gran deuda con cada comunista." 2

El marxismo impresiona debido a su éxito, pero el éxito no prueba nada. Los curanderos a menudo tienen éxito también. El éxito confirma tanto el error como la verdad. Los fracasos son valiosos cuando abren el camino a una verdad más profunda. Se debe hacer un análisis de algunas de las obras de Marx, sin tener en cuenta el éxito que hayan o no tenido.

En su temprana juventud, Karl Marx fue cristiano. Su primera obra escrita se titula La Unión de los Fieles con Cristo. En ella leemos estas hermosas palabras: "Por medio del amor de Cristo volvemos nuestros corazones al mismo tiempo hacia nuestros hermanos, quienes están interiormente ligados a nosotros y por quienes Él se dio a Sí mismo en sacrificio".

¡Así que Marx conocía un nodo mediante el cual los hombres pueden convertirse en hermanos queridos los unos de los otros: es el cristianismo!

Continúa diciendo: "La unión con Cristo proporcionaría una elevación interna, un consuelo en la angustia, una calma confiada y un corazón sensitivo al amor humano, a todo lo noble y grande; no por motivos de ambición y gloria, sino solamente por causa de Cristo."3

Aproximadamente por la misma época Marx escribió en su tesis, Consideraciones de un joven al Escoger su Carrera: " La religión en si nos enseña que el Ideal hacia el cual nos dirigimos se sacrificó a Sí mismo por la humanidad, y ¿quién se atreverá a contradecir una afirmación tal? Si hemos escogido la posición en la cual podemos lograr lo máximo para Él, entonces las cargas nunca nos abrumarán, porque son sólo sacrificios hechos por el bien de todos."4

El viejo complejo-de-Cristo aparece en los escritos de Marx mucho después de haberse convertido en luchador militante contra la religión.

Aun en un abstruso libro de economía política como El Capital, en el cual reflexiones sobre la religión son obviamente de poco interés, el Marx maduro y anti-religioso escribió, entera­mente fuera de contexto: "el cristianismo, con su culto del hombre abstracto, especialmente en su desarrollo burgués (protestantismo, deísmo, etc.), es la forma de religión más adecuada.5

Recordemos, Marx comenzó como creyente cristiano.

Cuando terminó la enseñanza superior, lo que sigue fue escrito en su certificado de graduación bajo el encabezamiento Conocimientos Religiosos: "Su conocimiento de la fe y moral cristianas está bastante claro y bien fundado. También tiene cierto conocimiento de la historia de la Iglesia Cristiana".6

 

Oulanem Quiere Venganza

Poco después de que Marx recibió este certificado, algo misterioso sucedió en su vida: se volvió profunda y apasionadamente anti-religioso. Un nuevo Marx comenzó a emerger.

En una poesía escribe: "Deseo vengarme de Aquel que gobierna en lo alto".7 Así que estaba convencido de que hay Alguien que gobierna. Marx estaba en pleito con Él. Sin embargo, Aquel en lo alto no le había hecho ningún daño. Marx pertenecía a una familia de relativamente buena posición. En su niñez no pasó hambre. Estaba mucho mejor que la mayoría de sus compañeros estudiantes. ¿Qué fue lo que produjo este odio terrible contra Dios?

No se conoce ningún motivo personal. ¿Estaba siendo acaso Karl Marx en esta declaración sencillamente el vocero de otro? En una edad en que todo joven normal tiene hermosos sueños de hacer el bien a otros y preparar una carrera para sí mismo, ¿por qué escribió estas líneas en su poema Invocación de un Desesperado?

Pues un dios ha arrebatado de mí todo 
En la maldición y tormento del destino, 
Todos sus mundos se han ido irrevocablemente 
Solamente me resta la venganza.

Construiré mi trono en las alturas, 
En una cumbre inmensa y fría.
Por su baluarte - supersticioso espanto. 
Por su alguacil - la más negra agonía.

Quien lo mire con ojos sanos,

Regresará mudo, con palidez mortal, 
En garras de mortandad ciega y fría. 
¡Que su felicidad prepare su tumba! 
8

Las palabras "me construiré mi trono en las alturas" y la confesión de quien se sienta en este trono sólo emana espanto y agonía, nos recuerda el orgulloso alarde de Lucifer: "Subiré al Cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono" (Isaías 14:13).

Pero, ¿por qué deseaba Marx tal trono? La respuesta se encuentra en un drama poco conocido que Marx también compuso durante sus años estudiantiles, titulado Oulanem. Para explicar el título necesitamos explorar un poco.

Existe una iglesia de Satanás. Uno de sus ritos es la misa negra, la cual recita a medianoche el sacerdote satanista. Colocan velas negras al revés en el candelabro. El sacerdote se viste con su túnica ornada, pero con el forro hacia afuera. Dice todo lo que se indica en el libro de oraciones, pero leyendo desde el final hacia el principio. Los nombres santos de Dios, Jesús y María, se leen a la inversa. Un crucifijo es colocado boca abajo o es pisoteado. El cuerpo de una mujer desnuda sirve de altar. Una ostia consagrada, robada de alguna iglesia e inscrita con el nombre de "Satanás", es usada en una parodia de la comunión. Durante la misa negra se quema una Biblia. Todos los pre­sentes prometen cometer los siete pecados capi­tales, según son enumerados en los catecismos católicos, y a nunca hacer ningún bien. Tras esto, sigue una orgía.

El culto al Diablo es muy antiguo. Deute­ronomio 32:17 dice que los judíos "sacrificaron a los demonios y no a Dios". Más adelante, el rey Jeroboam de Israel ordenó sacerdotes para los demonios (2 Crónicas 11:15).

De manera característica, Oulanem es una inversión de un nombre santo: es un anagrama de Emmanuel, un nombre bíblico de Jesús que signi­fica en hebreo "Dios con Nosotros". Tales inversiones de nombres se consideran efectivas en la magia negra.

El drama Oulanem se puede comprender sola­mente a la luz de la extraña confesión que hizo Marx en un poema titulado El Violinista, al cual más adelante trataron de restar importancia, tanto él mismo como sus seguidores.

Los vapores infernales suben y llenan la mente,

Hasta que enloquezco y mi corazón es totalmente cambiado.

¿Ves esta espada?
El Príncipe de las Tinieblas me la vendió.

Para mí marca el compás, y da las señales. 
Cada vez con más osadía, toco el baile de la muerte.9

Estas líneas cobran significado especial cuando nos enteramos de que en los ritos de iniciación superior del culto satanista se le vende una es­pada encantada al candidato, la cual le asegura éxito. Paga por ella firmando un pacto con sangre de sus venas, estableciendo que su alma pertenecerá a Satanás después de morir.

Y ahora, una cita del drama Oulanem:

ellos son también, Oulanem, Oulanem. 
Nombre que resuena como la muerte,

Resuena hasta que perece, arrastrándose miserablemente.

Detente, ¡lo tengo ahora! Surge desde mi alma 
Tan claro como e1 aire, tan fuerte como mis propios huesos.10

Aun tengo fuerza en mis juveniles brazos 
Para agarrarte fuertemente y triturarte

[se refiere a la humanidad personificada] 
Con tempestuoso poder,

Mientras que para ambos se abre el abismo 
desmesuradamente en la oscuridad. 
Te hundirás y yo te seguiré riendo a carcajadas; 
Murmurando en tus oídos, "Desciende, 
amiga: ven conmigo”.11 

La Biblia, que Marx había estudiado en sus años de escuela superior y que conocía muy bien en sus años de madurez, dice que el Diablo será atado por un ángel y echado en el abismo (Apoca­lipsis 20:3). El deseo de Marx es arrastrar a toda la humanidad hacia dentro de este abismo reservado para el Diablo y sus ángeles.

¿Quién habla a través de Marx en este drama? ¿Es razonable suponer que un joven estudiante abrigue como el sueño de su vida una visión de la humanidad entrando en el abismo de oscuridad ("oscuridad exterior" es un término bíblico que se refiere al "infierno"), y asimismo riendo a carca­jadas mientras va tras aquellos a quienes llevó a la incredulidad? En ninguna parte del mundo se cultiva este ideal, excepto en los ritos de inicia­ción de la iglesia de Satanás, en sus niveles más altos.

Cuando en el drama llega el momento de la muerte de Oulanem, sus palabras son:

Arruinado, arruinado. Mi tiempo ha terminado.

El reloj se ha detenido, la casa enana se ha derrumbado.

Pronto abrazaré la eternidad en mi pecho,
Y pronto rugiré gigantescas maldiciones sobre la humanidad. 

Marx había amado las siguentes palabras del personaje Mefistófeles del drama Fausto (del famoso poeta alemán Goethe): "Todo lo que existe merece ser destruido". Todo, incluyendo el proletariado y los camaradas. Marx citó estas palabras en El 18 de Brumario.13 Stalin actuó basado en ellas y destruyó aun a su propia familia.

La secta satanista no es materialista. Cree en la vida eterna. Oulanem, la persona por quien habla Marx, no cuestiona el hecho de la vida eterna. Lo afirmó, pero como una vida de odio magnificado al extremo. Vale la pena notar que "eter­nidad" para los demonios significa "tormento". Por eso Jesús fue reprochado por los demonios: "¿Has venido para atormentarnos antes de tiem­po?" (Mateo 8:29).

Marx tiene la misma obsesión: 

¡Ja! ¡la eternidad! Es nuestra desgracia eterna. 
Muerte indescriptible e inmensurable, 
Vil, artificio concebido para despreciarnos.

Siendo nosotros mecanismos como relojes, ciegamente maquinales,

Hechos para ser los almanaques gstados del tiempo y el espacio,
Sin más propósito que acontecer; ser arruinados, 
Para que haya algo que arruinar.14

Comenzamos a comprender lo que ha sucedido al joven Marx. Había tenido convicciones cris­tianas, pero no había llevado una vida com­patible con ellas. La correspondencia con su padre da testimonio de su despilfarro de grandes sumas de dinero en placeres, y de sus constantes querellas con la autoridad paternal sobre estas y otras cuestiones. Entonces puede ser que haya sucum­bido a las doctrinas de la altamente secreta Iglesia de Satanás y recibido los ritos de iniciación. Satanás, es quien habla a través de sus adoradores en sus orgías halucinogénicas. Así pues, Marx no es sino el vocero de Satanás cuando pronuncia en su poesía Invocación de un Desesperado las palabras: "deseo vengarme de Aquel que gobierna en lo alto".

Veamos el final de Oulanem:

Si existe Algo que devora,
Saltaré adentro, aunque lleve el mundo a su ruina­.

El mundo que se dilata entre mí y el abismo, 
Lo destrozaré en pedazos con mis perennes maldiciones.

Estrecharé mis brazos alrededor de su cruel realidad:

Abrazándome, el mundo sucumbirá estúpidamente;

Y entonces se hundirá en la nada absoluta; 
Fenecido, inexistente: eso sería vivir verdaderamente. 15

 

En Oulanem, Marx hace lo que hace el Diablo: manda a toda la raza humana a la condenación. Oulanem es probablemente el único drama en el mundo cuyos personajes están conscientes de su propia corrupción, de la cual hacen gala y celebran con convicción. En este drama no hay blanco y negro. No existe Claudio ni Ofelia, Yago ni Desdémona. Aquí todo es negro y todos revelan aspectos mefistofélicos. Todos son satánicos. Todos están corrompidos y condenados.

 

Extraños Rituales en la Familia de Marx

Cuando escribió estas cosas, Marx, genio pre­maturo, contaba con dieciocho años. El programa de su vida ya estaba establecido. Ni una palabra sobre servicio a la humanidad, el proletariado o el socialismo. Deseaba llevar el mundo a la ruina. Deseaba construirse un trono cuyo baluarte fuera el miedo humano.

En esta etapa, encontramos algunos pasajes enigmáticos en la correspondencia entre Karl Marx y su padre. Escribe el hijo: "Ha caído el velo. Mi Lugar Santísimo se ha dividido en pedazos, y nuevos dioses han tenido que ser ins­talados".16 Estas palabras fueron escritas en noviembre 10, 1837, por un joven que hasta entonces había profesado ser cristiano. Antes, había declarado que Cristo estaba en su corazón. Ahora ya no era así. ¿Quiénes son los nuevos dioses instalados en Su lugar?

El padre replica: "Me cohibí de insistir en una explicación sobre un asunto muy misterioso, aunque parecía algo bastante dudoso".17 ¿Qué era este asunto misterioso? Hasta ahora ningún biógrafo de Marx ha explicado estas extrañas frases.

En marzo 2, 1837, el padre de Marx escribió a su hijo: "Tu progreso, la amada esperanza de ver tu nombre de gran reputación algún día, y tu bienes­tar terrenal, no son los únicos deseos de mi corazón. Estas son ilusiones que mantuve por mucho tiempo, pero te aseguro que su realización no me hubiera hecho feliz. Solamente si tu corazón permanece puro y late humanamente, si ningún demonio puede apartar tu corazón de los buenos sentimientos, sólo entonces seré feliz".18

¿Qué hizo que este padre de repente expresara el temor de una influencia demoníaca respecto a su joven hijo, quien hasta entonces había confesado ser cristiano? ¿Serían las poesías que recibió como regalo de su hijo cuando cumplió sus 55 años?

La que sigue es una cita tomada del poema de Marx Sobre Hegel:

Palabras enseño, enredadas en endiablada confusión.

Así pues, cada cual piense lo que quiera pensar.19

En su poesía La Doncella Pálida, escribe:  

Por tanto, el cielo he perdido, 
Esto yo bien lo sé.

Mi alma, otrora fiel a Dios, 
Seleccionada está para el infierno.20  

No se necesita comentario alguno.

Marx comenzó con ambiciones artísticas. Sus dramas y poesías son importantes por cuanto revelan el estado de su corazón, pero careciendo de valor literario, no han recibido reconoci­miento.

La falta de éxito en pintura y arquitectura nos dio a un Hítler; en drama, a un Goebbels; en filosofía, a un Rosemberg. Marx abandonó la poesía por una carrera de revolución llevada a cabo en nombre de Satanás en contra de una sociedad que no apreció su poesía. Es concebible que este sea uno de los motivos de su rebelión total. Ser menospreciado como judío fue otro.

Dos años después que su padre expresara su preocupación, en 1839, el joven Marx escribió Diferencia entre la Filosofía de la Naturaleza de Demócrito y Epicuro, en cuyo prefacio se identifica con la declaración de Esquilo: "Odio a todos los dioses".21 Esto corrobora que Marx está en contra de todos aquellos dioses en la tierra y en el cielo que no reconozcan la auto­consciencia humana como deidad suprema.

