¿Qué opinas del ocultismo?
La brujería, el ocultismo, el espiritismo, el yoga, el reiki y muchas otras prácticas nos rodean por todos lados – están en todos los medios, en las publicidades, en fiestas como, por ejemplo, Halloween, están en el jardín de infantes, en las escuelas…
¡Muchas veces ni nos damos cuenta!
¡Todo esto representa un grave ataque (persecución) a la fe cristiana!
¡El diablo, sí, realmente existe! A veces actúa de forma oculta utilizando medios sigilosos: el ocultismo y sus variadas prácticas, la magia, la brujería y las percepciones extrasensoriales… Estas diferentes formas de acción del diablo son trivializadas en numerosas novelas y películas, e incluso en libros infantiles. Así, los peligros de estas prácticas quedan ocultos y el ocultismo se vuelve más atractivo. Por el contrario, la Biblia nos advierte enfáticamente que evitemos toda forma de prácticas ocultas (vea las citas abajo). Si nos hemos dejado arrastrar a tales experiencias, la Palabra de Dios nos muestra quién puede liberarnos de ellas: Jesucristo, el Hijo de Dios. Él es el mensajero de Dios a quien debemos escuchar. Cristo derrotó al diablo y lo despojó de su poder (Hebreos 2:14-15).
Muchas personas ya han experimentado la liberación de toda la influencia del ocultismo y los miedos asociados a él. Confesaron sus pecados a Dios, incluidas sus conexiones con estas prácticas. Renunciaron a estas prácticas para seguir a Jesucristo. Y Él les dio nueva vida y los liberó de estas cadenas.
“Y muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos. Asimismo, muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su precio,
hallaron que era cincuenta mil piezas de plata. Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor.” (Hechos 19:18-20).
“No sea hallado en ti quien haga pasar
a su hijo o a su hija por el fuego,
ni quien practique adivinación, ni agorero,
ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni espiritista,
ni quien consulte a los muertos”
(Deuteronomio 18:10-11).
Fuente: La Bonne semence, 31/10/2024; Redacción: VM-Ar, 11.11.2024
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