José Holowaty
Muchos niños no pueden tragar las pastillas de vitaminas y las madres hacen de todo para lograr que sus hijos las tomen. En ocasiones hasta las trituran y las mezclan con mermeladas de frutas o cosas así para hacerlas aceptables. No obstante, a pesar de todo lo que se haga el sabor de la vitamina siempre prevalece. Dios, de la misma manera también ha provisto vitaminas espirituales para nosotros y debemos tomarlas aunque no nos gusten. Estas vitaminas son: disciplina, honestidad, responsabilidad y obediencia y nos ayudan a crecer fuertes, sanos, felices y tener una vida espiritual fructífera. Cada cristiano necesita tomar estas vitaminas, aunque para algunos no les sea tan fácil deglutirlas.