Marx fue un enemigo declarado de todos los dioses, un hombre que había comprado su espada al príncipe de las tinieblas al precio de su alma. Manifestó como su objetivo el arrastrar a toda la humanidad al abismo y seguirla riendose a carca­jadas.

¿Había Marx realmente comprado su espada a Satanás?

Su hija Eleanor cuenta que Marx les contaba muchos cuentos, a ella y a sus hermanas, cuando eran niñas. Su favorito era uno sobre un tal Hans Rockle. "Contar este cuento tomaba meses y meses, porque era un cuento muy largo, que no tenía fin. Hans Rockle era un brujo... que tenía una tienda de juguetes y muchas deudas... A pesar de ser brujo siempre estaba en dificultades económicas. Por lo tanto, tenía que vender, contra su voluntad, todas sus cosas hermosas, una a una, al Diablo... Algunas de sus aventuras eran tan horripilantes que nos paraban los pelos de punta”.22

¿Es normal que un padre le cuente a sus hijitos historias horripilantes sobre la venta de los tesoros más queridos que uno posee al Diablo? Robert Payne, en su libro Marx,23 también recuenta este incidente detalladamente, según fuera contado por Eleanor: de cómo el infeliz Rockle, el mago, vendió los juguetes con renuencia, conserván­dolos hasta el último momento. Pero como había hecho un pacto con el Diablo, no tenía forma de evitarlo.

El biógrafo de Marx continúa: “Casi no hay dudas de que aquellas historias interminables eran autobiográficas. Él tenía una visión dia­bólica del mundo, una malevolencia diabólica. A veces parecía estar consciente de estar realizando las obras del Diablo”.24

Cuando Marx terminó Oulanem y sus otros poemas primeros, en los cuales escribía respecto de tener un pacto con el Diablo, no pensaba todavía en el socialismo, al que inclusive había combatido. Marx era editor de un periódico alemán, Rheinische Zei­tungel cual "no le concede ni siquiera validez teórica a las ideas comunistas en su forma presente, mucho menos desea su realización prác­tica, la cual de todos modos considera imposible... A los esfuerzos de las masas para llevar a cabo sus ideas comunistas se les puede responder con un cañón, tan pronto como éstas se vuelvan peligro­sas..."25

 

Marx conoce a Hess y Bakunin

Después de alcanzar esta etapa en su pensa­miento, Marx conoció a Moisés Hess, el hombre que desempeñó el papel más importante en su vida, y quien le hiciera abrazar el ideal socialista.

Hess le llamaba: "Dr. Marx - mi ídolo, quien le dará el puntapié final a la religión y política medievales".26 Así que, darle un puntapié a la religión era su primer objetivo, y no el socialismo.

George Jung, otro amigo de Marx en aquella época, escribió en 1841, aún más claramente, que indudablemente Marx expulsaría a Dios de su cielo y hasta le entablaría demanda. Marx califi­caba el cristianismo como una de las religiones más inmorales.27 Eso no es extraño, pues Marx creía que los cristianos de los tiempos primitivos masa­craban seres humanos y comían su carne.

Estas, pues, eran las expectaciones de aquellos que iniciaron a Marx en las profundidades del satanismo. No es cierto en lo absoluto que Marx abrigara elevados ideales sociales de ayudar a la humanidad, ni que la religión fuese un obstáculo en la realización de ese ideal: y que por tal motivo Marx abrazara una actitud anti-religiosa. Al contrario, Marx odiaba a todos los dioses; odiaba cualquier noción de Dios. Estaba presto a ser el hombre que destronaría a Dios. Todo esto surgía antes de que él mismo abrazara el Socialismo. El socia­lismo no era sino la carnada que atraería a los proletarios e intelectuales a abrazar el ideal dia­bólico.

 Cuando los soviéticos en sus comienzos adop­taron el refrán: "Echemos a los capitalistas de la tierra y a Dios del Cielo", no estaban sino cum­pliendo con el legado de Marx.

Como se mencionó anteriormente, la inversión de nombres es una de las peculiaridades de la magia negra. Las inversiones permearon tanto la manera de pensar de Marx, que la usaba en todas partes. Contestó el libro de Proudhon, Filosofía de la Miseria, con otro libro titulado Miseria de la Filosofía. También escribió, "tenemos que usar en vez del arma de la crítica, la crítica de las armas",28 etc.

¿Alguna vez le llamó la atención el estilo de pelo de Marx? En su época los hombres general­mente usaban barbas, pero no barbas en esa forma, ni tampoco pelo largo. El porte de Marx era característico de los discípulos de Joanna Southcott, una sacerdotisa satánica que se con­sideraba a sí misma en contacto con el demonio Shiloh.29 Es interesante notar que unos sesenta años después de su muerte, en 1814, "al grupo de los Southcottianos de Chatham se le unió un soldado, James White, quien después de un período de ser­vicio en la India regresó y tomó el liderazgo local, desarrollando aún más las doctrinas de Joanna ... con un tinte comunísta".30

Marx no habló mucho en público sobre la meta­física, pero conocemos sus puntos de vista a través de los hombres con quienes se asociaba. Uno de sus compañeros en la Primera Internacional fue Mikhail Bakunin, anarquista ruso, quien escribió: "… aquí entra Satanás, el eterno rebelde, el primer librepensador y emancipador de los pueblos. El hace que el hombre se avergüence de su ignorancia y obediencia bestiales; él lo libera, le estampa sobre su frente el sello de la libertad y humanidad, urgiéndole a desobedecer y a comer el fruto del conocimiento".31

Bakunin hace más que alabar a Lucifer. Tiene un programa concreto para la revolución, pero ninguno que pueda liberar a los pobres de la explotación. Escribe: "En esta revolución tendremos que despertar al diablo en las gentes, para provocar las pasiones más bajas".32

Karl Marx fundó la Primera Internacional junto con Bakunin y respaldaba este extraño programa.

Bakunin revela que Proudhon, otro importante pensador socialista -y por aquel tiempo amigo de Karl Marx- también "adoraba a Satanás.33 Hess había presentado a Marx su amigo Proudhon, quien también usaba el estilo cabelludo típico de la secta satanista del siglo XIX, de Joanna South­cott.

Proudhon, en Filosofía de la Miseria, declaró que Dios es el prototipo de la injusticia: "Alcanzamos conocimiento a pesar de Dios. Alcan­zamos la sociedad a pesar de Él. Cada paso de avance es una victoria en la cual vencemos al Divino".34

Proudhon exclama: "Ven, Satanás, calumniado por los pequeños y por los reyes. Dios es estupidez y cobardía; Dios es hipocresía y falsedad; Dios es tiranía y pobreza; Dios es maligno. Cuando la humanidad se inclina ante un altar, la humanidad, esclava de reyes y sacerdotes, será condenada... Juro, Dios, con mi mano extendida hacia los cielos, que tú no eres más que el verdugo de mi razón... Dios es esencialmente anti-civili­zado, anti-liberal, anti-humano."35 Proudhon declara que Dios es maligno porque el hombre, su creación, es maligno. Tales pensamientos no son originales. Son el contenido usual de los sermones en los servicios de adoración satánica.

Más adelante Marx tuvo desacuerdos con Proudhon y escribió un libro para contradecir su Filosofía de la Miseria. Pero Marx contradijo sola­mente doctrinas económicas menores. No hizo objeciones a la diabólica rebelión de Proudhon en contra de Dios.

En este punto es necesario declarar enfática­mente que Marx y sus camaradas, si bien estaban contra Dios, no eran ateos según como se describen los marxistas del tiempo presente. O sea, que al insultar y denigrar abiertamente a Dios, odiaban a un Dios en quien creían. No es Su existencia la que objetaban, sino Su supremacía.

Cuando estalló en París la revolución comu­nista de 1871, el comunero Flourens declaró: "Dios es nuestro enemigo. El odio a Dios es el principio de la sabiduría".36 La Biblia dice: El principio de la sabiduría es el temor de Jehová: los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza (Proverbios 1:7).

Marx alabó entusiásticamente a los comuneros que abiertamente proclamaron este objetivo. Pero ¿qué tiene que ver eso con una distribución equitativa de los bienes materiales, o con la mejora de las instituciones sociales? Estos son solamente los disfraces externos que disimulan el verdadero objetivo - la erradicación total de Dios y Su culto. Hoy vemos evidencias de esto en países como China Roja, Vietnam y Corea del Norte, donde sigue habiendo una fuerte persecución a los cristianos.

 

Poesía Diabólica

En las poesías de Marx Invocación de un Desesperado y Orgullo Humano, la súplica suprema del hombre es por su propia grandeza. Si el hombre está condenado a la muerte por causa de su grandeza, esta será una catástrofe cósmica; pero morirá como un ser a la semejanza de Dios, llorado por los demonios. En la balada El Violinista, Marx registra las quejas del cantor contra un Dios que no conoce ni respeta su arte. Surge de los oscuros abismos del infierno, "hechizando la mente y embrujando el corazón, y su baile es el baile de la muerte".37 El violinista saca su espada y la hunde en el alma del poeta.

"Arte que surge de los oscuros abismos del infierno, hechizando la mente ..." Esta frase no hace recordar las palabras del revolucionario norte­americano Jerry Rubin en Do It (Hazlo): "Hemos combinado juventud, música, sexo, drogas y rebelión con traición; y ésa es una combinación difícil de vencer".33

En su poema Orgullo Humano, Marx confiesa que su objetivo no es mejorar al mundo, ni refor­marlo, ni revolucionalizarlo, sino simplemente arruinarlo y disfrutar su ruina:

Con desdén arrojaré mi guante 
En la misma cara del mundo,

Y veré el colapso de este pigmeo gigante 
Cuya caída no ahogará mi ardor.
Entonces vagaré como un dios victorioso 
Entre las ruinas del mundo

Y, dando a mis palabras fuerza activa, 
Me sentiré igual al Creador.39

Marx adoptó el satanismo tras una lucha interna. Sus poesías terminaron en un período de severa enfermedad, resultado de la tempestad dentro de su propio corazón. Escribe en esa época acerca de su disgusto por tener que hacer un ídolo de un punto de vista que detestaba. Se siente enfermo.40

La razón dominante de la conversión de Marx al comunismo aparece claramente en una carta de su amigo George Jung dirigida a Ruge. No es la eman­cipación del proletariado; no es el estableci­miento de un orden social mejor. Jung escribe: "Si Marx, Bruno Bauer Feuerbach se asocian para fundar una revista teológico-política, Dios hará bien en rodearse de todos sus ángeles y auto­compadecerse, porque estos tres ciertamente lo sacarán del cielo…”41 ir al principio

Las Vidas Asoladoras de Marx y Engels

Todos los satanistas activos tienen una vida personal asoladora. Ese fue también el caso de Marx.

Arnold Künzli, en su libro Karl Marx - Un Psicograma,42 nos cuenta sobre la vida de Marx, incluyendo el suicidio de dos de sus hijas y de un yerno. Tres hijos murieron por desnutrición. Su hija Laura, casada con el socialista Laforgue, también perdió a tres de sus hijos. Luego ella y su esposo se suicidaron juntos. Otra hija, Eleanor, decidió con su esposo hacer lo mismo. Ella murió, pero él cambió de idea al último momento.

Marx no sentía obligación de ganarse la vida para mantener a su familia, aunque fácilmente pudo hacerlo, aprovechándose por lo menos de sus tremendos conocimientos de idiomas. Vivió de la limosna de Engels. Tuvo un hijo ilegítimo con su sirvienta. Más tarde atribuyó el hijo a Engels, quien aceptó la comedia. Tomaba con profusión. Rjazanov, Director del Instituto Marx-Engels de Moscú, admite el hecho en su libro Marx: Pensador, Hombre, Revolucionario.43

Y ya que se menciona a Engels, unas palabras sobre él. Engels había sido criado en una familia piadosa. En su juventud compuso hermosos poemas cristianos. No se conocen las circuns­tancias que lo llevaron a perder la fe. Pero después de conocer a Marx, escribió sobre él: "¿Quién está cazando con desenfrenado esfuerzo? Un moreno de Trier (lugar de nacimiento de Marx), un verda­dero monstruo. No camina, ni corre, sino que salta en sus talones y ruge lleno de cólera como si quisiera atrapar la bóveda entera del cielo y arrojarla a la tierra. Estira sus brazos a todo lo largo en el espacio con el puño cerrado, bramando sin cesar, como si diez mil demonios lo hubieran agarrado por el pelo."44

Engels comenzó a dudar de la fe cristiana después de haber leído el libro del teólogo liberal Bruno Bauer. Tuvo una gran lucha en su corazón. Por aquel tiempo escribió: "Oro cada día, casi todo el día, por la verdad, y lo he estado haciendo desde que comencé a dudar; pero aun no puedo volver atrás. Me saltan las lágrimas mientras escribo."48

Engels no encontró el camino de regreso a la Palabra de Dios, y fue así que se unió a quien él mismo llamara "el monstruo poseído de diez mil demonios".49 Había experimentado una contra­conversión.  

¿Qué clase de persona fue Bruno Bauerel teoteólogo liberal que jugara un papel tan decisivo en la destrucción de la fe cristiana en Engels y quien respaldara a Marx en sus nuevos rumbos anti-cristianos? ¿Tenía algo que ver con los demonios? He aquí lo que escribió Bruno Bauer a su amigo Arnold Ruge, también amigo de Marx y Engels, en Diciembre 6 de 1841:

"Pronuncio conferencias aquí en la univer­sidad ante una gran audiencia. No me reconozco a mí mismo cuando pronuncio mis blasfemias desde el púlpito. Son tan terribles, que a estos mucha­chos, a quienes nadie debería ofender, se les ponen los pelos de punta. Según voy dictando mis blasfemias, me acuerdo de cuán píamente trabajo en la casa escribiendo una apología de las Santas Escrituras y del Apocalipsis. De cualquier forma, es un demonio maligno que me posee cada vez que asciendo al púlpito, y soy tan débil que me siento obligado a rendirme a él... Mi espíritu blasfemo solamente se satisface si me dispongo a predicar abiertamente como profesor del sistema ateo."47

El hombre que convenció a Engels de hacerse comunista fue el mismo Moisés Hess, quien convir­tiera a Marx anteriormente. Hess escribe después de conocer a Engels en Colonia: "Partió de mí como comunista super-celoso. Así es como yo produzco estragos."48

Producir estragos - ¿Era éste el supremo propósito en la vida de Hess? Ese es también el propósito de Lucifer.

Los vestigios de haber sido cristiano nunca des­aparecieron de la mente de Engels. En 1865, expresó su admiración por el himno de la Reforma Castillo Fuerte es Nuestro Dios, calificándolo "un himno triunfal que se convirtió en La Marse­llesa del siglo XVI."49 También existen otros pasajes pro-cristianos de Engels.

