¿Quién gobierna el Mundo?
Frente a tantas guerras, persecuciones, calamidades, injusticias, crueldades, crímenes, drogas, etc.: ¿Quién no se ha hecho esta pregunta? Busquemos la respuesta en la Biblia:
El dios de este
siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la
luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios (2 Corintios
4:4).
El Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies (Romanos 16:20).
Cuando todo va mal, rápidamente encontramos al responsable: ¡Dios! Pero, ¿quién
es el que en la actualidad controla el mundo? Es el diablo. La Biblia nos dice que él es el "dios de este mundo". Desde el día en que Adán escuchó
e hizo caso a la voz del tentador (la serpiente, el diablo) y, como consecuencia,
los primeros seres humanos, Adán y Eva, fueron expulsados del paraíso (el jardín de Edén), desde
entonces la humanidad vive en un mundo donde reina Satanás, el "príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera
en los hijos de desobediencia" (Efesios 2:2). Jesús llamó a Satanás
"el príncipe de este mundo" (Juan 12:31; 16:11). Sin embargo, Satanás
no puede pasarse de los límites establecidos por Dios.
Pero, por el otro lado, podemos alegrarnos, ya que Jesucristo, el Hijo de Dios,
por su muerte en la cruz y su resurrección, ha derrotado definitivamente al
diablo (Hebreos 2:14). Sin embargo, hasta hoy Satanás puede hacer daño. Será sólo
cuando el Señor Jesucristo regrese y reine, que Satanás será atado y no podrá
actuar por mil años; luego de esto será arrojado finalmente al "lago de fuego y
azufre" (Apocalipsis 20:10). El diablo sabe que está derrotado y cuál es
su destino. Mientras tanto, no se queda quieto e implementa todas las "huestes espirituales de maldad" (Efesios 6:12)
para destruir la humanidad y, de ser posible, dañar el testimonio cristiano. No
nos olvidemos tampoco que Satanás trata de engañarnos disfrazándose de
"ángel de luz" (2 Corintios 11:14).
Por lo tanto y como cristianos renacidos (conforme a Juan cap. 3),
nunca debemos olvidar que estamos enfrentándonos con un enemigo derrotado. Sin embargo,
dado que la Palabra de Dios nos advierte: "vuestro
adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien
devorar" (1 Pedro 5:8), perseveremos sin cesar en oración (Hechos
12:5; Col. 4:2; 1 Pe 4:7) y redimamos el tiempo (Col. 4:5) como fieles
discípulos de Jesucristo.
Fuente: La Buena Semilla: Redacción: VM-Ar.
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