El pecado que devora

El pecado que devora

Cada uno es tentado, siendo atraído y seducido por su propia concupiscencia. Luego, la lujuria, una vez concebida, da a luz al pecado; y el pecado, una vez consumado, produce la muerte (Santiago 1:14-15).

¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? Doy Gracias a Dios, por medio de Jesucristo (Romanos 7:24-25).

La planta carnívora es una maravilla de la naturaleza, con hojas curvas en forma de embudo, más estrechas en la base y más anchas en la parte superior. Este embudo contiene un líquido irresistible para los insectos. Atraída por el aroma de este jugo, una avispa se posa en el borde del embudo y comienza a deleitarse con las gotas que encuentra allí. Se adentra cada vez más, pasando sobre pelos inclinados hacia abajo. Pero cuando intenta salir, los pelos se erizan, la atrapan y el insecto lucha inútilmente. Agotado, cae en el líquido del que pensó alimentarse, solo para ahogarse. Luego, es "digerido" por enzimas y ácidos.

Así actúa el pecado en nosotros. A primera vista, nos tienta y atrae, ofreciendo placeres fáciles. Lo probamos y luego queremos más y más, prometiéndonos que con el tiempo podríamos liberarnos. Nos dejamos llevar, cruzamos límites sin darnos cuenta. La conciencia se adormece y ya no percibimos la voz de Dios. Atrapados, perdemos la verdadera vida, la vida del alma.

¿Qué es el pecado? Es desobedecer la voluntad de Dios, tal como enseña la Biblia. El pecado nos aleja de Él y nos condena. Solo uno, Jesucristo, cumplió perfectamente la voluntad de Dios, incluso por medio de su muerte en la cruz. Esto es lo que lo califica para ser nuestro perfecto Salvador. Sí, si miramos a Jesús y confesamos nuestras faltas (pecados), Dios, quien es fiel y justo, nos perdonará (1 Juan 1:9). Solo así podemos escapar de la espiral (del embudo) del pecado y dar gracias a Dios por esta liberación; recibimos esperanza, paz y vida eterna.

Fuente: La Buena Semilla; Edición: VM-Ar

 

Si tienes un amigo que aún no sea creyente o inseguro en la fe, puedes compartir este devocional con él, seguramente le será de gran bendición.

 

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