La tragedia de Engels es conmovedora, aún más absorbente que la de Marx. El siguiente es un maravilloso poema cristiano escrito en su juventud por el hombre que más tarde se conver­tiría en el mejor cómplice de Marx en la destrucción de la religión: 

Señor Jesucristo, Hijo Único de Dios, 
 ¡Oh! desciende de tu Trono Celestial 
Y sálvaste mi alma.

Desciende en toda Tu bienaventuranza, 
Luz de la Santidad del Padre,

Permite que pueda escogerte. 
Amoroso, espléndido, sin angustias es el gozo con que elevamos, Salvador, a Ti, nuestra alabanza.

Y cuando inhale mi último aliento,
Teniendo que sufrir de la muerte el tormento, 
Que firme en Ti me afiance;
Que cuando mis ojos con oscuridad se llenen 
Y mi latiente corazón se pare,

Que en Ti mi cuerpo descanse.


Y allá en el Cielo mi espíritu alabe 
Tu nombre eternamente,
Puesto que en Ti yace, salvo.
¡Oh! que estuviera cercano el tiempo gozoso 
Cuando en Tus amantes brazos

Pueda extraer nueva y cálida vida. 
Y entonces, Oh Dios, agradecido, 
Abrazaré a todos mis queridos 
Para siempre en mis brazos.

Por siempre y siempre viviendo, 
Contigo morando para contemplar 
Nueva vida para mí, que has de revelar.

Viniste para libertar a la humanidad
De la muerte y la enfermedad, 
para que pudiera haber
Bendición y fortuna por doquier.
Y ahora con éste, Tu nuevo descenso, 
Todo en la Tierra será diferente;
Y a cada hombre darás su porción.50

Después de que Bruno Bauer sembrara dudas en su alma, Engels escribió a algunas amigos: "Está escrito: 'Dad y se os dará.' Busco la verdad donde­quiera que tengo esperanzas de encontrar aunque sea una sombra de ella. Todavía no puedo reconocer tu verdad como la Verdad eterna. No obstante, está escrito: 'Buscad y hallareis. ¿Qué hombre entre vosotros daría a su hijo una piedra cuando le pide pan? Mucho menos vuestro Padre que está en los cielos.' Las lágrimas inundan mis ojos al escribir esto. Estoy profundamente conmo­vido, pero siento que no estaré perdido. Iré a Dios, por quien mi alma toda añora. Esto también es testimonio del Espíritu Santo. Con esto vivo y con esto muero... El Espíritu de Dios me da testimonio de que soy hijo de Dios."51

Engels estaba bien consciente del peligro satánico. En su libro, Schelling, Filósofo en Cristo, En­gels escribió: "Desde la terrible revolución francesa, un espíritu completamente nuevo y diabólico ha entrado en gran parte de la humanidad, y la irreligiosidad levanta su cabeza desafiante de forma tan desvergonzada y sutil que uno pensaría que las profecías de las Escrituras están siendo cumplidas. Veamos primero lo que las Escrituras dicen sobre la irreligiosidad de los últimos tiempos. El Señor Jesús dice en Mateo 24:11-13: 'Y muchos falsos profetas se levantarán y engañarán a muchos; y por haberse multi­plicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Más el que persevere hasta el fin, éste será salvo. Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.' Y más adelante en el verso 24: 'Se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los esco­gidos.' Y Pablo dice, en 11 Tesalonicenses 2:3: 'Sin que. . . se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios, o es objeto de culto . . el inicuo, cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, y todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la men­tira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se compla­cieron en la injusticia."' Y así sigue. Engels cita Escritura tras Escritura como lo haría el más fervoroso cristiano.

Continúa: "Ya no tenemos más que ver con la indiferencia o frialdad hacia el Señor. No, es una enemistad declarada y abierta; y en lugar de todas las sectas y partidos, ahora sólo tenemos dos: cris­tianos y anti-cristianos... Vemos a los falsos profetas entre nosotros... Viajan a través de Alemania y quieren entrometerse en todas partes; enseñan sus doctrinas satánicas en los mercados y llevan la bandera del Diablo de un pueblo a otro, seduciendo a la pobre juventud para arrojarla en el más profundo abismo del infierno y la muerte." Termina su libro con las palabras de Apocalipsis: "Ciertamente vengo en breve. Guardad lo que tenéis, que nadie os arrebate vuestro galardón. Amén."52

El hombre que escribiera tales poesías y adver­tencias contra el satanismo, el hombre que reconociera a Marx como un poseído de mil demonios, se convirtió en el colaborador más cercano de Marx en su diabólica lucha, "porque el comunismo aborrece las verdades eternas, aborrece toda religión, y toda moralidad..."53

Esto es lo que ha hecho la teología liberal. Comparte con Marx y Engels la culpa por las decenas de millones de inocentes asesinados por los comunistas.

Rolv Heuer describe la devastadora vida financiera de Marx en Genio y Riquezas: "Mientras que era estudiante en Berlín, el hijo de papá Marx recibía 700 táleros anuales para gastos perso­nales.54 Esta era una suma enorme, ya que en aquella época solamente el 5% de la población te­nía ingresos anuales de más de 300 táleros. Durante su vida, Marx recibió de Engels unos seis millones de francos franceses (cálculos del Insti­tuto Marx-Engels).

Siempre codició vehementemente las heren­cias. Estando agonizante un tío suyo, Marx escri­bió: "Si el perro se muere, se me acaban los problemas".55 A lo cual Engels respondió: "Te felicito por la enfermedad del obstáculo de la herencia y anhelo que la catástrofe suceda enseguida."56

Finalmente murió el "perro". Marx escribe el 8 de marzo, 1855: "Un evento muy feliz. Ayer fuimos notificados de la muerte de un tío de mi esposa, de noventa años de edad. Mi esposa recibirá unas 100 libras esterlinas; hubiera aún sido más si el perro viejo no le hubiera dejado parte de su dinero a la mujer que le adminis­traba la casa.57

Sus sentimientos no fueron mucho más amables hacia personas más cercanas a él que este tío. Estaba peleado con su madre. En diciembre de 1863 le escribió a Engels: "Hace dos horas recibí un telegrama comunicándome la muerte de mi madre. El destino tenía que llevarse a un miembro de mi familia. Yo ya tenía un pie en la tumba. Bajo las circunstancias presentes, soy más necesario que la vieja. Tengo que ir a Trier a lo de la herencia.58 Este fue todo su comentario respecto al fallecimiento de su madre.

Marx perdió mucho dinero en la bolsa de valores; en la cual él, “el economista”, no supo sino cómo perder.

Por cuanto la secta satanista es altamente secreta, solamente tenemos indicios sobre las posibilidades de las conexiones de Marx con ella. Su vida desordenada pudiera ser otro eslabón en la cadena de evidencias ya consideradas.

Marx fue un intelectual de alto calibre. Así como Engels. Pero la correspondencia de ambos está llena de obscenidades, algo poco común en esta clase social. Abunda el lenguaje inmundo, pero no hay ni una sola carta en la cual uno escuche a los idealistas hablando de su sueño comunista o socialista.

Toda su actitud y conversación en Marx era de naturaleza satánica. Aunque judío, escribió un pernicioso libro anti-judío titulado La Cuestión Judía. No era solamente a los judíos a quienes odiaba. Odiaba a los alemanes: "Derrota es única forma de resucitar a los alemanes". Hablaba del "estúpido pueblo alemán... el detestable nacionalismo alemán" y que "los alemanes, chinos y judíos se pueden comparar con mercachifles y buhoneros". Marx llamaba a los rusos "come-coles".59 Los pueblos eslavos eran "desperdicios étnicos".60

 

Conexión con la Teosofía

De los hijos de Marx, la favorita era Eleanor. La apodaba Tussy y solía decir frecuentemente "Tussy soy yo".

Con la aprobación de su padre, Eleanor se casó con Eduardo Aveling, amigo de Ana Besant, una prominente personalidad en la Teosofía. Aveling pronunciaba conferencias sobre temas como "La Iniquidad de Dios" (un pensamiento netamente satanista. Ellos no niegan la existencia de Dios como los ateos, a no ser que sea con el propósito de engañar a otros. Ellos conocen de Su exis­tencia, pero lo describen como "inicuo"). En sus conferencias trataba de probar que Dios es "insti­gador de poligamia e incitador al robo". Abogaba por el derecho a blasfemar.62

El escogido yerno de Marx era uno de los con­ferencistas principales del movimiento teosófico. La siguiente poesía describe la actitud del movimiento hacia el satanismo. 

A ti mis versos, desenfrenados y audaces, 
Ascenderán, oh Satanás, rey del banquete, 
Apartaos con tus rociaduras, oh sacerdote, y tu letanías
Porque siempre Satanás, oh sacerdote, estaré detrás de ti.

Tu aliento, oh Satanás, mis versos inspira, 
Cuando de mi pecho a los dioses desafío.

De reyes pontificales, de reyes inhumanos: 
Tuyo es el relámpago que hace temblar las mentes.

Oh alma que vagaste lejos del camino correcto, 
Misericordioso es Satanás. ¡Mira a Eloísa!

 

Como el torbellino extendiendo sus alas, 
Pasa él, oh pueblo, ¡Satanás el Grande! 
¡Aclamadle, de la razón el gran Vindicadorl 
¡Consagrado a ti ascenderán incienso y votos! 
Has destronado al dios de los sacerdotes.63

Este es el tipo de poesía que se recitaba en la casa de Marx.

La conexión entre el marxismo y la teosofía no es accidental. La Teosofía ha difundido en Occi­dente la doctrina hindú de la inexistencia del alma individual. Lo que hace la Teosofía a través de la persuasión, lo hace el marxismo con el látigo. Des­personaliza a los hombres, cambiándolos en robots sumisos al Estado.

Revelaciones de una Sirvienta

El Comandante americano Sergius Riis había sido discípulo de Marx. Afligido por la noticia de su muerte, se fue a Londres para visitar la casa en la que el admirado maestro había vivido. La familia se había mudado. La única persona con quien se pudo entrevistar fue con la antigua sirvienta de Marx, Helen Demuth, quien le hizo este asombroso comentario: "Él era un hombre temeroso de Dios. Cuando estaba muy enfermo, oraba solo en esta habitación ante una hilera de velas encendidas, amarrándose una especie de cinta métrica alrededor de su frente."64 El comentario nos sugiere las filacterias, imple­mentos usados por los judíos ortodoxos durante sus oraciones matinales.

Pero Marx había sido bautizado en la religión cristiana. Nunca practicó el judaísmo. Después se convirtió en un luchador contra Dios. Escribió libros en contra de la religión y crió a todos sus hijos como ateos. ¿Qué clase de ceremonia era ésta que una sirvienta de no mucho conocimiento consideraba una oración? Cuando los judíos dicen sus oraciones con filacterias sobre su frente nunca tienen una hilera de velas ante ellos. ¿Habrá sido esto algún tipo de práctica de magia?

 

Cartas de Familia

Otro posible indicio está contenido en una carta escrita a Marx por su hijo Edgar, el 31 de marzo de 1854. Comienza con las sorprendentes palabras: "Mi querido demonio".65 ¿Quién ha escuchado jamás a un hijo dirigiéndose a su padre en estos términos? Sin embargo, así es como un satanista escribe a sus amados. ¿Se habría iniciado el hijo también?

No es menos significativo que la esposa de Marx se dirigiera a él como sigue, en una carta de agosto de 1844: "Tu última carta pastoral, sumo sacerdote y obispo de almas, de nuevo ha propor­cionado tranquilidad y paz a tu pobre oveja.66

En El Manifiesto Comunista, Marx había expresado su deseo de abolir toda religión; lo cual le hace a uno suponer que incluye la abolición del culto satanista también. No obstante, su esposa se refiere a él como sumo sacerdote y obispo. ¿De qué religión? La única religión europea que tiene sumos sacerdotes es la satanista. ¿Cuáles cartas pastorales escribió el hombre que se supone que era ateo? ¿Dónde están? Existe un área en la vida de Marx que ha permanecido sin investigar.

 

Testimonios de Biógrafos

Algunos biógrafos de Marx pueden haber intuído cierta conexión entre el culto diabólico y el tema de sus libros. Pero por no tener una prepa­ración espiritual necesaria, no pudieron com­prender los hechos que tenían ante sus ojos. Aun así, sus testimonios son interesantes.

El marxista Franz Mehring escribió en el libro Karl Marx: "Aunque el padre de Karl Marx murió después del vigésimo cumpleaños de su hijo, parece haber observado con secreto temor al demonio en su hijo favorito...67 Henry Marx no pensaba, ni podía pensar que las ricas reservas de cultura burguesa que había pasado a su hijo Karl como valiosa herencia para su vida, hubiera servido sólo para develar el demonio que tenía".68

Marx murió abatido, como todos los satanistas. El 25 de mayo, 1883, le escribió a Engels: " ¡Qué inútil y vacía es la vida, pero cuán deseable!"69 Hay un secreto detrás de Marx que sólo unos cuantos marxistas conocen. Lenin escribió, "Después de medio siglo, ni un solo marxista ha comprendido a Marx."70

Hay un secreto también detrás de la vida de Lenin. Sobre el Estado Soviético escribió como sigue:

"El Estado no funciona como deseábamos. ¿Cómo funciona? El coche no obedece. Hay un hombre al volante que parece guiarlo, pero el coche no camina en la dirección deseada. Se mueve según como otra fuerza quiere."71 ¿Cuál es ésta otra fuerza misteriosa que se superpone encima de los planes de los líderes bolcheviques (comunistas soviéticos)? ¿Se vendieron a una fuerza que confiaban dominar pero que resutó ser más poderosa de lo que habían anticipado, y que los llevó a la desesperación?

En una carta de 1921, Lenin escribió: "Espero que nos cuelguen de una soga apestosa. Y no he perdido la esperanza de que esto suceda, porque no podemos condenar esta sucia burocracia. Si sucede, estará bien hecho."72

Esta fue la última esperanza de Lenin después de toda una vida de lucha por la causa comu­nista: ser justamente colgado de una apestosa soga. Esta esperanza no fue realizada en su vida; pero casi todos sus colaboradores fueron eventual­mente ejecutados por Stalin, tras haber confe­sado que habían servido a otros poderes dife­rentes del proletariado al que habían pretendido socorrer.

¡Qué confesión es ésta de Lenin: "Espero que nos cuelguen de una soga apestosa!" Qué contraste con aquel otro luchador, el Apóstol Pablo, quien escribiera hacia el final de su vida: "He peleado la buena batalla, he terminado la carrera. ... Por lo demás, me está guardada la corona te justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día" (II Timoteo 4:7,8).

