El tabaquismo y su Origen Demoníaco

 

El tabaquismo y su Origen Demoníaco

El Método Radical

Al juzgar un asunto determinado, siempre hay que examinar la raíz y luego tratar de corregir la raíz, es decir, partir del mismo origen. Si la raíz está podrida, todo el árbol está podrido, y un árbol podrido sólo puede dar frutos enfermos. Este enfoque orientado a las raíces, que debería caracterizar a todos los verdaderos cristianos, se puede denominar método radical (del latino radix = raíz), en contraste con los cristianos tibios que siempre rascan en la superficie, piensan superficialmente y juzgan superficialmente porque se dejan cegar por las apariencias.

Sin embargo, el método de análisis que enfoca raíz no sólo se aplica a la historia del origen de las iglesias, movimientos y las sectas, sino también a la evaluación de fenómenos, hechos o acontecimientos de cualquier tipo.  

Aquí nos vamos a ocupar del tabaquismo. Un cristiano tibio puede decir a la ligera: "Oh, qué bueno, DIOS hizo crecer la planta de tabaco y quiere que la disfrutemos". Sólo cuando se profundiza y se descubre todas las raíces, trasfondos y se revelan los antecedentes y las correlaciones, entonces se va a poder emitir un juicio justo. Fumar tabaco procede del culto a la muerte de los indios americanos. Los que descubrieron América se llevaron el tabaco a Europa. Se cultivó por primera vez en España. Desde allí, Jean Nicot, diplomático portugués, aseguró la difusión de esta droga. La nicotina debe su nombre a Nicot. Una escultura del siglo I hallada en México muestra a un sacerdote maya soplando humo de un rollo de hojas de tabaco en sacrificio al dios sol. La conocida pipa de la paz también era un ritual demoníaco. Se fumaba en redonda para establecer un pacto con los espíritus de los muertos (espiritismo).

¿Por qué los cristianos rechazan el tabaco? Seguramente también porque es perjudicial. Al fin y al cabo, en los paquetes de cigarrillos está escrito con suficiente claridad: "¡Fumar puede ser mortal!" Se trata de impedir que la gente fume, pero no porque sea un pecado delante de Dios. Pero conducir un coche también puede ser mortal. Al fin y al cabo, mueren posiblemente más personas por accidentes de tráfico que por fumar. Así que tendría que ser coherente imprimir en el carné de conducir de todo el mundo: "¡Conducir un vehículo puede ser mortal!" 

Pero ese no es el principal motivo de nuestro rechazo. Muchas cosas son perjudiciales para la salud, incluso mortales. Lo único que digo es que nuestra salud no debe ser la medida de todas las cosas. Tampoco debe ser nuestro bien supremo, pues ésa es nuestra salvación.

Conclusión:

Fumar proviene del servicio demoníaco. Rechazamos el tabaco no solo porque sea perjudicial, sino porque es un método chamánico de contactar a los espíritus (demonios). Todo fumador en este sentido, ofrece un sacrificio de humo a los demonios y entrega así su alma a estos espíritus malignos.

Fuente: Norbert Homuth, Glaubensnachrichten 03-2005; Redacción: VM-Ar

No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo?  ¿Y qué concierto tiene el templo de Dios con los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente… (2Co 6:14-16).

Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado (Salmo 1:1). 

Si todavía tienes problemas con el cigarrillo o algún otro problema, no dudes de presentarlo ante Dios pidiendo a Él en el nombre de Jesucristo que te ayude a librarte completamente. Desde luego es bueno que antes le pidas perdón por todo lo que hiciste que no le agrada a Dios y por el otro lado que te comprometas (con la ayuda de Su Espíritu Santo) de hacer, desde ahora en adelante, lo que le agrada a Dios. Por supuesto es sumamente importante que te alimentes diariamente de Su Palabra, la Biblia.

Si solo no puedes avanzar, no dudes de pedir ayuda a algún hermano o hermana respectivamente más maduro. El que escribe estas palabras también está dispuesto de acompañarte en este buen camino angosto de ser un seguidor (discípulo) de Jesús. – Alberto

 

Testimonio anónimo: Yo tomé el vicio del cigarrillo cuando tenía 17 años de edad, me fumaba una cajetilla de cigarrillos todos los días, por lo general fumaba más en las noches. Una noche me quede sin cigarrillos y me dio algo como una crisis de abstinencia y comencé a buscar las colillas que ya había botado y las encendía para fumar un poco, fue allí cuando me di cuenta que tenía que dejar ese vicio que se había apoderado de mí. Pero en aquel tiempo yo estaba solo porque aun Jesús no estaba en mi vida. 

Años después de este día, Jesucristo llego a mi vida y a El oraba a diario y pedía todos los días para que me ayudara a dejar ese vicio. Al poco tiempo de que Jesús llegara a mi vida, recuerdo compre una cajetilla chica de cigarrillos, encendí uno y antes de llegar a la mitad del mismo, el sabor y el olor a cigarrillo me asqueaba, me repugnaba. Ese fue el último día que probé un cigarrillo y aun hoy en día el olor a cigarrillo me repugna.

Lo que quiero dar a entender con mi testimonio es que si de VERDAD queremos buscar ayuda en nuestro señor Jesucristo, y dejamos esa carga reconociendo que sin El no podemos. Estoy seguro que más temprano que tarde, nuestro señor Jesús te liberara de esa aturada y/o vicio que te pueda estar esclavizando.

Ahora para la Gloria de Dios tengo 34 años y nunca más volví a fumar.

Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará;  No dejará para siempre caído al justo. (Salmos 55:22).  

 

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