Halloween - Devocional

”Porque en otro tiempo erais tinieblas; mas ahora sois luz en el Señor: andad como hijos de luz” (Efesios 5:8).

”…no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios: porque muchos falsos profetas son salidos en el mundo” (1 Juan 4:1).

Halloween tiene su origen en un antiguo ritual anglosajón. Cada año, el 31 de octubre, los sacerdotes de una sociedad secreta de iniciación iban de casa en casa pidiendo ofrendas para su deidad, Samain, el señor de la muerte. Si alguien se negaba, proferían una amenaza aterradora "truco o trato" significando “maldición u ofrenda”. Cuando salían por la noche, se iluminaban con grandes nabos o calabazas ahuecadas y talladas en forma de calavera y huesos cruzados con una vela encendida. Estas pequeñas luces parpadeantes representaban el espíritu que realizaba sus maldiciones. 



La Biblia advierte enérgicamente contra esas prácticas, aunque sean diluidas, y el cristiano debe denunciarlas:

- Jesús es el Señor de la vida y no de la muerte, diciendo: ”Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Juan 14:6).

- Jesús es luz, no oscuridad. Dice: ”Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, mas tendrá la luz de la vida(Juan 8,12).

- La Biblia condena todo lo que pueda relacionarse con Satanás y los espíritus malignos: ”Andad como hijos de la luz..., y no participéis con las obras infructuosas de las tinieblas, sino antes reprobadlas” (Efesios 5:8, 11).

- Estamos llamados a vivir en el amor; no tenemos que amenazar para obtener alguna recompensa: ”y sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como también Dios en Cristo os perdonó” ­(Efesios 4:32).

Fuente: La Buena Semilla  fr., 31.10. 2022; Redacción: VM-Ar

Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús, padecerán persecución (2Ti 3:12).

Si vivimos realmente conforme a la Palabra de Dios, como testigos y discípulos de Jesucristo, sin callar de las verdades eternas, seremos, con seguridad, perseguidos de alguna forma también en el llamado “Mundo Libre”.

En el llamado “Mundo Libre” generalmente no cuesta nada todavía creer en Jesucristo y hablar de nuestra fe, pero en los países islámicos, comunistas y budistas esto puede resultar en grandes problemas. 

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