 

Bukharin-Stalin-Mao

Sería interesante dar un vistazo a algunos mar­xistas modernos. Bukharin, el secretario general de la Internacional Comunista y uno de los más importantes doctrinarios marxistas de este siglo, escribe en su biografía que desde la edad de doce años, después de haber leido el libro de Apocalipsis en la Biblia, ansiaba ser el Anti-cristo... Como que en las Escrituras se declara que el Anticristo es hijo de la gran ramera apocalíptica, insistía en que su madre confesara haber sido una prostituta.

Sobre Stalin, escribió Bukharin en el mismo artículo, "No es un hombre, sino un diablo".73 Demasiado tarde Bukharin se dio cuenta de las manos en que había caído. En una carta que le hizo memorizar a su esposa justamente antes de su arresto y ejecución, dijo: "Voy a dejar esta vida. Inclinando mi cabeza... siento toda mi impo­tencia ante esta maquinaria infernal".74 Había ayudado a eregir una guillotina - el Estado Sovié­tico - que ejecutó a millones, sólo para darse cuenta al final que había sido diseñado en el infierno. Había deseado ser el anti-cristo; pero en lugar de ello, se convirtió en su víctima.

El primer pseudónimo que usó Stalin como escritor fue "Demonoshvili", 75 que significa algo como "El Demoníaco" en el lenguaje georgiano; y "Besoshvili", 76  "el Diabólico".

En cuanto a Mao-Tse-Tung, éste escribió: “Desde que tenia ocho años, odiaba a Confucio. En nuestro pueblo había un templo confuciano. Deseaba con todo mi corazón sólo una cosa: destruirlo hasta los cimientos."77

¿Es normal que un niño a los ocho años sólo desee la destrucción de su propia religión? Tales pensamientos pertenecen a caracteres demo­níacos.

Soljenitzyn revela en el Archipiélago Gulag78 que el hobby de Yagoda, Ministro del Interior de la Unión Soviética, era disparar a imágenes de Jesús y de los santos. Nuevamente, un rito satanista practicado en las altas esferas comunistas.

¿Por qué hombres que supuestamente repre­sentan al proletariado se ponen a disparar a una imagen de Jesús, un proletario?

Los pentecostales cuentan de un caso sucedido en Rusia durante la segunda Guerra Mundial. Uno de los predicadores había echado fuera un demonio, quien amenazó, al abandonar su víctima, diciendo: "Tomaré venganza". Años más tarde, el predicador pentecostal que había hecho el exor­císmo fue fusilado por su fe. El oficial que lo ejecutó gritó justo antes de disparar: "Ahora estamos en paz".

¿Están los oficiales comunistas algunas veces poseídos por demonios? ¿Sirven acaso a Satanás como instrumentos de venganza contra cristianos que desean destronarlo?

"Russkaia Misl" (Pensamiento ruso) de marzo 13, 1975, reportó lo siguiente desde la Unión Soviética:

D. Profirevitch tenía una hija y un hijo en Rusia, a quienes crió en la fe. Tenían que asistir a las escuelas comunistas. A los doce años, al regresar la hija un día al hogar declaró a sus padres; "La religión es una superstición capita­lista: Vivimos en una nueva época". Dejó el cristianismo completamente. Más adelante se unió al Partido Comunista y se hizo miembro de la Policía Secreta, lo cual fue un golpe terrible para sus padres.

Más tarde la madre fue arrestada, ya que bajo el gobierno comunista nadie posee nada, ya sea los hijos de uno, o la esposa, o aun la propia libertad. El estado puede incautarlos en cualquier mo­mento.

Después del arresto de la madre, el hijo mostraba mucho pesar. Un año más tarde se ahorcó. D. Profirevitch, su padre, encontró esta carta: "Papá, ¿me juzgarás? Soy miembro de la Organi­zación de jóvenes Comunistas. Tuve que firmar que reportaría todo lo que sucediera a las autori­dades soviéticas. Un día me llamaron a la policía y allí mi hermana, Varia, me pidió que firmara una denuncia contra mamá, ya que por ser cris­tiana la consideraban una contra-revolucionaria. Firmé. Soy culpable de su prisión. Ahora me han ordenado espiarte a ti. Las consecuencias serán las mismas. Perdóname, papá, pero he decidido morir". El suicidio del hijo fue seguido por el encarcelamiento del padre.79

Un régimen en el cual estos eventos son coti­dianos, un régimen que transforma a sus ciudadanos, aun a los cristianos, en asesinos y delatores de víctimas inocentes, sólo puede ser repudiado por los hijos de Dios. Quien les dé la bienvenida es co-partícipe de sus malas obras (2 Juan 11).

 

Versiones Blasfemas del Padrenuestro

El periódico soviético Sovietskaia Molodioj del 14 de febrero de 1976, añade una nueva y flagrante prueba de las conexiones entre el marxismo y el satanismo. Este periodista ruso cuenta cómo los militantes comunistas asaltaban las iglesias y se burlaban de Dios ya en tiempo del zar (rey). Para este propósito los comunistas usaban una versión blasfema del "Padrenuestro":  

Padre nuestro, que estás en Petersburgo,

Maldito sea tu nombre.

Sea hecho pedazos tu reino;

No sea hecha tu voluntad.

No, ni aun en el infierno.

Danos nuestro pan que nos robaste;

Y paga nuestras deudas, 
así como nosotros hemos pagado las tuyas hasta ahora; 
Y no nos lleves más lejos en la tentación, 
Sino líbranos del mal - la policía de Plehve (el Primer Mininstro zarista).
Y liquida su maldito gobierno.

Pero como eres débil y pobre en espíritu,

Y en poder y en autoridad,

Abajo contigo, por toda la eternidad.

Amén.80

El objetivo final del comunismo, al conquistar nuevos países, no es establecer otro sistema social o económico; es burlarse de Dios y alabar a Satanás.

La Unión Alemana de Estudiantes Socialistas también ha publicado una parodia del Padre­nuestro, tratando de demostrar que el verdadero significado de esta oración es la defensa de los intereses del capitalismo: 

Nuestro capital, que estás en Occidente,

Que tus inversiones sean seguras.

Que tengas ganancias, que tus acciones suban de valor,

En Wall Street, así como en Europa.

Nuestra diaria venta dánosla hoy,

Y extiende nuestro crédito

Así como nosotros extendemos el de nuestros deudores.

Y no nos metas en bancarrota,

Sino líbranos de los Sindicatos.

Porque tuyo es medio mundo y el poder y las riquezas

Por dos mil años.                            Mammon.81

La identificación del cristianismo con los inte­reses del capitalismo es una calumnia. La Iglesia sabe que el capitalismo está manchado de sangre e impurezas. Todos los sistemas económicos llevan la marca del pecado. Los cristianos se oponen al comunismo no desde el punto de vista del capitalismo, sino del Reino de Dios, que es su ideal social.

Lo anterior no es más que una burla satánica de una muy santa oración, igual que la publicada por los soviéticos.

Durante la huelga general organizada por los comunistas franceses en 1974, los obreros fueron llamados a marchar por las calles de París can­tando la consigna: 

"Giscard d'Estaing est foutu

Les demons sont dans la rue!"

"Giscard d'Estaing [fue presidente de Francia] está acabado
¡Los demonios están en la calle!"

¿Por qué "los demonios"? ¿Por qué no "el prole­tariado" o "el pueblo"? ¿Por qué esta evocación a las fuerzas satánicas? ¿Qué tiene que ver esto con las legítimas demandas de la clase trabajadora para tener mejores salarios?

 

"Los Diablitos" en la Unión Soviética

De acuerdo con la doctrina marxista oficial, que como se ha mostrado no es más que una simu­lación, no existe Dios ni el diablo. Ambos son una fantasía. Por predicar que Dios y el cielo son reales, los cris­tianos son perseguidos por los comunistas.

Sin embargo, el periódico soviético "Kommu­nisma Uzvara", de abril de 1974, dice que muchos círculos ateos han sido creados en las escuelas de Latvia (uno de los paises entonces anexados por la Unión Soviética). El nombre que se les daba a los niños en estos círculos, del cuarto a sexto grado, era "Los Diablitos", mientras que a los del septimo grado los deno­minaron: "Los Siervos del Diablo". En otra escuela, los alumnos del septimo llevaron por nombre: "Los Fieles Hijos del Diablo". En sus reuniones, los niños asistían disfrazados como diablos, con cuernos y colas.82

Así es que se prohibe adorar a Dios, pero la adoración abierta a Satanás se permite y aun se estimula entre los niños de edad escolar. Este era el objetivo oculto de los comunistas cuando tomaron el poder en Rusia.

Más aun, los comunistas querían transformar a los líderes en adoradores abiertos de Satanás. El sacerdote ortodoxo ruso Platonov, un agitador, era Obispo ortodoxo oficial de los soviéticos. Él una vez dijo: "Quizás yo mismo soy Satanás".83  No se puede comprobar por los hechos, que Lenin estuviera personalmente envuelto en rituales de la secta satanista, pero estaba domi­nado por la ideología de esta secta. De otro modo, ¿cómo se explica la siguiente cita de una carta suya al escritor ruso Máximo Gorka, del 13-14 de noviembre de 1913?: "Millones de pecados, maldades, opresiones y epidemias físicas son descubiertas con mayor facilidad por la gente; y que son, por tanto, menos peligrosas que la idea más sutil de un pequeño dios espiritual, aunque esté disfrazado con la ropa más decorosa".84

Pravóslavnaia Rus escribió: "La Catedral Orto­doxa de Odessa, tan amada por los odessanos, se convirtió en el local de reunión de los satanistas poco después de que los comunistas tomaran el poder... También se reunían en Slobodka ­Romano y en la antigua casa del Conde Tolstoi".

Después sigue la descripción detallada de las misas anti-cristians del diacono Serghei Mihailov, quien se cambió al bando de los comunistas cuando éstos tomaron el poder en Rusia. Lo hicieron Obispo y se convirtió en un "Judas", denunciando miembros de su congregación a la Policía Secreta, sabiendo bien que serían perse­guidos. Un día se encontró en un ómnibus con su hermana Alejandra, que había sido arrestada muchas veces, aparentemente con el conocimiento de su hermano. Él le preguntó: "¿Por qué no me hablas? ¿No reconoces a tu hermano?" Y ella le respondió: "¿Me preguntas por qué? Papá y mamá se levantarían de sus tumbas. Tú eres un siervo de Satanás".

Aun misas satánicas fueron dichas por Serghei Mihailov, de la traidora Iglesia Viviente, una rama ortodoxa establecida en contubernio con los comunistas. Un asistente describe la misa satá­nica como "una parodia de la liturgia cristiana, donde se usaba sangre humana para la comunión". Estas misas fueron realizadas en la Catedral.

En el Museo de los Ateos, en Odessa, se exhibía una estatua de Satanás. Se llamaba Bafomet. Por la noche, los satanistas se congregaban en el museo para rezar y cantar ante la estatua.85

Hasta la hija de Stalin, Svetlana Alliluyeva, quien no tenía conocimiento acerca de las profundidades de Satanás, escribió: "Beria (fue el Ministro de Interior soviético) parecía tener un vínculo diabólico con toda nuestra familia... Beria era un demonio atemorizante y malvado... Un demonio terrible había tomado posesión del alma de mi padre". Svetlana, más adelante, menciona que Stalin consi­deraba la bondad y el amor perdonador como algo peor que el mayor crimen.86

Este sacerdocio satánico gobierna más de la mitad de la humanidad y es el que ordena los actos terroristas en cualquier parte del mundo.

 

Obscenidades Religiosas

En algún sentido, sería entendible la razón de por qué los comunistas arrestan a sacerdotes y pastores, acusándolos de contrarrevolucionarios. Pero ¿Por qué en la prisión rumana de Piteshti los sacerdotes fueron obligados por los marxistas a decir misa usando orina y excrementos? ¿Por qué torturaban a los cristianos haciéndoles tomar la comunión con estos elementos? ¿Por qué las burlas obscenas contra la religión? ¿Por qué al sacerdote rumano ortodoxo Roman Braga, a quien conocí personal­mente, siendo prisionero de los comunistas, le arrancaron los dientes uno a uno con una barra de hierro para hacerlo blasfemar? Los comunistas le explicaron a él y a otros: "Si los matamos, siendo cristianos, irán al Cielo. Pero no queremos que sean coronados como mártires. Primero tendrán que maldecir a Dios, para que vayan al infierno".

Un estudiante de teología tenía que vestirse con sábanas blancas - imitando la túnica de Cristo – en tanto que un falo, moldeado en jabón, se le colgaba del cuello con una cuerda. Los demás cristianos eran golpeados hasta enloquecerlos y se les obligaba a arrodi­llarse ante aquella sacrílega imagen de Cristo. Después de besar el jabón, tenían que recitar parte de la liturgia.87

Tales cosas fueron perpetradas durante al menos dos años con pleno conocimiento de los más altos líderes del Partido.

¿Qué tienen que ver estas indignidades con el socialismo y con el bienestar del proletariado? ¿No serán estas consignas nada más que pretextos para la organización de blasfemias y orgías satá­nicas?

Los marxistas se supone que son ateos que no creen ni en el cielo ni en el infierno. En circuns­tancias extremas como ésa, el marxismo se quita la máscara y revela su verdadera faz: que es el sata­nismo. La persecución comunista de la religión puede tener una explicación humana; pero la furia de esta persecución, más allá de la razón, es satánica.

El periódico comunista "Vetchernaia Moskva" tuvo un desliz de pluma. Escribió: "Nuestra lucha no es contra los creyentes, ni siquiera contra los clérigos. Luchamos contra Dios, para arrancarle los creyentes".88

"Luchamos contra Dios para arrancarle los creyentes" es la única explicación lógica para la lucha del comunismo en contra del cristianismo.

En Albania, el sacerdote Esteban Kurti fue sen­tenciado a muerte por haber bautizado a un niño. En China Comunista y Corea del Norte, los bautismos tienen que ser realizados en secreto.

En la Unión Soviética los bautismos sólo podían llevarse a cabo tras de ser registrados. Las personas que desean ser bautizadas, o bautizar a sus hijos, tienen que presentar sus tarjetas de identificación al representante de la junta de las Iglesias; quien, a su vez, tiene que informar a las autoridades soviéticas. El resultado fue perse­cución. Los Koljozniks (trabajadores de las granjas colectivas) no tenían tarjetas de identificación y, por lo tanto, sólo podían bautizar a sus hijos secretamente.89 Muchos pastores protestantes reciben sentencias por bautizar.

