¿Te preguntaste alguna vez cómo, durante miles de años, el equilibrio demográfico entre hombres y mujeres de las diferente especies sigue manteniéndose más o menos parejo? La ciencia ha aprendido que, evidentemente, existen varios mecanismos que trabajan en conjunto para mantener este equilibrio, proporcionando un sistema a prueba de fallos.

Muchas especies tienen sistemas de transferencia de genes, que producen siempre una relación uno-a-uno en la próxima generación. Sin embargo, ¿qué pasa si, tal vez debido a un desastre natural, el equilibrio se pierde entre machos y hembras en cierta población? Los científicos han estado probando la teoría de que cuando la cantidad de uno u otro sexo es muy insuficiente, su mayor contribución a la próxima generación hace que se produzca de nuevo el equilibrio.

Esta teoría sorprendente es apoyada por estudios recientes sobre la población del pejerrey del Atlántico. Los estudios muestran que incluso cuando la población dispone de tres machos por cada hembra, la relación ¡vuelve a 50-50 dentro de cuatro a seis generaciones! Según la evolución, los machos y las hembras no se deberían haber desarrollado en absoluto. La doctrina evolucionista dice que, si hombres y mujeres deben desarrollarse, las fuerzas evolutivas no favorecen la reproducción sexual.

La Biblia dice que Dios no sólo creó macho y hembra, hombre y mujer, sino que la creación ha sido diseñada con gran sabiduría. Lo que la ciencia descubre acerca de cómo se mantiene el equilibrio entre los sexos contradice la evolución y apoya a la Biblia. 

Fuente: Creation Moments, 13.6. 2011; redacción: VM-Argentina.

Si quieres saber más acerca de cómo obtener la paz con Dios: http://www.cuttingedge.org/sp/salvation.htm
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