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Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, para que no seamos esparcidos sobre la faz de toda la tierra (Génesis 11:4).

Así los esparció Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad (Génesis 11:8).

La historia de la Torre de Babel* ilustra el orgullo de los hombres y su deseo de manejarse sin Dios. Siempre los humanos han querido elevarse y ser como Dios. Así fue como Satanás engañó a Adán y Eva: "Seréis como Dios (o como dioses)", les dijo (Génesis 3:5).

En cambio, Jesús, que es Dios, estuvo dispuesto a humillarse y hacerse hombre. Siempre buscó no su propio interés, sino el de su Padre.

Los hombres de la ciudad de Babel tenían un objetivo común: unirse para alcanzar los cielos por medio de un edificio de ladrillos. Podrían haber unido sus fuerzas para servir o adorar a Dios, pero utilizaron su lenguaje común para exclamar: "¡Hagamos un nombre por nosotros mismos!"

Incluso hoy, decimos y pensamos: "La unión hace la fuerza". Hacemos alianzas políticas, comerciales y a veces religiosas. La Biblia nos dice que en un tiempo futuro, los hombres se reunirán en torno a un líder que se opondrá a Dios, "presentándose como Dios" (2 Tesalonicenses 2:4).

Desde el año 2020, el coronavirus ha recordado al mundo la fragilidad de nuestro sistema económico, político y social, e incluso la precariedad de nuestra vida en la tierra. ¿No es esto un recordatorio de que Dios está por encima de todo? Las alianzas y organizaciones humanas acaban por disolverse. Pero todos los que creen en Jesucristo, y que por ello pertenecen a la familia de Dios, la Iglesia de Cristo, saben que estarán eternamente reunidos en torno a Él. Esta es la única unidad verdadera y duradera. - ¿Ya formas parte de esta familia?

Fuente: La Buena Semilla, fr., 3. 12. 2022; Redacción: VM-Ar

*Una réplica incompleta de la Torre de Babel se encuentra en Francia, en la ciudad de Estrasburgo, se trata del edificio donde se reúne el Parlamento Europeo una vez al mes.

Conociendo la estatua del sueño de Nabucodonosor que a Daniel le fue revelada y además su interpretación. Esta estatua era de oro (cabeza), plata (pecho y brazos), bronce (vientre y muslos), hierro (las piernas) y de hierro mezclado con barro (los pies),  sabemos que la parte de hierro y barro se refiere la Imperio Romanos renacido en el último tiempo (Daniel capítulo 2). Este imperio es, sin duda alguna, la Unión Europea.

En este sueño profético aparece una piedra que se suelta de una montaña que se hace cada vez más grande y luego destruye esta estatua. Esto es Jesucristo quién desmenuzará a todos los enemigos con vara de hierro (Salmo 2:9).

Las Naciones Unidas conspiran contra Jehová y contra Jesucristo (Salmo 2:2). Los tiempos en los que vivimos son peores que aquel de Sodoma y Gomorra, es una clara señal de que los tiempos apocalípticos están muy cerca.

¿Estoy yo preparado?