La lucha comunista contra el bautismo supone una creencia en su valor para el alma. Los estados que están constituidos en conexión con determinada religión, como por ejemplo el estado de Israel, Pakistán, o Nepal, se oponen al bautismo, que es el símbolo externo de unión al cristianismo, en nombre de otra religión. Pero para los ateos - como declaran ser los comunistas - el bautismo no significa nada. Ser bautizado no causa beneficio ni perjuicio. ¿Por qué entonces la lucha comunista contra el bautismo? ¿Es acaso porque los comunistas "luchan contra Dios para arran­carle los creyentes"? En realidad, su ideología no está inspirada por el ateísmo, sino por un odio ferviente contra Dios.

Más documentación sobre la relación entre el marxismo y el ocultismo se encuentra en Des­cubrimientos Psíquicos Detrás de la Cortina de Hierro,90 por Sheila Ostrander y Lynn Schroder. Es impresionante ver cómo el Oriente Comunista estba mucho más avanzado que el Occidente en sus investigaciones de las potencias siniestras manipu­ladas por Satanás.

El Dr. Eduardo Naumov, miembro de la Asociación Internacional de Parapsicología, fue arrestado en Moscú. El físico L. Regelsohn, hebreo-cristiano de Moscú que tomó su defensa, relata el motivo de su arresto: Naumov estaba empeñado en tratar de mantener la esfera de lo psíquico libre de la dominación suprema de las fuerzas malignas que se interesan en la para­psicología como una nueva arma para la opresión del alma humana.

En Checoeslovaquia, Bulgaria, etc., el Partido Comunista gastba grandes sumas en investiga­ciones secretas dentro de esta ciencia. La Cortina de Hierro no permitió a Occidente saber nada de lo que sucedía en los veinte insti­tutos parapsicológicos localizados en la Unión Soviética.

 

Marx y Darwin

¿Cuál fue la contribución específica de Marx para el plan de Satanás contra la humanidad? Fue muy importante.

La Biblia enseña que Dios creó al hombre a su propia imagen (Génesis 1:27). Hasta la época de Marx, al hombre se lo continuaba considerando como "la corona de la creación". Marx fue el instrumento escogido por Satanás para hacer al hombre perder su convicción de que provienen de lo alto y que está destinado a regresar allí. El marxismo es la primera filosofía sistemática y detallada que reduce abruptamente la noción de “hombre”.

Según Marx, el hombre es en primer lugar un estómago, que tiene que ser llenado y rellenado constante­mente. Los intereses prevalecientes del hombre son de naturaleza económica. Produce para satis­facer sus necesidades. Con este propósito entra en relaciones sociales con otros hombres. Esta es la base de la sociedad, lo que Marx llama: la infra­estructura. Matrimonio, amor, arte, ciencia, religión, filosofía, cualquier otra necesidad que no sea la del estómago, constituyen la supraestruc­tura, determinada en última instancia por el estado en que se encuentre el estómago.

No nos asombra que Marx se regocijara tanto al leer el libro La Descendencia del Hombre, de Darwin, otro golpe maestro para hacerle olvidar al hombre su origen y propósito divinos. Darwin dijo que el hombre procede del mundo animal (los simios) y que no tiene otro objetivo que sobre­vivir. Satanás no pudo destronar a Dios. Entonces destronó al hombre. El hombre es descrito como el siervo de los intestinos, la progenitura de los ani­males.

Más adelante, Freud completó la obra de estos dos gigantes satánicos (Max y Darwin), reduciendo al hombre básicamente a su impulso sexual, a veces sublimado en la política, el arte o la religión. Fue el psicólogo suizo Carl Gustav Jung quien regresaría al concepto bíblico de que la urgencia religiosa es básica en el hombre. [Con eso Jung no se hizo cristiano, al contrario, su enseñanza era anticristiana – nota de redacción.]

El Darwinismo aparece como una teoría cien­tífica que puede o no ser errónea, pero que no tiene implicaciones económicas o políticas. Muchos están dispuestos a aceptar que Dios creó el mundo según lo conocemos a través de un largo proceso de evolución.

La época de Marx fue una época de incre­mento satánico en muchas esferas de la vida. Fue el período en el cual el poeta francés Baudelaire escribió Las Flores del Mal, proclamándose abiertamente estar del lado de la inmoralidad. El poeta ruso Sologub escribió: "Mi Padre es el Diablo". Otro poeta ruso, Briusov, dijo: "Glorificaré igualmente al Señor y al Diablo".

Marx fue hijo de la misma época que nos diera a Nietzsche (el filósofo favorito de Hitler y Musso­lini), a Max Stirner, el anarquista más extremo, y a Oscar Wildeel primer teórico de la libertad para la homosexualidad, vicio que hoy ha encontrado amplia aceptación.

Las fuerzas satánicas prepararon a Rusia para la victoria del marxismo. La época de la revolución fue el período cuando el amor, la bondad y los sentimientos sanos se consideraban despreciables y retrógrados. Las jovenes escondían su ino­cencia y los maridos su fidelidad. La destrucción se alababa como algo de buen gusto y la fatiga como síntoma de aguda inteligencia. Esto ense­ñaban los nuevos escritores que aparecieron de la nada. Los hombres inventaban vicios y perver­siones, cuidándose de no dejar la impresión de ser morales. ¿Cómo es que Stalin se convirtió en revolucionario después de leer a Darwin?92 Como estudiante en el Seminario Ortodoxo, absorbió de Darwin el concepto de que no somos criaturas de Dios, sino el resultado de una evolución en la cual reina una furiosa competencia. El que sobrevive es el más fuerte y cruel. Aprendió que el criterio moral y religioso no juega ningún papel en la naturaleza, y que el hombre es tanto parte de la naturaleza como lo es un pez o un mono. En­tonces, ¡qué viva la crueldad!

Darwin había escrito un libro científico. El resultado final fue la muerte de decenas de millones de inocentes. Se convirtió en el padre espiritual de uno de los peores asesinos en masa de la historia.

El darwinismo en las escuelas e la inmoralidad generalizada pavimentaron el camino para el gobierno del marxismo satánico en Rusia. Todos estos aspectos tendrán que ser estu­diados.

Para quienes que tomamos en serio las palabras de la oración del Señor: "líbranos del mal", el significado es claro: imploramos a un Dios de amor que nos proteja a nosotros y a la sociedad en que vivimos de las falsas doctrinas, del arte pernicioso que nos acostumbra al mal, disfrazado de belleza, así como de la inmoralidad en la vida. Entonces no tendremos que temer a las artimañas del Diablo.

Uno puede escoger entre convertirse en un cruel como, el diablo, o en un hombre de amor santo, con el alma en paz, según el modelo de Jesucristo.

 

El Falso Sionismo de Moisés Hess

Para completar el cuadro, unas palabras más acerca de Moisés Hess, el hombre que convirtiera a Marx y a Engels a la idea socialista.

Hay una lápida en Israel inscrita con las palabras: "Moisés Hess, fundador del Partido Alemán Social-Demócrata". En el Catecismo Rojo para el Pueblo Alemán, Hess expone sus creencias:

"¿Qué es negro? Negro es el clero.... Esos teólogos son los peores aristócratas… El clérigo enseña a los príncipes a oprimir al pueblo en nombre de Dios. En segundo lugar, enseña al pueblo a dejarse oprimir y explotar en el nombre de Dios. En tercer lugar, y principalmente, provee para sí mismo, con la ayuda de Dios, una vida espléndida en la tierra, mientras que aconseja al pueblo a esperar por el cielo…

"La bandera roja simboliza la revolución permanente hasta la victoria completa de las clases trabajadoras en todos los países civilizados: la República Roja… La revolución socialista es mi religión... Los obreros, cuando hayan conquis­tado un país, tienen que ayudar a sus hermanos en el resto del mundo."93

Esta era la religión de Hess cuando por primera vez imprimió este Catecismo. En su segunda edición, añadió algunos capítulos. Esta vez la misma doctrina, o sea, la revolución socialista; usa lenguaje cristiano para acreditarse a sí misma ante los creyentes. Junto con la propaganda sobre la revolución, se intercalan algunas palabras agra­dables sobre el cristianismo con su enseñanza sobre el amor y el amor al prójimo. Pero su mensaje tiene que ser más claro: su infierno no puede estar en la tierra y su cielo en el más allá. La sociedad socia­lista será la verdadera realización del cristia­nismo. De esa forma, Satanás se disfraza como ángel de luz.

Después de que Hess convenciera a Marx y a Engels de la idea socialista, declarando desde el principio que su propósito sería "darle el puntapié final a la religión medieval"94 (su amigo Georg Jung lo dijo aún más claramente: "De seguro que Marx sacará a Dios del cielo"),95 un interesante desa­rrollo tomó lugar en la vida de Hess: aquel que había fundado el socialismo moderno, también fundó un movimiento enteramente diferente, una forma específica de Sionismo.

Hess, el fundador del socialismo moderno, un socialismo cuyo objetivo es "sacar a Dios del cielo", fue también el fundador de un tipo diabó­lico de Sionismo; el que se suponía iba a destruir al Sionismo piadoso, el Sionismo de amor, comprensión y de concordia con las naciones vecinas.

Él, quien le enseñara a Marx la importancia de la lucha de clases, escribió en 1862 estas sorpren­dentes palabras: "La lucha de razas es primaria, la lucha de clases es secundaria."96

Había encen­dido el fuego de la lucha de clases, un fuego nunca extinguido, en vez de enseñar a las gentes a cooperar para el bien común. Este mismo Hess pues, engendró un Sionismo distorsionado, un Sionismo de lucha de razas, un Sionismo impuesto por fuerza contra los hombres que no sean de la raza judía. Así como recha­zamos el marxismo satánico, todo judío o cris­tiano responsable tiene que rechazar esta diabólica perversión del Sionismo.

Hess reclama a Jerusalén para los judíos, pero sin Jesús, el Rey de los Judíos. ¿Qué necesidad tenía Hess de Jesús? Escribe: "Cada judío tiene la potencialidad de un Mesías en sí mismo, cada judía la de una Madre Dolorosa".97 ¿Entonces, por qué no se hizo el judío Marx un Mesías, un ungido de Dios, en vez de un hombre lleno de odio, tratando de aventar a Dios del cielo? Para Hess, Jesús es "un judío, a quien los paganos deificaron como su Salvador".97 Ni Hess ni los judíos parecen necesitarle.

Hess no desea salvarse; y según él, está fuera de consideración que un individuo busque una santifi­cación personal. El objetivo de los judíos, dice, tiene que ser un "estado mesiánico", "para pre­parar a la humanidad para la revelación de la esencia divina",98 lo cual significa, como reconoce en su Catecismo Rojo, hacer la revolución socia­lista mediante las luchas raciales y de clases.

Moisés Hess, quien asignara a su ídolo Marx la tarea de poner fin a la religión medieval, reempla­zándola con la religión de la revolución socialista, escribe estas asombrosas palabras: "Siempre he sido edificado con las oraciones hebreas".100 ¿Qué oraciones son las que dicen aquellos que consideran a la religión el opio del pueblo? Ya hemos visto cómo el fundador del ateísmo científico oraba usando filacterias ante velas encendidas. Las oraciones judías pueden usarse en un sentido de blasfemia, tal como lo son las oraciones cris­tianas en los rituales satánicos.

Hess le enseñó socialismo a Marx como algo indestructiblemente conectado con el internacio­nalismo. Marx escribió en su Manifiesto Comunista que el proletariado no tiene patria. En su Catecismo Rojo, Hess hace burla de la noción patriótica del pueblo alemán. Lo mismo hubiera hecho con el patriotismo de cualquier otra nación europea. Hess criticó el programa Erfurt del Partido Alemán Social-Demócrata, por su recono­cimiento incondicional del principio nacional. Pero Hess es una clase especial de internaciona­lista. El patriotismo judío tiene que permanecer. Escribió: "Quienquiera que niegue el nacio­nalismo judío no sólo es un apóstata, un renegado en el sentido religioso, sino un traidor a su pueblo y a su familia. Si se probara que la emancipación de los judíos es incompatible con el nacionalismo judío, entonces el judío tendrá que sacrificar la emancipación… El judío tiene que ser, sobre todo, un patriota judío."101

Estoy de acuerdo con Hess en cuanto a sus ideas patrióticas, hasta un límite. Estoy a favor de todo patriotismo, ya sea de los judíos, los árabes, los alemanes, los franceses o los americanos. El patriotismo es una virtud si significa la tarea de promover el bienestar económico, político, espiri­tual y religioso de la nación de uno, siempre y cuando se haga en forma amistosa y cooperativa con el resto de las naciones. Pero el patriotismo judío del socialista revolucionario, que niega el patriotismo de todas las demás naciones, es muy sospechoso. Me luce como un plan diabólico para hacer que todas las otras naciones odien a los judíos. Si yo fuera un no judío, y viera a los judíos aceptar el plan de Hess de patriotismo unilateral, me opondría también.

Yo mismo soy Sionista. El estado de Israel pertenece a los judíos por derecho divino. Dios, el Creador de la tierra, ha dicho repetidamente a través de sus profetas que la tierra de Palestina la dio a los judíos.

Esto no quiere decir que estoy de acuerdo con todo lo que los Sionistas han declarado. Yo soy cristiano. Esto no quiere decir que apruebo todo lo que los cristianos enseñan o hacen. Eso sería imposible, porque los cristianos están divididos y enseñan cosas contradictorias. Lo mismo se aplica a los Sionistas. Hay más de una forma de Sio­nismo. Existe el Sionismo socialista, el Sionismo judaico religioso, un Sionismo de hebreo-cris­tianos, un Sionismo pacífico, un Sionismo agresivo. Ha existido un Sionismo terrorista y asesino, como el grupo de Stern, que ha matado muchos inocentes.

Dentro del cristianismo existe lo que proviene de Dios, las añadiduras de los hombres y la infil­tración del Diablo. Jesús mismo dijo de uno de sus apóstoles que era un demonio.

El Sionismo es una mezcla también. Aparte de ser el cumplimiento de un plan divino, es también un movimiento humano con todas las desventajas del pecado y las debilidades humanas.

La lucha racial propuesta por Hess es falsa, tan falsa como la lucha de clases que ha propagado. Hess no abandonó el socialismo por esta clase especial de Sionismo. Después de haber escrito Roma y Jerusalén, continuó siendo activó en el movimiento socialista mundial.

Hess no expresó sus pensamientos claramente. Por lo tanto es difícil evaluarlos. Basta saber que, de acuerdo con él, "el mundo cristiano ve a Jesús como un santo judío que se convirtió en un pagano".102

Nos basta con leer en su libro: "Año­ramos una salvación más completa que la que el cristianismo jamás ha podido ofrecer".103 Según el Catecismo Rojo, se entiende que esta salvación más completa es la revolución socialista.

