El bautismo en el Espíritu Santo

Temática: estudio sobre el Espíritu Santo

Según enseñó Jesucristo, todos los creyentes pueden recibir el bautismo en o con el Espíritu Santo. Esta era una experiencia normal y común entre los seguidores del Señor a partir del Pentecostés (Hechos 2). El bautismo proporciona una investidura de poder para la vida y el servicio por medio de los dones espirituales (Lucas 24:49; Hechos 1:4, 8; 1 Corintios 12:1–31). Esta experiencia es distinta a la del nuevo nacimiento y subsiguiente a éste (Hechos 8:12–17; 10:44–46; 11:14–16; 15:7–9).

Por medio del bautismo en el Espíritu Santo, el creyente recibe poder y autoridad (Juan 7:37–39; Hechos 4:8), una reverencia más profunda hacia Dios (Hechos 2:43), una consagración más clara a Dios, un deseo más profundo para ser un verdadero testigo de Jesucristo (Hechos 1:8),  una llenura de amor auténtico (Rom. 5:5; 1 Cor. 13); y un amor más profundo hacia Su Palabra, hacia los hermanos en Cristo, y hacia aquellos que todavía no lo conocen (Marcos 16:15-20).

En Luc. 11:5-13 Jesús nos enseña que podemos pedir al Padre para que nos dé el Espíritu Santo. Por otra parte, en ninguna palabra de Jesucristo o de los apóstoles encontramos una afirmación de que podamos rogar u orar al Espíritu Santo.

Si me amáis, guardad mis mandamientos; y yo rogaré al Padre, y Él os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre; el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis; porque mora con vosotros, y estará en vosotros (Jn. 14:15-17). 

Aquí vemos que la llenura del Espíritu Santo tiene que ver con nuestro deseo de amar a Jesús, y con nuestra disposición sincera a guardar Sus mandamientos.

El hablar en lenguas no es la prueba de haber recibido el bautismo del Espíritu Santo - los chamanes, brujos y otros practicantes del ocultismo también hablan en lenguas. Además proferir sonidos extraños parecidos o tenidos por lenguas extrañas también puede ser el producto de un esfuerzo humano.

Las caídas hacia atrás practicadas en muchas reuniones, interpretadas como toque del Espíritu, o slain in the spirit, no son bíblicas. Esto queda bien claro ya que en ningún texto bíblico encontramos un ejemplo de un hijo de Dios que haya caído hacia atrás perdiendo sus sentidos. Un hijo de Dios se cae de rodillas o de frente en adoración a Dios y no pierde la conciencia. Sin embargo por medio de algunos pasajes de la Biblia podemos entender que enemigos de Dios o endemoniados pueden caer hacia atrás, incluso revolcarse.

¡Lee hoy con suma atención, y orando, el capitulo dos del Libro de los Hechos!

Hermano o hermana, no dudes en compartir tu opinión y experiencia, para que podamos ampliar esta temática A.P.

Buscar