Se podría añadir que Hess no fue solamente la fuente original del marxismo, y el hombre que intentó crear un Sionismo anti-Dios, sino también el predecesor de la actual teología de la revo­lución del Concilio Mundial de Iglesias y de las nuevas tendencias en el catolicismo que hablan de salvación. Un mismo hombre, casi desconocido, ha sido el portavoz de tres movimientos satá­nicos; el comunismo, el tipo de Sionismo racista y lleno de odio, y la teología de la revolución.

Nadie puede ser realmente cristiano y no amar a los judíos. Jesús fue judío, así como su madre, María, y todos los apóstoles. Nuestra Biblia es judía. El Señor mismo dijo: "La salvación es de los judíos." Hess, por otro lado, exalta a los judíos como si lo que quisiera lograr, fuera una reacción violenta anti-judía. Proclamó que su religión era la revolución socialista. El clero de todas las "otras" religiones está del todo corrompido. La revo­lución es la única religión por la que Hess siente alta estima. Escribió: "Nuestra religión (judía) tiene como punto de partida el entu­siasmo de una raza que desde que apareció en la historia, ha previsto los propósitos finales de la humanidad, y un presentimiento de la época mesiánica en la que el espíritu de la humanidad será satisfecho, no sólo en uno u otro individuo, ni parcialmente, sino en las instituciones sociales de toda la humanidad."104 Esta época - que Hess llama "mesiánica" - es la época de la victoria de la revolución socialista mundial. La idea de que la religión judía tuvo su punto de partida en el concepto de una revolución socialista sin Dios, es un chiste de mal gusto y un insulto al pueblo judío.

Hess habla persistentemente en términos reli­giosos, pero no cree en Dios. Escribe que "nuestro Dios no es más que la raza humana unificada en amor."105 La forma de llegar a esta unión es mediante la revolución socialista, en la que decenas de millones de seres de esta amada humanidad serán torturados y asesinados. No hace un secreto del hecho que no desea ni la dominación del cielo, ni la de los poderes terre­nales, pues son ambos opresivos. No hay bien en ninguna religión, excepto en la de la revolución social: "Es inútil e ineficiente elevar al pueblo a una verdadera libertad y hacerlo participar en el bienestar de la existencia, sin libertarlo de la esclavitud espiritual, esto es, de la religión."106 Con un solo aliento habla de "el absolutismo de los tiranos celestiales y terrenales sobre los escla­vos".107

Las profundidades satánicas del comunismo solamente se pueden comprender conociendo la clase de hombre que fue Moisés Hess, ya que él influenció a Marx y a Engels, con quienes fundó la Primera Internacional, al igual que Rakunin, que se unió a ellos más tarde.

Sin conocimiento sobre Hess, Marx resulta ininteligible, porque fue aquel quien llevó a Marx al socialismo.

Recordemos de nuevo las palabras de Marx citadas anteriormente: 

"Palabras enseño, enredadas en endiablada confusión.

Así pues,cada cual piense lo que quiera pensar".

 Esa es la forma como Marx escribió. Los escritos de Hess son una confusión aún más endia­blada, en los cuales es difícil orientarse; pero debemos analizarlos para poder evaluar las posibles conexiones entre Marx y el satanismo.

El primer libro de Hess se tituló Historia Sagrada de la Humanidad. Proclamó que era una "obra del santo espíritu de la verdad'',108 añadiendo que, que al igual que el Hijo de Dios, que libertó a los hombres de su propia esclavitud, Hess los libertará también, pero de la esclavitud política: "He sido llamado como testigo de la luz, así como lo fue Juan".109

En aquella época, Marx, quien todavía se oponía al socialismo y no había conocido a Hess personalmente, comenzó a escribir un libro en contra de este. Por razones desconocidas, este libro nunca fue terminado. Más delante llegó a ser discípulo de Hess."110

Ya se vio previamente que su objetivo decla­rádo era darle el puntapié final a la religión medieval y producir asolación. En la intro­ducción a su libro Juicio Final declara su satis­facción en cuanto a que el filósofo alemán Kant habría supuestamente decapitado al viejo Padre Jehová junto con toda su sagrada familia".111 (Hess cubre sus propias ideas con el nombre del gran filósofo. Kant no tuvo tales intenciones. Por el contrario, escribió, "Tuve que limitar el conocimiento para hacer lugar a la fe".112

Hess declaró que tanto la religión cristiana como la judía estaban "muerta",113 lo cual no le impidió escribir más adelante en Roma y Jerusalén sobre "nuestras santas escri­turas", "el santo lenguaje de nuestros padres", "nuestro culto", "las leyes divinas", "los caminos de la Providencia" y "la vida devota".114

No se trató de que en diferentes etapas de su vida sostu­viera opiniones diferentes. En su libro pseudo­sionista declaró que no repudiaba sus anteriores empeños ateos. No, este enredo en "endiablada confusión" fue intencional.115

Hess era judío y precursor del Sionismo. Debido a que Hess, Marx y otros, como ellos, eran judíos, no poca gente considera al comunismo una conspiración judía. Pero Marx escribió un libro anti-judío. En este aspecto, también, simplemente siguió a Hess. Este "Sionista" que eleva el judaísmo al cielo, escribió en su libro Sobre el Sistema Monetario: "Los judíos, quienes tenían en la historia natural del mundo social animal la función de desarrollar la humanidad hacia un animal salvaje, han logrado esto: su trabajo profesional. El misterio del judaísmo y del cristianismo ha sido revelado en el judeo-cristiano moderno. El misterio de la sangre de Cristo, así como el misterio del antiguo culto judío de la sangre, aparecen aquí, sin velo, como el misterio del animal preda­torio."116

No se preocupe si no comprende claramente esas palabras. Fueron escritas "enredadas en en­diablada confusión". Pero el odio hacia el judaís­mo que contienen está claro. Hess es un racista judío tonto como anti-judío, según las necesidades del espíritu a quien él llama "santo" y que inspiró sus palabras.

Hítler pudo haber aprendido su racismo de Hess. Aquel que enseñó a Marx que la clase social es un factor decisivo, también escribió lo contrario: "La vida es producto inmediato de la raza".117 Las concepciones e instituciones sociales, así como las religiones, son creaciones típicas y originales de la raza. El problema de la raza yace escondido detrás de todos los problemas de nacionalidades y libertades. Toda la historia pasada concierne la lucha entre las clases y las razas. La lucha racial es primaria; la lucha de clases secundaria.118

¿Cómo podría Hess hacer triunfar tantas ideas contradictorias? "Usaré la espada contra todos los ciudadanos que se resistan a los propósitos del proletariado".119 Lo mismo escuchamos de Marx:

"La violencia es la partera que saca 
la nueva sociedad del vientre de la antigua".
120

El primer maestro de Marx fue el filósofo Hegel, quien simplemente preparó el camino para Hess. Marx también absorbió veneno de Hegel, para quien el cristianismo era despreciable en compa­ración con la gloriosa Grecia. Escribió, "Los cris­tianos han amontonado tantas razones para confortarse en la desgracia... que debería apenarnos que al final no podamos perder a un padre o a una madre una vez por semana", mientras que para los griegos, "las desgracias eran desgracias y el dolor era dolor".121

El cristianismo había sido satirizado en Ale­mania antes de Hegel. Pero él fue el primero en satirizar Jesucristo mismo.

Somos lo que comemos. Marx se alimentó de ideas satánicas. Por tanto, produjo doctrinas satánicas.

 

Conexión entre el Comunismo y el Satanismo

Los comunistas tienen el hábito de crear orga­nizaciones "pantalla". Todo lo antedicho es evi­dencia de que los movimientos comunistas sirven de fachada para el ocultismo satánico. Esto también explica por qué todas las armas políticas, económicas, culturales y militares, usadas en contra del comunismo, han resultado ser tan inefi­cientes. Los medios para combatir el comunismo son espirituales, no carnales. De otro modo, mientras que una organización pantalla satánica, como el nazismo, es derrotada, otra se levantará para victorias aún mayores.

Hímmler, el ministro de Interior de la Ale­mania Nazi, se consideraba a sí mismo como la re­encarnación del rey de Inglaterra Enrique el Halconero. Creía posible enganchar los poderes del ocultismo para el servicio del ejército Nazi. Muchos líderes Nazis estaban envueltos en magia negra.

 

Orginform

Un organismo gigantesco había sido creado por la Policía Secreta Soviética para destruir las iglesias del mundo entero. El primer objetivo era neutra­lizar o minimizar la hostilidad de las religiones hacia el comunismo. Segundo, buscar aliados dentro de las iglesias de muchas denominaciones para poder usar el prestigio clerical para traer la masa de creyentes al campo de la revolución. El nombre de este departa­mento fue Orginform. Tinía células secretas en cada país y en cada organización religiosa grande. Claro está que las organizaciones anti-comunistas y las misiones que trabajan detrás de la Cortina de Hierro [ahora también: del Islam] son el blanco principal. Agentes comu­nistas especializados en agitación y propaganda se infiltran en las iglesias y misiones para preparar el desarme ideológico de los fieles.

Su primer Director, Vasilii Gorelov, fue an­teriormente un sacerdote ortodoxo, un apóstol convertido en un Judas. Sus cuarteles estaban en Varsovia. Uno de sus líderes era Theodor Krasky.

Tenían una escuela en Crimea para entrenar agentes para los países latinos y una en Moscú para Norteamérica. Los agentes para Gran Bretaña, Holanda, Escandinavia, etc., eran entrenados en Latvia; y para los países musulmanes en Constantza, Rumania.

Estas escuelas preparaban falsos pastores; sacer­dotes, imanes, rabinos; quienes comprendían perfectamente sus respectivas teologías. Algunos de ellos se atrincheran en iglesias o misiones, haciéndose pasar por refugiados.

El jesuita Monseñor Alighiero Tondi, un comunista italiano, des­pués de haber terminado sus estudios en la Escuela Lenín de Moscú, fue instruido por el Partido Comunista a entrar en una orden religiosa. Luego de haber sido descubierto se declaró abiertamente como comunista y se casó con una camarada.122

 

Grados de Iniciación Satanista

Durante la ceremonia de iniciación del tercer grado, el candidato tiene que hacer un jura­mento: "Haré siempre solamente lo que yo quiero". Esto es una negación abierta al manda­miento de Dios, "os acordéis de todos los mandamientos de Jehová, para ponerlos por obra; y no miréis en pos de vuestro corazón y de vuestros ojos, en pos de los cuales fornicáis". (Números 15:39). Como se ha visto, el culto satánico es muy antiguo, mucho más que el cristianismo. Isaías el profeta pudo haberlo tenido en mente cuando escribió: "Cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él (el Salvador Jesucristo), el pecado de todos nosotros" (Isaías 53:6).

Cuando un hombre o mujer son iniciados en el séptimo grado, jura que su principio será: "Nada es verdad, y todo me está permitido". Marx, jugando un juego de preguntas con su hija, res­pondió a la pregunta "¿Cuál es su principio favo­rito?" con las palabras: "Dudarlo todo".123 En el Manifiesto Comunista había escrito que su objetivo era la abolición no sólo de todas las reli­giones, sino de toda moral; lo cual haría todas las cosas permisibles.

Me horroricé cuando leí el misterio del séptimo grado del satanismo escrito en un afiche de la Universidad de París durante la revuelta de 1968. Había sido simplificado con la fórmula "Prohi­bido prohibir", que es la consecuencia natural de "Nada es verdad y todo es permisible".

La juventud no se dio cuenta de la estupidez de la fórmula. Si se prohibe prohibir, también debe estar prohibido el prohibir prohibiciones. Si todo es permisible, prohibir es permisible también. La juventud pensó que permisible era sinónimo de libertad. Los marxistas saben más que eso. Para ellos, "todo es permisible" significa que está prohibido prohibir una dictadura cruel según el modelo de la Unión Soviética o China Comunista.

El comunismo es una posesión demoníaca colectiva. En el Archipiélago Gulag, Soljenitsyn revela algunos de sus horribles resultados en las almas y las vidas de mucha gente.

Repito, estoy consciente de que la evidencia que aquí presento es sólo circunstancial. El problema tendrá que ser estudiado más profunda­mente por otra persona. Pero lo que he escrito hasta aquí es suficiente para demostrar que lo que los marxistas dicen acerca de Marx es un mito. Lo que lo movió no fue la pobreza del proletariado para el cual la revolución sería la única solución. No amaba al proletariado. Lo llamaba "unos chiflados".

Marx no amaba a sus camaradas en la lucha por el comunismo. A Feiligrath lo apodaba "el cer­do";124 a Lassalle "judío mezquino";125 a Baku­nin "una nulidad teórica".126

Un luchador de la revolución de 1848, el Teniente Tchekhov, quien pasara noches enteras bebiendo junto con Marx, comentó que el narcisismo de Marx devoró todo lo bueno que pudo haber tenido.

Marx ciertamente no amaba a la humanidad. Guiseppe Mazzini [1805-1872 - político, revolucionario, masón], quien lo conoció bien a Marx, escribió que tenía "un espíritu destructivo. Su corazón reboza de odio más que de amor por los hombres".127

No conozco ningún testimonio que exprese lo contrario entre los contemporáneos de Marx. Marx, el hombre amante, no es sino un mito construido después de su muerte.

Marx no odiaba la religión porque ésta obsta­cularizara el camino a la felicidad de la huma­nidad. Al contrario, deseaba la infelicidad de la humanidad aquí y por toda la eternidad. Pro­clamó esto como su ideal. Su meta fue la de acabar con la religión. Socialismo, preocupación por el proletariado, humanismo, éstos sólo eran pretextos.

Después de que Marx leyera El Origen de las Especies, de Darwin, escribió una carta a Lassalle, regocijándose de que Dios, al menos en las ciencias naturales, había recibido el "golpe mor­tal".128 ¿Cuál idea prevalecía en la mente de Marx? ¿Era mejorar la condición del proletariado? ¿O es que acaso el objetivo principal de Marx fue la destrucción de la religión?

El bienestar de los trabajadores (proletariado) no era sino un pretexto. Donde los proletarios no luchan por los ideales sociales, los marxistas explotarán las dife­rencias raciales, o la llamada: "brecha entre las generaciones". La cuestión principal es que la religión sea destruida.

Marx creía en el infierno y su programa era enviar a la humanidad al infierno.

 

Robin Goodfellow

 Documentos probando la conexión de Marx con una secta satanista continúan acumulándose. Marx escribió: "En las señales que asombran a la clase media, a la aristocracia, y a los profetas del retroceso, reconocemos a nuestro valiente amigo, Robin Goodfellow, ese viejo topo que trabaja tan rápido en la tierra - la revolución".129

Las gentes que han leído esto, aparentemente nunca investigaron sobre la identidad de este tal Robin Goodfellow, el bravo amigo de Marx, el obrero de la revolución. El evangelista del siglo XVI, William Tyndale, usaba Robin Goodfellow como un nombre para el diablo.130 Shakespeare, en su Sueño de Una Noche de Verano, lo denomina "el espíritu picaresco".131

Así que, de acuerdo con Marx, considerado el "padre del comunismo", un demonio fue el autor de la revolución comunista, así como su amigo personal.

En Argentina, grupos de terroristas comunistas secuestraron a industriales y de esta forma consiguieron millones por su rescate. Este dinero fue multiplicado en bancos capitalistas por un tal David Graiver (que era judío), quien también convenció a los pobres a confiarles sus ahorros. Con las ganancias financió a los terro­ristas. Luego se declaró en bancarrota, arrui­nando a los pobres. Ex-Presidentes de Argentina y altos periodistas fueron sus cómplices, entre ellos un hombre que tomó por nombre: Satanovsky. Vale la pena hacer notar que Stalin comenzó a escribir usando el pseudónimo "Hijo del Diablo­" y "Hijo del Demonio".

 

La Tumba de Lenin

Jesús le dijo a la iglesia de Pérgamo (una ciudad de Asia menor) algo muy misterioso: "Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás" (Apocalipsis 2:13). Pérgamo tiene que haber sido el centro del culto satanista en tiempos antiguos. Las guías para turistas para la ciudad de Berlín indicaban, hasta 1944, que allí en un museo de la Isla de los Museos contenía el altar de Pérgamo. Los arqueólogos alemanes lo habían excavado. Estuvo en el centro de la capital Nazi durante el reinado satánico de Hítler.

Pero la saga del trono de Satanás no termina con eso. Svenska Dagbladet(Diario de Suecia), de enero 27, 1948, escribe:

1) Que el Ejército Soviético, después de conquistar Berlín, trasladó el altar de Pérgamo desde Alemania a Moscú.

Es sorprendente que este altar no haya sido exhibido en ningún museo soviético. ¿Con qué propósito fue trasladado a Moscú? Ya hemos mostrado anteriormente cómo miembros de la alta jerarquía soviética practican ritos satanistas. ¿Habrán reservado el altar de Pérgamo para su uso privado?

Hay tantas preguntas sin respuesta. Los ejemplares de tanto valor arqueológico generalmente no desaparecen, sino que son el orgullo de los museos.

2) Que el arquitecto Stjusev, quien construyera el mausoleo de Lenin, tomó este altar de Satanás como modelo para el edificio del sepulcro. Esto sucedió en 1924.132

Miles de ciudadanos soviéticos esperan en fila cada día para visitar este santuario de Satanás en el cual yace la momia de Lenin [actualmente – 2017 – el mausoleo sigue funcionando]. Hasta líderes reli­giosos del mundo entero rinden homenaje a Lenin en este monumento erigido a Satanás. No hay un solo día en que coronas de flores no sean traídas a este lugar. Durante la era comunista las iglesias cristianas en la misma Plaza Roja de Moscú habían sido trans­formadas en museos.

Satanás gobernaba en la Unión Soviética de manera visible.

El templo satanista de Pérgamo había sido uno sólo de los muchos de esa clase. ¿Por qué, pues, Jesu­cristo lo señaló particularmente? Probablemente no fue por el papel menor que desempeñó por entonces. Sus palabras fueron proféticas. Habló del nazismo y del comunismo, por los cuales aquel altar sería honrado.

Vale la pena notar con ironía que sobre la tumba del padre de Lenin había una cruz con la inscripción "La luz de Cristo ilumina todo" y una cantidad de versículos bíblicos.

 

Reacciones

Todas estas cosas escribo a manera explora­toria. Los pensadores cristianos, como el resto de los hombres, a menudo sucumben a la tentación de probar ideas preconcebidas. No presentan necesariamente tanta verdad como conocen. Para probar sus puntos de vista, los pensadores tienen la tendencia a mentir, a veces, o a exagerar sus argumentos. Yo no proclamo haber provisto evidencia indis­putable de que Marx fuera miembro de una secta de adoradores de Satanás; pero sí creo que hay sufi­cientes pruebas que apoyan esta idea. Cierta­mente hay suficientes detalles que infieren una influencia satánica sobre su vida y enseñanzas; a la vez que concuerdo en que hay lagunas en la cadena de pensamientos, que podrían llevar a una conclusión aún más definitiva en el asunto. He proporcionado el impulso inicial. Que otros continúen esta importante investigación sobre la relación entre el marxismo y el satanismo [y ahora el fenmeno del Islam y el Nuevo Orden Mundial].

Las primeras ediciones de esta obra produjeron respuestas interesantes. Muchos la apreciaron como un nuevo descubrimiento y nueva com­prensión del marxismo, dándome valiosos datos sobre dónde encontrar nuevo material.

Una personalidad de Holanda dedicó varias columnas de su revista teológica a restar impor­tancia al descubrimiento, dijo: "Marx pudo haberse inclinado a la magia negra, pero esto no cuenta mucho. Todos los hombres son pecadores; todos tienen malos pensamientos. No nos alarmemos por esto".

Es cierto que todos los hombres somos peca­dores, pero no todos somos criminales. Todos los hombres son pecadores, pero algunos son asesinos y otros jueces que los juzgan.

Los crímenes del comu­nismo no tienen paralelo. ¿Qué otro sistema político ha matado a sesenta millones de hombres como lo han hecho los comunistas soviéticos en medio siglo?133 Otros sesenta millones han sido asesi­nados en China Roja.

Existen grados de pecami­nosidad y criminalidad. La altura de la atrocidad del crimen proviene de la medida de influencia satánica sobre el fundador del comunismo. Los pecados del marxismo, como los del nazismo [y ahora del Islam], son extremadamente brutales. Son satánicos.

También he recibido cartas de satanistas, de­fendiendo su religión. Uno de ellos escribe:

"Una defensa del satanismo sólo necesita la Biblia como evidencia documentaria. Piense en todos los miles de personas en la tierra, creadas a la imagen de Dios, recuerde, que fueron destruidas con fuego y azufre (Sodoma y Gomorra); otras por una combinación de plagas letales; y en una cocsión por ahogamienti de toda la población de la tierra excepto la familia de Noé. Todas estas devasta­ciones producidas por el “misericordioso” ­Dios, Señor Jehová. ¿Qué hubiera hecho un Dios inmisericorde?
"¡Pero en toda la Biblia no se registra ni siquiera una muerte producida por Satanás!! Así que, ¡Viva Satanás!"

Este satanista no estudió muy bien la Biblia. La muerte entró al mundo debido al engaño de Satanás, atrayendo a Eva al pecado. Este sata­nista también hace conclusiones adelantadas. Todavía Dios no ha terminado su trabajo con la creación.

En un principio, toda pintura es una mezcla fea y sin sentido de líneas y puntos de muchos colores. A Da Vinci le tomó veinte años terminar su Mona Lisa. Dios también se toma su tiempo. El fin glorioso de la Creación será un cielo nuevo y una nueva tierra en la cual triunfará la justicia. Entonces aquellos que hayan seguido a Satanás tendrán que sufrir una eter­nidad de remordimientos.

Jesús sufrió los látigos y la crucifixión. Pero cualquiera que desee conocer a Dios tiene que mirar más allá de la tumba: a la resurrección y ascensión de Jesucristo. En contraste, los enemigos de Jesús quienes maquinaron su muerte, trajeron sobre su pueblo y su templo la destrucción y perdieron sus propias almas.

Nuestro oponente quería comprender a Dios a través de la razón, lo cual no es el instrumento adecuado para la criatura. Dios no puede ser comprendido, sino sólo percibido por medio de un corazón lleno de fe.

Un jamaicano se pregunta que si los Estados Unidos, que explotan a su país, no son tan satánico como el mismo Marx. No, no lo es. Los americanos son pecadores, como todos los hombres. El nombre de satanista pertenece a aquellos que conscientemente adoran al diablo. Sí, Estados Unidos tiene un cierto número de adoradores del diablo.

También he recibido cartas de marxistas. Nauka I Religia, la principal revista atea de Moscú, contenía un largo artículo escrito por dos filósofos, Belov y Shilkin. Dicen que:

 "el tempera­mento de Wurmbrand pudiera ser envidiado por los mejores futbolistas. Su gritería es salvaje. Este luchador convoca una cruzada contra el Socia­lismo, que él denomina: un fruto de Satanás. ¡Fue encarcelado en Rumanía por distribuir literatura religiosa que instigaba en contra del gobierno!"134

En este artículo, dos cosas sobresalen. Primero, que me llamen "pastor diabólico" por mi libro ¿Fue Karl Marx un Satanista? aunque los autores no pudieron aportar ni un solo detalle para refutar la documentación probando que Karl Marx perte­necía a una secta satanista. Segundo, el articulo felicita a los líderes cristianos, aun aquellos anticomu­nistas, que se han puesto en contra mía. No importa que sean adversarios del comunismo; siempre que se opongan a Wurmbrand, el enemigo principal del comunismo, estaban apro­bados por Moscú.

Una de las cartas más extraordinarias que he recibido fue la de un nigeriano que por veinte años había sido líder sindical. Mis escritos le ayudaron a ver que había sido descarriado por Satanás. Finalmente este nigeriano, se hizo cristiano. ir al principio

Todos los Marxistas

Ahora me dirijo al marxista común: usted seguramente no está guiado por el espíritu que controlaba a Marx, Hess o Engels. Usted sinceramente ama a la humanidad y cree estar enrolado en un ejército que lucha por el bienestar universal. No es su deseo el ser instrumento de una misteriosa secta satanista. Este libro puede ser útil para usted.

El satánico marxismo tiene una filosofía mate­rialista que ciega a sus seguidores a las realidades espirituales. Pero existe algo más que la materia. Existe una realidad del espíritu, de la verdad, de la belleza e ideales de justicia.

Existe también un mundo de espíritus in­mundos. Su cabeza es Satanás, quien cayó del cielo por su orgullo y arrastró con él una hueste de ángeles. Después sedujo a los progenitores de la raza humana. Desde la Caída, su engaño ha sido perpetuado e incrementado por todos los medios imaginables. Vemos hoy la hermosa creación de Dios devastada por guerras mundiales, san­grientas revoluciones y contra-revoluciones, dicta­duras, explotación, racismo de muchas clases, crencias falsas, agnosticismo y ateísmo, crímenes y corrupción, infidelidades en el amor y la amistad, matrimonios deshechos, hijos rebeldes, etc.

La humanidad ha perdido la visión de Dios. Pero ¿qué cosa ha tomado el lugar de esta visión? ¿Es acaso algo mejor?

El hombre tiene que tener alguna religión. Si no tiene la religión [mejor fe] de Jesús, tendrá la religión de Satanás y perseguirá a aquellos que no adoren a Satanás.

Sólo unos pocos de los principales líderes comu­nistas han sido y son conscientemente satanistas. Pero existe un satanismo inconsciente, así como existen muchas personas que se denominan cristianos sin haber nacido de nuevo por la fe en Cristo. Un hombre puede ser satanista inconscientemente y sin haber siquiera oído que existe tal religión. Lo es si odia la noción de Dios y el nombre de Cristo, si vive como si fuera sólo materia, si niega los principios morales y religiosos anclados en la Biblia.

Los seres humanos pueden haber abandonado a Dios. Pero Dios nunca abandonó a sus criaturas. Envió al mundo a su único Hijo, Jesucristo. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado á su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna (Juan 3:16).  Ese amor y compasión encarnados (Jesuccristo), vivió en la tierra la vida de un niño judío; luego la de un humilde carpintero; y, finalmente, la vida de un maestro de justicia y rectitud. El hombre escla­vizado no puede salvarse a sí mismo, como no puede un hombre que se está ahogando sacarse a sí mismo del agua. Así pues, Jesús, compren­diendo completamente nuestros conflictos internos, tomó sobre Sí mismo todos nuestros pecados, incluyendo los pecados de Marx y sus seguidores, y sufrió el castigo que nosotros mere­cíamos. Expió nuestros pecados muriendo sobre una cruz en el Gólgota, tras sufrir las más terribles humillaciones y dolores.

Tenemos Su palabra que da cunfianza y certidumbre que quienquiera que ponga su fe en Él es perdonado y vivirá con Él en el paraíso eterno. Aun los más notorios marxistas pueden ser salvos. Vale la pena notar que dos ganadores de Premios Nobel soviéticos, Pasternak y Soljeni­tsyn, después de describir los extremos del cri­men adonde conduce el satánico marxismo, han confesado su fe en Cristo. Svetlana Alliluyeva Stalina, hija del peor de los asesinos en masa marxistas, también se hizo cristiana.

Recordemos que el ideal de Marx era descender él mismo a los abismos del infierno, arrastrando tras él a toda la humanidad. No le sigamos por tan depravado camino, sino más bien sigamos a Cristo quien nos conduce a lo alto, a las cumbres de luz, sabiduría y amor, y hacia un cielo de gloria indecible.

 

En Conclusión

Es totalmente imposible comparar a Jesús con Marx. Jesús pertenece a un reino entera­mente diferente. Marx fue humano y muy probablemente un ado­rador de satanás. Jesús es Dios, quien se redujo a Sí mismo al nivel humano con el fin de salvar la humanidad.

Marx propuso un paraíso humano. Cuando los soviéticos, los chinos, los nortecoreanos, los cubanos, etc. trataron de implementarlo, el resultado fue un infierno.

El Reino de Jesucristo no es de este mundo. Su reino es un reino de amor, justicia y verdad. El llama a todos, incluso marxistas y satanistas por igual: "Venid a mí todos los que estéis cansados y trabajados, y yo os haré descansar" (Mateo 11:28). Cree en Él y tendrás vida eterna en Su paraíso celestial.

No existen posibilidades de un acuerdo entre el cristianismo y el marxismo, así como no puede haber acuerdo entre Dios y el diablo. Jesús vino a deshacer las obras del diablo (1 Juan 3:8). Siguién­dole a Él, los cristianos tratan de vencer el mar­xismo, a la vez que expresan amor hacia cada marxista y tratan de ganarlo para Cristo.

Algunos se proclaman ser marxistas cristianos. Se engañan a si mismos o tratan de engañar. No se puede ser marxista cristiano, como no se puede ser cristiano adorador de Satanás.

Hay un abismo enorme entre el comunismo y el cristia­nismo. Los marxistas tienen que abandonar a su maestro diabólicamente inspirado, arrepentirse de sus pecados y hacerse seguidores de Jesucristo.

Ayudarles a lograr esto es el objetivo principal de esta presente obra.

Los marxistas se preocupan por los problemas políticos y sociales. Estos tendrán que resolverse fuera de los principios del marxismo. Para Marx, el socialismo no fue más que un pretexto. Su objetivo fue el plan diabólico de arruinar a la humanidad por toda la eternidad. El deseo de Cristo es nuestra salvación eterna.

En la lucha entre el cristianismo y el comu­nismo, los creyentes "no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinie­blas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes" (Efesios 6:12).

Tenemos que escoger no sólo entre el bien abstracto y el mal abstracto, sino entre Dios y Satanás. Marx creía en Dios y le odiaba. También creía en Satanás y a este lo adoraba, aun hasta su edad avanzada, según hemos documentado en la presente obra.

El marxista y el simpatizante del marxismo no debe seguir a Marx en esta aberra­ción espiritual. Rechacemos al burgués Marx, portador de las tinieblas, y pongámonos del lado de la humildad y la luz, con Jesús.

 

Interpretación de las Abreviaturas

Marx, Karl und Friedrich Engels. Historisch-kritisch - Gesamtausgabe. Werke, Schriften, Briefe, (Edición Completa Histórico-Crítica. Obras, Escritos, Cartas) en nombre del Instituto Marx-Engels, Moscú, publicado por David Rjazanov. (Frankfurt-am-Main: Marx­Engels Archiv, 1927) Esta es MECA, indicando Sec­ción, Volumen, Parte, y Página.

Marx, Karl und Friedrich Engels. Werke. (Obras) (Berlín: Dietz-Verlag, 1974) Esta es MEW. El número del volumen está en números romanos, el de la página en números arábigos.

Marx, Karl und Friedrich Engels. Collected Works (Colec­ción de Obras). (New York: International Publishers, 1974). Esta es CW, con números de volumen página.

Payne, Robert. Marx. (New York: Simon & Schuster, 1968). Citado como Payne. El énfasis en las citas es del autor.

 

NOTAS BIBLIOGRAFICAS

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3. Marx, Karl. Die Vereinigung der Gläubigen mit Christo. (La Unión de los Fieles con Cristo). MEW, Volumen Supl. 1, 600.

4. Marx, Karl. Betrachtung eines Jünglings bei der Wahl eines Berufes. (Consideraciones de un Joven al Escoger su Carrera) MEW, Vol. Supl. I, 594. -  También Payne 34.

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6. Marx, Karl. Archiv für die Geschichte des Sozialismus und der Arbeiterbewegung. (Archivos para la Historia del Socialismo del Movimiento Obrero) MECA, I, i (2), 182-3.

7. Marx, Karl.    Des Verzweiflenden Gebet (Invoca­ción de un Desesperado) Ibid. 30.

8. Ibid. 30-31.

9. Marx, Karl. Spielmann (El Violinista) Ibid. 57-58. 10. Marx, Karl. Oulanem, Acto 1, Escena 1. Ibid. 60. 11. Acto 1, Escena 2. Ibid. 63.

12. Acto 1, Escena 3. Ibid. 68.

13. Marx, Karl. Louis Bonaparte. (El 18 de Brumario) MEW, VIII, 119.

14. Marx, Karl. Oulanem, Acto 1, Escena 3. MEGA, I, i, (2), 68.

15. Ibid.

16. Marx, Karl. Carta de Noviembre 10, 1837, a su padre. Ibid. 218.

17. Marx, Heinrich. Carta de Febrero 10, 1838, a Karl Marx. Ibid. 229,

18. Marx, Heinrich. Carta de Marzo 2, 1837, a Karl Marx. Ibid. 203.

19. Marx, Karl. Hegel, Ibid. 41-42.

20. Marx, Karl. Das bleiche Mädchen. (La Doncella Pálida). Ibid. 55-57.

21. Marx, Karl. Ueber die Differenz der demokrít{schen und epikureischen Naturphilosophie. Vorrede. (La Diferencia entre la Filosofía de la Naturaleza de Demócrito y Epicuro. Prefacio.) Ibid. 10.

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23. Payne, Robert. Marx. (New York: Simon & Schuster, 1968) 317.

24. Ibid.

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28. Marx, Karl. Zur Kritik der Hegelschen Rechtsphilosophie. Einleitung. (Critica de la Filosofía de la Ley de Hegel. Introducción) MEGA, 1,i(1)614.

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40. Marx, Karl. Carta de Noviembre 10, 1837, a su padre. Ibid. 219.

41. Jung, Georg. Carta de Octubre 18, 1841, para Ar­nold Ruge. Ibid. 261-262.

42. Künzli, Arnold. Karl Marx, Eine Psychographie (Karl Marx, Un Psicograma) (Zürich: Europa Verlag, 1966)

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44. Mehring, Franz. Karl Marx - Geschichte seines Lebens, (Karl Marx - Historia de su Vida) (Berlín: Dietz Verlag, 1964) 99-100.

45. Ibid. 97.

46. Ibid. 100.

47. Bauer, Bruno. Carta de Diciembre 6, 1841, para Ar­nold Ruge. MEGA, 1, 1 (2) 263.

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49. Engels, Friedrich. Dialectik der Natur. Einleitung. (Dialéctica de la Naturaleza. Introducción) MEW, XX, 312.

50. Engels, Friedrich. Gedicht, wahrscheinlich von An­fang 1837. (Poesía - Escrita probablemente a prin­cipios de 1837). MEGA, 1, ii, 465.

51. Engels, Friedrich. Carta de Julio, 1839, a los her­manos Gräber. Ibid. 531.

52. Engels, Friedrich. Schelling und die Offenbarung. (Schelling y el Apocalipsis) MEGA, 247-249.

53. Marx, Karl and Frederick Engels. Selected Works (Obras Escogidas). (Londres: Lawrence and Wishart, 1958) 52.

54. Heuer, Rolv. Genie und Reichtum (Genio y Ri­quezas) (Viena: Bertelsmann Sachbuchverlag, 1971) 167-168.

55. Marx, Karl. Carta de Febrero 27, 1852, para Frie­drich Engels. MEW, XXVIII, 30.

56. Engels, Friedrich. Carta de Marzo 2, 1852, para Karl Marx. Ibid. 33.

57. Marx, Karl. Carta de Marzo 8, 1855, para Friedricf. Engels. Ibid. 438.

 58. Marx, Karl, Carta de Diciembre 2, 1863, para Frie­drich Engels. MEW, XXX, 376.

59. Künzli, Arnold. Obra citada. 187.

60. Wolfe, Bertram. Marxism - One Hundred Years in the Life of a Doctrine (El Marxisnw - Cien Arlos en la Vida de una Doctrina). (New York: The Dial Press, 1965) 32.

61. Marx, Karl y Friedrich Engels. The Russian Menac6 to Europe (La Amenaza Rusa a Europa). (Glencoe: The Free Press, 1952) 63.

62. Tsuzuki, Chushiehi. The Life of Eleanor Marx (La Vida de Eleanor Marx). (Oxford: Clarendon Press, 1967) 85.

63. Tatford, Frederick. The Prince of Darkness (El Prin­cipe de las Tinieblas). (Eastbourne: Bible & Advent Testimony Movement, 1967)

64. Riis, Sergius Martin. Karl Marx, Master of Fraud (Karl Marx: Maestro del Fraude). (New York: Robert Speller, 1962) 11.

65. Marx, Edgar. Carta de Marzo 31, 1854, para Karl Marx. MEW, II, 18.

66. Marx, Jenny. Carta (fechada después de Agosto 11, 1844) para Karl Marx. MEW, Vol. sup]. Vol. 1, 652.

67. Mehring, Franz. Karl Marx - Geschichte seines Lebens. (Karl Marx - Historia de Su Vida). (Berlin: Dietz Verlag, 1964) 18.

68. Mehring, Franz. Karl Marx - The Stor:ttL of His Life (Karl Marx - Historia de Su Vida, Versión en Inglés). (New York: Covici, Friede, 1935) 32.

69. Marx, Karl. Carta de Mayo 20, 1882, para Friedrich Engels. MEW, XXXV, 65.

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72. Ibidem. Vol. 54, 86-87.

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76. Avtorkhanov, Abdurakhman. La Procedencia de la Partocracia. (Frankfurt-am-Main: Possev Verlag, 1973. En ruso.) 198-201.

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81. "Rhein-Neckar Zeitung" ("La Gaceta de Rhein­Neckar"), Heidelberg, Febrero 5, 1968. Kultus­minister antwortet Studentenpfarrer (El ministerio de Cultos Responde al Pastor de los jóvenes).

82. "Kommunisma Uzvara" ("Victoria del Comu­nismo"), Riga, April 1974. En lituano.

83. Levitin-Krasnov, Anatolij. Böse Jahre (Atios Perver­sos). (Lucerne: Rex-Verlag, 1977) 144-1.45.

84. Lenin, Illitch. Obra citada. Vol. 48, 226-227.

85. "Prasvoslavnaia Rus" ("Rusia Ortodoxa"), San Fran­cisco, no. 20, 1977. En ruso. Adoradores de Satanás. 9­12.

86. Alliluyeva, Svetlana. Twenty Letters to a Friend. (Veinte Cartas a un Amigo) (Londres: Hutehinson, 1967) 64 and ff.

87. Bacu, D. Piteshti. (Madrid: Colectia Dacoromania, 1963) 71, 187. En rumano.

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90. Ostrander, Sheila, y Lynn Schroder. Psychic Discoveries behind the Iron Curtain. (Descubri­mientos psíquicos tras la Cortina de Hierro) (Englewood Cliffs: Prentice Hall, 1970)

91. "Novie Russkoie Slovo°' ("Nuevo Idioma Ruso") New York, julio 30, 1975. En ruso. Para-Psicología en la URSS. 2.

92 Hyde, Montgomery. Stalin. (Londres: Rupert Hart­Davis) 28-29.

93. Michel, Karl Markus. Politische Katechisman: Volney, Kleist,' Hess, (Doctrinas Políticas: Volney, Kleist, Hess) (Frankfurt-am-Main: Insel Verlag, 1966) Catecismo Rojo para el Pueblo Alemán, por Moisés Hess. 71-73.

94. Hess, Moisés. Carta de Septiembre 2, 1841, para Berthold Auerbach. MEGA, I, i (2), 261.

95. Jung, Georg. Carta de Octubre 18, 1841, para Arnold Ruge. Ibidem.

96. Hess, Moses. Rome and Jerusalem (Roma y Jeru­salén). (New York: Philosophical Library, 1958) 10. 97. Ibidem. 15.

98. Hess, Moisés. Ausgewählte Schriften (Obras Selectas). Roma Jerusalén. (Colonia: Melzer-Verlag, 1962) 229.

99. Hess, Moses. Roma y Jerusalén. (New York: Philosophical Library, 1958) 18.

100. Hess, Moisés. Ibidem. 27.

101. Hess, Moisés. Ausgewählte Schriften. (Obras (Selec­tas). (Colonia: Melzer-Verlag, 1962) 236-237.

102 Ibidem. 308.

103. Ibídem. 243.

104 Ibidem. 324.

1-05 Kommunistisches Bekenntnis in Fragen und Antworten. (Credo Comunista en Preguntas Respuestas) Ibidem 190.

106 Die eine und ganze Freiheit. (La Unica y Verdadera Libertad Total) Ibidem. 149

107. Philosophie der Tat. (La Filosofía de la Actwón) Ibídem. 138.

108 Silberner, Edmund. Moses Hess (Moisés Hess) (Leiden: Brill, 1966) 31.

109. Ibidem. 32.

110. Ibidem. 121.

111. Ibídem. 421.

112. Sacerdote Dudko. Obra citada. 53.

113. Silberner, Edmund. Obra citada. 421.

114. Ibídem.

115. I bidem. 418.

116. Hess, Moisés. Philosophische Sozialistische Schriften. 13. Ueber das Geldwesen. (Escritos Socialistas Filosó­ficos. Sobre el Sistema Monetario) (Berlín: Akademie­Verlag, 1961) 345.

117. Hess, Moisés. Roma y Jerusalén. (New York: Philosophical Library, 1958) 44.

118. Hess, Moisés. Ibidem. 10.

119. Hess, Moisés. Briefwechsel. (Correspondencia) Carta de Deciembre 9, 1863, para Lasalle. (La Haya: Mouton & Co, 1959) 459.

120. Marx, Karl. Das Kapital. (El Capital) MEW, XXIII, 779.

121. Hegel, G. W. F. Werke. Fragment über Volksreligion und Christentum. (Obras. Fragmento sobre Creencias Religiosas Populares el Cristianismo) (Frankfurt-am­Main: Suhrkamp Verlag, 1971) 1, 35-36.

122. De Villemarest, P. F. Les Pourvoyeurs du Goulag. (Los Supervisores de Gulag) (Ginebra: Famot, 1976) Vol. 111, 233 and ff. En francés.

123. Rjazanov, David. Karl Marx als Denker, Mensch und Revolutionär. (Karl Marx: Hombre, Pensador Revolucionario) (Viena: Verlag für Literatur und Politik, 1928) 149-150.

124. Künzli, Arnold. Obra citada. 352.

125. Glickson, Moshe. The Jewish Complex of Karl Marx (El Complejo Judio de Karl Marx). (New York: Herzl Press, Panfleto No. 20, 1961) 40.

126. Künzli, Arnold. Obra citada. 361.

127. Ibidem, 372-373.

128. Marx, Karl. Carta de Enero 16, 1861, para Lasalle. MEW, XXX, 578.

129. Payne, Robert. Obra citada. 306.

130. Tyndale. Works (Obras). (Parker Soc., 1849), citado en Oxford English Dictionary (Diccionario de Inglés Ox­ford) (Oxford: Clarendon Press, 1933), Vol. VIII, 735.

131. Shakespeare, William. Complete Works (Obras Completas). (Glenview: Scott, Foresman, 1973) Mid­summer Night's Dream (Sueño de una Noche de Verano), Acto II, Escena 1, 33-34. 189.

132. "Svenska Dagbladet" ("Diario de Noticias Sueco") Estocolmo. Enero 27, 1948. Una Noche Inolvidable, por Alexej Stjusev. En sueco.

133. Soljenitsin, Aleksandr I. Obra citada. Vol. III-IV, 10.

134 "Nauka I Religia" ("Ciencia Religión"), Moscoú, Diciembre 1976. En ruso. Wurmbrand en Viaje de Conferencias. Vol. 12, 73-76. ir al principio

 

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